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Medio Oriente

El asesinato de Ahmed Yassin y el terrorismo de estado israelí

1ro de abril 2004


Desde el comienzo de la segunda intifada en septiembre de 2000, el estado de Israel practicó el asesinato sistemático de líderes y activistas, disparando misiles desde sus helicópetros Apache y sus aviones de guerra F16 que generosamente le provee Estados Unidos. En los últimos tres años ya "ejecutó" a más de 150 dirigentes de la intifada y el total de muertos palestinos ascienden a más de 2500, muchos de ellos niños.
El asesinato de Yassin es un salto en las acciones militares del estado sionista, ya que se trata del segundo líder más importante del movimiento nacional palestino, después de Yasser Arafat. Su funeral se transformó en la mayor movilización contra la ocupación sionista de los últimos años. Más de 200.000 palestinos desfilaron clamando venganza. Las movilizaciones de repudio e idignación contra Estados Unidos, Israel y los gobiernos árabes, se extendieron por importantes países de la región como Egipto y Jordania.

Un nuevo plan de "apartheid"

El asesinato de Yassin coincidió con el anuncio de Sharon de un plan de "retiro unilateral" de las tropas israelíes de la franja de Gaza, que no se haría efectivo por lo menos hasta dentro de dos años. A cambio de reemplazar la ocupación militar directa por un "sitio por aire, mar y tierra" de los territorios palestinos, Sharon pretende anexar al estado de Israel los casi 200 asentamientos de colonos israelíes enclavados en el corazón de los territorios palestinos.
Con el aval norteamericano Sharon abandona todo pretensión de "diálogo" y ha socavado a la Autoridada Nacional Palestina, presidida por Arafat, quien se encuentra confinado en sus oficinas en Ramallah, virtualmente bajo arresto, cercado por las tropas sionistas.
Con el pretexto de la "seguridad nacional" Israel está construyendo una muralla vergonzante protegida por rejas electrificadas, que circunda las ciudades palestinas transformándolas en campos de concentración custodiados por las tropas sionistas, sin ninguna continuidad territorial ni existencia viable.
A pesar de ser una solución completamente reaccionaria que busca reafirmar la ocupación colonial y el sometimiento del pueblo palestino, dos de los cuatro partidos de la coalición gobernante de extrema derecha que preside Sharon y un ala del partido Likud encabezada por el ex ministro Benjamin Netanyahu presentaron fuertes objeciones al plan, sobre todo porque implica el traslado de los 7.000 colonos que viven en la Franja de Gaza en medio de 1,3 millones de palestinos. Incluso miembros de su gobierno pretenden una solución más drástica. Por ejemplo, el Ministro de Vivienda, representante de los colonos ortodoxos y del Partido Nacional Religioso, propuso que los territorios palestinos actualmente ocupados por Israel sean "transferidos" a Egipto y a Jordania, como forma de completar la limpieza étnica de la población árabe iniciada con la fundación del Estado de Israel en 1948.

Razones y consecuencias del asesinato de Yassin

En lo inmediato, con este ataque a Hamas, Sharon probablemente haya buscado acallar a sus críticos de extrema derecha y lograr apoyo interno a su gobierno, que está seriamente cuestionado por actos de corrupción y por una persistente crisis económica. En ese sentido la operación tuvo éxito y un 60% de la población israelí aprobó el asesinato del líder de Hamas.
En el mediano plazo, Sharon necesita destruir a las organizaciones palestinas y quebrar la resistencia de la población a la ocupación colonial para poder concretar su "solución final" al conflicto y borrar toda aspiración de autodeterminación nacional.
Es que a pesar de la reocupación militar directa de los territorios palestinos y de la política de aterrorizamiento permanente de la población –que incluye además de "asesinatos selectivos", demolición de viviendas, bombardeos a campamentos de refugiados densamente poblados, humillación en puestos de control, toque de queda, entre otros horrores cotidianos-, Sharon no logró quebrar la lucha de liberación nacional y tampoco evitar que militantes palestinos realicen atentados dentro del estado de Israel.
La franja de Gaza es la cuna de la intifada y constituye la base de apoyo más firme de Hamas, que se nutre de una militancia radicalizada por las condiciones insoportables de miseria y opresión. El asesinato de Yassin apunta a debilitar cualitativamente a Hamas y es un mensaje claro a los dirigentes palestinos de que son "blancos legítimos" para las tropas sionistas. Para el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, aunque en el corto plazo el asesinato de Yassin puede llevar a una ola de atentados suicidas en Israel, "en el largo plazo Hamas se verá limitado, porque sus líderes sabrán que enfrentan la amenaza de asesinato".
Según el diario británico The Guardian, los jefes militares israelíes consideran que "Hamas está en retirada tras el asesinato de su fundador y líder espiritual" y que "ya no representa un obstáculo para que Sharon diseñe un estado palestino en sus propios términos". Sin embargo esta opinión no es unánime. Para el servicio de inteligencia israelí Shin Bet, "la ejecución de dirigentes de alto nivel y cuadros medios de Hamas debilitó la capacidad de la organización (...) pero la muerte del jeque Yassin probablemente produzca una nueva afluencia de voluntarios para misiones suicidas, o para unirse a los combates callejeros en Gaza".
Aunque no está claro hasta dónde fue socavada la capacidad operativa de Hamas, su nuevo líder Abdel Aziz al-Rantisi, considerado como representante del "ala dura" de la organización prometió redoblar los ataques contra Israel y por primera vez amenazó con atacar al propio Sharon. Probablemente este llamado encuentre eco en jóvenes desesperados que viven el infierno cotidiano de la ocupación militar y del "terrorismo" del estado israelí.
El asesinato de Yassin se da en el marco de una situación de crisis de la política ofensiva que Estados Unidos pensaba implementar en Medio Oriente luego de la guerra de Irak. Las tropas imperialistas enfrentan en Irak a una resistencia armada que aunque no es masiva, persiste en el tiempo y se cobra diariamente la vida de soldados norteamericanos. A su vez, la coalición que encabeza Estados Unidos sufrió un duro golpe tras la pérdida de España como aliado clave con la derrota de Aznar luego del brutal atentado del 11M. El gobierno polaco también anunció que retiraría sus efectivos de Irak. Las diferencias con las potencias imperialistas europeas se han vuelto a manifestar. Estados Unidos no sólo fue el único país que no repudió el asesinato de Yassin, sino que también vetó una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que condenaba la política de "ejecuciones extrajudiciales" de Israel.
Las consecuencias del asesinato de Yassin, considerado como héroe y mártir en todo el mundo islámico, probablemente se hagan sentir más allá de Israel, haciendo aún más inestable la situación en la región.

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