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Informaciones Obreras

El tren del triunfo obrero

17 de febrero 2005

El hombre bien informado se despierta con las noticias, estas lo acompañan al trabajo, lo regresan a casa y lo despiden media hora antes del sueño. Él forma parte del universo usuario, consumidor, cliente, empleado, ciudadano y opinión publica. Él es la opinión pública.
Sabe que los subtes están de paro. Escuchó a un tal Ordóñez decir que “Los delegados están tomando como chivo expiatorio a los usuarios (...)”.
La situación le molesta pero no llega a indignarle porque a diferencia de otros, las noticias lo previnieron temprano.
En otro lado, un trabajador del subte pasará la noche bancando el paro en cabeceras. La empresa se viene mostrando dura y provocaba proponiendo un aumento del 1%. En Constitución intentó mover trenes pero los delegados se lo impidieron tirándose a las vías. La tensión está en los túneles pero es superada por la alegría porque los compañeros se miran y pueden deletrear U-N-I-D-A-D sin equivocarse. “El paro está más fuerte que nunca”.
El andén está vacío, solo el televisor mudo sigue repitiendo insistentemente la propaganda que la empresa utilizó para ganarse a la opinión pública. El trabajador mira la pantalla. Las letras blancas, reiterativas, parecen disolverse en el fondo rojo. Debilidad del ojo cansado o metáfora premonitoria, porque a esta altura los argumentos de Metrovías se van disolviendo.
Es que la conferencia de prensa del día anterior, donde los delegados del subte aparecieron acompañados por otros dirigentes obreros, fue decisiva y marcó un quiebre. “La discusión es si los trabajadores tenemos derecho a tener un salario superior al de la canasta familiar (...) Que la empresa abra los libros y diga a la población por qué reciben 65 millones de subsidios, por qué dejaron de hacer mantenimiento, por qué redujeron los costos en un 45% si seguían recibiendo subsidios. Y que de la cara ante la sociedad y discutamos todo...”
Paritaria pública, apertura de los libros y el casi control obrero al sostener que “si Metrovías no puede pagar, que se vaya”, fueron argumentos golpeando en el mentón de la patronal.
El hombre decidió caminar hasta la oficina. No pudo aguantar la tentación de la noticia y entró al bar. La pantalla disparaba en vivo una conferencia de prensa inédita. “Estos pibes tienen más prensa que Robbie Williams... y la están haciendo bien...”, se escucha una voz. La idea de la conferencia la propone Raúl Godoy de Zanón en una reunión en medio del conflicto. Allí los dirigentes obreros presentes discuten la coordinación y el apoyo efectivo al subte. Se crea de hecho un comité de huelga en apoyo al subte.
Abajo, en los cuartitos, los trabajadores improvisan asambleas donde discuten que van a seguir con el paro hasta ganar. Luego de finalizada la jornada, los activistas se dirigen al Bauen para hacer la evaluación del día y para llevar el mandato de las líneas. Esta metodología ya se venía implementando desde el inicio de la discusión paritaria. Reuniones donde se llegan a juntar hasta 70 trabajadores para discutir todo. También participan los trabajadores de limpieza de Taym, que se vienen organizando junto al cuerpo de delegados para conseguir el convenio de UTA. En una de estas reuniones un trabajador de Taller sostiene: “de ahora en más ya no hay más diferencias entre Verdes ( Taym) y Azules (Metrovías), todos somos del Subte” y desata aplausos mayoritarios.
Los compañeros de Taym cumplirán un rol excepcional concentrándose en las cabeceras junto a las organizaciones que volantean a los usuarios para sumarlos al apoyo.
Llega el día decisivo. El paro pasa de escalonado a 24hs de corrido.
Hay cosas que no se dicen o conviene contarlas como fábula. Se rumorea que en las huelgas del subte ciertos “fantasmas” se encargan de dificultarle a los jerárquicos sus tareas de carnereaje. La prensa quiere retratar como trabajadores intransigentes impiden los servicios. El conductor improvisado sube al tren y por más que intentó no pudo ponerlo en movimiento. “Ponele nafta”, “se te pincharon las gomas”, le gritan los trabajadores. Metrovías y sus ineptos siguen fracasando.
El trabajador les dice a sus compañeros “le estamos torciendo el brazo a la empresa, al gobierno y a la burocracia. Le estamos haciendo mierda el piso salarial que quisieron imponer.” Este compañero, como otros saben que están llevando adelante un conflicto como hasta el momento no lo habían hecho.
Durante la huelga, el cuerpo de delegados abre el debate al conjunto de las organizaciones que vienen apoyando. En estas reuniones pluralistas y democráticas se propone exigirle a la UTA un paro nacional de transporte. También se propone en algunas líneas. Luego los delegados la anuncian públicamente.
Esa noche el hombre no puede dormir. Haciendo zapping escucha a Palacios anunciar que el paro se levantaba por haber llegado a un acuerdo. Hasta él se daba cuenta de la maniobra que pretendía adueñarse del triunfo conquistado con los métodos obreros.
A la mañana siguiente los delegados van al Ministerio para corroborar el acta y llevarla a la base. Se encuentran con las puertas cerradas y ante los medios, la maniobra del gobierno y la UTA se hace evidente.
En las líneas hay incertidumbre pero una cosa es clara. “El paro no se levanta hasta que no lo vote la base”, se repite uniformemente.
Con el correr de las horas los muchachos del sindicato bajan a las líneas con el acta en la mano. Intentan convencer:“la UTA es la casa de todos y tienen las puertas abiertas”. Con idéntica firmeza y tranquilidad, una compañera sostiene: “para entrar a casa, primero hay que limpiarla”. Los muchachos se van por donde vinieron y en todas las líneas se canta “ se va a acabar la burocracia sindical”.
Lo que sigue ya es conocido. En el Bauen los delegados ahora se reúnen para anunciar el triunfo porque efectivamente el paro no se levanta hasta que las bases no aprueben el acta.
El hombre llego caminando hasta Rivadavia y Callao. Media hora antes, de Primera Junta los trabajadores hacen salir el tren que no pudieron mover los jerárquicos. Sin escalas hasta Plaza de Mayo para recoger a más compañeros. Destino final, Callao para ir hasta el Bauen. Las camisas a rayitas azules aparecen en la avenida. El hombre los ve pasar y de su cara impávida, se escapa una sonrisa aprobadora.

