Los trabajadores del Astillero consolidamos la recuperación de una conquista histórica: el cuerpo de delegados por sector. Este proceso comenzó en el 2004 cuando triunfo la Lista Negra unitaria conformada por 33 delegados.
El día 27 de marzo se eligieron 50 Delegados por Secciones, con la participación en las elecciones de más del 90% de los 2.500 compañeros de toda la fábrica. La Blanca -que dirige la Seccional y venía de perder el Cuerpo de Delegados en el 2004, es la que más se recompuso- logró 27 delegados, en la mayoría de las secciones. La Azul y Blanca, vieja ala colaboracionista de la dictadura, mantuvo 11 de los 18 Delegados que tenía, pagando así los últimos dos años donde jugaron un rol descaradamente pro-patronal.
La izquierda (CCC-MST-PTS) logra mantener 8 delegados de los 12 que tenía. A pesar de su supremacía numérica, la Blanca tuvo que aceptar la presencia en la Mesa de Conducción de 6 integrantes, a tres compañeros de izquierda (que eramos parte de la anterior Mesa) y esto es una muestra de la tradición histórica de la izquierda en la fábrica y el peso político propio, por haber estado al frente de los distintos procesos de lucha de la fábrica.
Las elecciones generalmente expresan el aspecto más conservador de los trabajadores y el Astillero muestra el proceso real que hay de conjunto en la clase obrera argentina, donde se mantienen, por un lado, las ilusiones en el gobierno kirchnerista y la tradición del peronismo. Por otro lado se reflejan la nueva camada de jóvenes que entraron en los últimos cinco años, en ellos priman los sentimientos antipartidos y la falta de tradición en grandes proceso de lucha, como los que vivimos en los ’90.
Desde la visión de La Marrón esto es solo una contradicción aparente entre las acciones de lucha que dimos en los últimos tres meses como fueron por el aumento salarial, rechazar 26 despidos en enero, imponer el ingreso de los hijos de los trabajadores, votar en asamblea realizar un acto homenaje a los trabajadores del Astillero desaparecidos y no participar de los actos oficiales de la empresa y el gobierno. Al calor de los distintos procesos que inevitablemente se darán en el Astillero se ira superando esta “anormalidad”.
Desde La Marrón, frente a este nuevo escenario político que se abre en la fábrica, nos planteamos el desafío de construir una fuerte fracción revolucionaria de decenas de obreros que luchen para que los delegados y los dirigentes de ATE se subordinen a los mandatos de asamblea, por la revocabilidad de los cargos, por recuperar nuestro Sindicato de manos de la burocracia sindical. Por avanzar en un verdadero Control Obrero por parte de los trabajadores en la fábrica. Por un Astillero 100% estatal con un Directorio Obrero que permita poner todo su potencial y el esfuerzo de sus trabajadores al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.