Las fábricas automotrices del Gran Buenos Aires, en especial de la zona norte, pararon y se movilizaron masivamente el miércoles 1°, hacia el Ministerio de Trabajo donde se desarrollaban las negociaciones. Hacía tiempo que no se veía a miles de mecánicos marchar con tanto entusiasmo.
Es que después que cerraron los acuerdos en GM (Rosario) y VW (Córdoba) el SMATA no consiguió acordar en Buenos Aires con las empresas y debió convocar al paro y movilización.
La burocracia de José Rodríguez estaba apretada entre la intransigencia patronal y la presión de la base, que en varias fábricas venía acumulando bronca y tomando medidas de lucha, incluso en medio de la conciliación.
La división de los sindicatos de Rosario y Córdoba que firmaron por su cuenta debilitó la lucha nacional de los mecánicos. A su vez, lo que acordaron fue por debajo de lo que habían resuelto las bases, que era $2000 para la categoría mas baja. Por eso en Volkswagen Córdoba el acuerdo fue rechazado por un cuarenta por ciento de la asamblea. Al dejar “colgada” a VW Pacheco, Rodríguez acusó a Dragún del SMATA Córdoba de divisionista, y queriendo él aparecer como combativo. Pero pocos se engañan, ya que tanto Dragún de Córdoba y Rodríguez a nivel nacional son los agentes de las grandes automotrices dentro de las filas obreras, y así lo demostraron durante décadas , como la pasada bajo el menemismo, cuando la industria automotriz amasaba fortunas.
Más allá de cómo continúe la lucha salarial, la desconfianza en la burocracia sindical es muy grande. De lo que se trata es de desarrollar esa bronca, agrupar a los activistas antiburocráticos y elegir nuevos delegados en el camino de derrotar a la burocracia y así poder pararle la mano a las grandes empresas automotrices imperialistas.