HABLAN LOS PROTAGONISTAS

¿Qué diferencias ven entre la huelga de diciembre y la de ahora?

M: Esta lucha fue más política. Los compañeros estaban de acuerdo con la medida, quizás eso llevó a que en las cabeceras haya más gente como pasó acá en al línea A.

¿Qué hicieron luego de conocer el acta?

M: Festejamos. Sacamos un tren, nos subimos, llenamos un vagón y medio, íbamos cantando. Decidimos ir a buscar a los compañeros de instalaciones fijas que estaban en Plaza de Mayo, ahí hubo abrazos, saludos. Después fuimos a Congreso, salimos por la calle cantando y fuimos al Bauen. 

¿Cómo se organizaron en la línea D para bancar el paro?

C: Organizamos quiénes se iban a quedar cada noche. Había muy buena predisposición, todos querían quedarse. Como habían tantos compañeros la primer noche, tuvimos que echar a algunos para que se queden las noches siguientes. Nos organizamos para hacer guardias para ver quien llegaba, quien entraba y quien salía. Se hacían guardias de una hora, de dos compañeros. Se organizaron grupos para impedir que se muevan los trenes. También habíamos decidido, en caso de que llegue la prensa, de que no era necesario que hable siempre el delegado. Cualquiera que se sintiera capacitado para hablar podía hacerlo, todo se resolvía en asambleas de base. Incluso la noche que Palacios declaró que el paro se levantaba los delegados se fueron a una reunión y elegimos a un grupo de compañeros que iban a cumplir el papel de delegados.

También estuvo bueno que manejamos siempre los accesos. Recibimos a un grupo de trabajadores ferroviarios que vinieron a apoyarnos.
R: En la línea C también nos organizamos y nos quedamos la primer noche 10 compañeros de la línea más los compañeros de taller. Había mucha gente que no quería irse a su casa. Eso es un cambio en relación a los paros anteriores en los que se quedaba menos gente, la línea C fue siempre la más débil. Sería una buena idea que en esta línea podamos organizar una comisión, como en otras líneas. Nosotros también manejamos algunos accesos, para poder entrar libremente.

 

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