Comienza el siglo XX, una combativa clase obrera se forma y entre sus reclamos está el de tener delegados de fábrica, que se le va imponiendo a las patronales. Uno de estos primeros reconocimientos de la representación obrera es el que en 1919 realizó la Cía. Transatlántica de Electricidad. Al intensificarse la negociación colectiva, este tema empezó a ser incorporado en los Convenios Colectivos de Trabajo. Durante las presidencias de Perón tampoco hubo una ley que lo contemplara pero desde el año ’47 hay pronunciamientos reconociendo su legalidad. Recién desde la Ley 14.455 (gobierno de Frondizi) se contempla en forma expresa.
Los delegados de fábrica fueron uno de los blancos de ataque dilectos de la dictadura militar del ’76. No es de extrañar, tampoco, que en la década del ’90, de pérdida de derechos para la clase obrera, uno de los ataques centrales sea contra los delegados de base.