Hace dos semanas, el corsódromo local de Gualeguaychú contó con la presencia del presidente en un acto con legisladores, gobernadores, burócratas sindicales como Hugo Moyano, las Madres de Plaza de Mayo y hasta Juan Carlos Blumberg. Kirchner inauguró su “nuevo” discurso ambiental sin convencer a nadie, y menos a los asambleístas de Gualeguaychú. Se quejó de la falta de información ambiental sobre las papeleras, pero se cuidó de oponerse a su instalación, generando una gran decepción entre quienes venían cortando la ruta y participando en las históricas marchas. En el acto oficial no hubo más de 30.000 personas, con ayuda de todo el aparato del PJ. Recordemos, la última marcha de los asambleístas contra las papeleras sumó a más de 100.000.
La contaminación en Argentina
Hay plantas de celulosa contaminantes que producen más de 850.000 toneladas anuales de pasta (la española Ence planea producir 500.000 y la finlandesa Botnia 1.000.000 de toneladas al año en Uruguay). De ellas no hablan Kirchner ni los gobernadores. Es comprensible, porque están instaladas en sus provincias.
En el propio Entre Ríos, con Jorge Busti (PJ) presente y orador en el acto de Kirchner, funciona la Papelera Iby S.A., que produce 18.000 toneladas de pasta al año.
En la Misiones de Carlos Rovira (PJ), también presente en el Acto, operan Papel Misionero; Celulosa Puerto Piray (clausurada recientemente por el Ministerio de Ecología, propiedad de la chilena Arauco del billonario Italiano Anacleto Angelini) y Alto Paraná (también propiedad de Arauco, utiliza el sistema de blanqueo ECF, que usarían Ence y Botnia en Uruguay y que afirman no es contaminante. Produce 300.000 tn/año de celulosa).
En la Santa Fe, de Jorge Obeid (PJ), funciona Celulosa Argentina S.A., cuya planta en Gral. Bermúdez contamina el Paraná desde 1929, y produce 145.000 tn/año.
Felipe Solá (PJ) en Buenos Aires no se queda atrás, ya que cuenta con varias plantas, entre ellas Campanita, Papel Prensa de San Pedro, Celulosa Argentina de Zárate.
En Corrientes, el gobernador Arturo Colombi (PJ) está gestionando la instalación de una papelera chilena.
También en Tucumán, gobernada por José Alperovich (PJ), funciona la Papelera del Tucumán, que produce cerca de 300.000 tn/año y es propiedad de Alberto Pierri.
Estos son sólo algunos ejemplos. No existe curso de agua en Argentina que no esté contaminado. Las aguas de la Cuenca Matanza-Riachuelo son una verdadera cloaca. En LVO hemos denunciado el caso de la mina de oro contaminante de Esquel y más podríamos escribir sobre la catástrofe de la deforestación, el monocultivo y las técnicas de siembra directa de la “Argentina sojera”. Con este prontuario, el kirchnerismo ya puede ir reservando lugar en el corsódromo de Gualeguaychú y un nombre para su comparsa: “Los contaminadores”.
La vía muerta de La Haya
El discurso de Kirchner en la Cumbre de Presidentes en Viena diciendo que “resultamos acreedores ambientales del mundo industrializado, es una muestra de su capacidad demagógica, un clásico de la “nueva política K”. El golpe de efecto internacional dado por Greenpeace y la reina del carnaval de Gualeguaychú, no evita la maniobra presidencial: el único “logro” del presidente fue levantar los cortes de ruta para llevar todo a la vía muerta de La Haya.