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El verso de la recomposición salarial kirchnerista

30 de junio 2005

Desde principio de año se homologaron 140 convenios. Según Clarín (18/6) “los convenios actualizan los básicos de convenio que estaban desfasados y correspondían a valores fijados a comienzos o mediados de los ’90. El criterio que se siguió fue partir de esos básicos, sumar las sumas no remunerativas otorgadas por el Gobierno (por un total de $404) y adicionar sobre esos valores un incremento que oscila entre el 11% y 20%”. Pero estos nuevos convenios mantienen las condiciones de flexibilización laboral de los ´90, dejan fuera de los aumentos a los trabajadores “en negro”, casi la mitad de la fuerza laboral, y además en mayor o menor medida los empresarios trasladan estos incrementos a los precios.
Los trabajadores que más aumento obtuvieron –y gracias a su lucha- sólo llegaron a recuperar lo perdido por inflación, alcanzando el nivel salarial del 2001 (que ya de por sí era bajo). Mientras, si sumamos a los que están “en negro” y a los que no recuperaron lo perdido por la inflación como los estatales, tenemos que la mayoría de los trabajadores gana mucho menos que a principios de la crisis.
Hay que tener en cuenta que este panorama se da en un contexto de sostenido crecimiento de la economía, que se encuentra hoy en los mismos niveles de 1998. Una recuperación que permitió a las 100 primeras empresas que cotizan en bolsa obtener ganancias un 53% mayores a las del año anterior1.
La caída salarial, junto a la suba de los precios internacionales de los bienes primarios, la protección que significa el peso devaluado, fue un elemento importante en la obtención de estas ganancias. Según El Economista del 17 de junio “La pérdida de participación de la masa salarial en el PBI es importante. De acuerdo con datos oficiales, los salarios representan el 36,5% del PBI. En los ´90 la masa salarial promedió el 41% (...) mientras que el promedio entre 1950 y 1990 fue de 45%. Así, desde la devaluación, (...) o la participación no asalariada ganó participación en detrimento de la mano de obra, lo que en otras palabras significa que los empresarios recompusieron sus ingresos por encima de la recomposición lograda por los asalariados”. Es por esto que hubo un incremento de las luchas salariales que obligó a los empresarios a pactar con la burocracia unos tibios aumentos con el fin de frenar la conflictividad.
Distinto es el caso de los estatales, y no porque el Estado esté en crisis, la recaudación también viene creciendo en forma sostenida, en parte por los mayores ingresos provocados por el crecimiento económico, y en particular de las exportaciones. Pero aquí el gobierno privilegia la “contención” del gasto público para obtener un superávit que le permita seguir pagando al FMI y subsidiar a los grandes empresarios.
Es por esta razón que hoy vemos un crecimiento de las luchas de este sector de los trabajadores, como en docentes, salud, organismos públicos, tanto en las provincias como en el sector nacional. Por su parte, el Estado se mantiene firme en su negativa a dar aumentos recurriendo a la represión como en Santa Cruz y en la misma Casa Rosada. Es que un contundente triunfo de estos trabajadores entorpecería la política económica de Kirchner, al servicio del imperialismo y los grandes grupos económicos. Por este mismo motivo, sólo una gran lucha nacional de todos los estatales del país podrá lograr torcerle el brazo al gobierno.

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1 La Nación 28/06/2005

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