“Un día histórico” definió Pino Solanas a la jornada en la que un bloque circustancial de la oposición impuso a los K la distribución de comisiones y las vicepresidencias en el Congreso. Lo mismo opinaron los editorialistas de La Nación y Clarín, los dirigentes de la Mesa de Enlace, el PRO, Lilita Carrió, la UCR y De Narváez. A este “campo” se sumó con entusiasmo Proyecto Sur. Como reconoció el propio Solanas durante todos los días previos participó personalmente de las negociaciones con la oposición. La chupacirios Carrio saludó la actitud de Pino: “Cumplió con su palabra”.

Proyecto Sur confirma que la centroizquierda criolla es incapaz de sostener una política independiente de los distintos bloques o “campos” capitalistas. El escritor nacionalista Arturo Jauretche, que tanto cita(ba) Solanas, afirmaba que cuando tenía dudas sobre algún tema, leía La Nación y sabía que tenía que pensar lo contrario. Solanas habitualmente actúa al revés.

Proyecto Sur, una fuerza que con la importante elección que hizo Pino Solanas en la Capital, abrió expectativas en sectores amplios, completó así un año donde ante cada hecho político de importancia se colocó a la cola de uno u otro bando capitalista. Veamos.

Cuando fue la votación de la 125, Claudio Lozano votó en contra, junto con la oposición burguesa y la Mesa de Enlace, para hacer honor a la alianza estratégica con la Federación Agraria de Eduardo Buzzi. Esta cuestión, que generó críticas al interior de Proyecto Sur, fue ratificada como orientación política en una declaración de sus referentes santafesinos, que afirmó su “solidaridad” con la Federación Agraria, el aliado de la Sociedad Rural.
Hace unos días Buzzi participó junto a Biolcati, Duhalde, Rocca deTechint, de la IX Convención de la UIA, en la que los grandes empresarios advertían contra “el conflicto social”, y pedían más devaluación del peso (salarios más bajos y dólar más alto para exportar). ¿Hasta cuando la “solidaridad” con las reaccionarias patronales agrarias?

Pero Solanas no capitula frente a un solo bando burgués, ya que también ha ofrecido valiosos apoyos al gobierno K. Así lo vimos apoyar la “nacionalización” de Aerolíneas de los K, brindando su apoyo a un negociado que significó que el Estado pague la deuda del grupo Marsans, de más de 900 millones de dólares. O festejar la sanción de “la Ley de Medios” que abre el negocio para nuevos grupos empresarios, pero donde los trabajadores y el pueblo pobre no tendrán ninguna participación real.

Estas “oscilaciones” también las vemos en Rosario. Ante la elección de autoridades para elConcejo Municipal, donde el PS de Binner puede perder la presidencia por primera vez en dos décadas, el concejal electo de Proyecto Sur Alberto Cortés se transformó en el voto “clave” para desempatar entre el oficialismo (PS) y la oposición (PJ y sectores de la UCR no frentista). Luego de negociar con los socialistas, se inclinó a último momento por sumarse al “interbloque opositor” con el PJ y la UCR.

Esta participación militante de Proyecto Sur en disputas palaciegas en las que los trabajadores y el pueblo son convidados de piedra y víctimas, lamentablemente no la tiene Solanas poniendo el cuerpo en luchas como las del Subte o Kraft, ni convocando a una gran movilización contra el gobierno de Macri ante el escándalo de los espionajes en la Metropolitana.