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Para apoyar las luchas y avanzar en reagrupamiento combativo de los trabajadores

El 1° de mayo, una cita de honor en Plaza de Mayo

22 de abril 2005

Nos acercamos al 1° de mayo, el día internacional de los trabajadores. En nuestro país, el acto unitario que se realizará en Plaza de Mayo tendrá un elemento distintivo respecto a años anteriores, la presencia y participación en la convocatoria de los sectores combativos de la clase obrera que han ganado importancia política con la fuerza de sus luchas y fueron parte del Encuentro del 2 de abril, donde se acordó entre sus principales resoluciones la realización de este acto. Ya es una nueva tradición verlos actuar en común en los distintos conflictos: el Cuerpo de delegados del subte, los ceramistas de Zanon, los trabajadores de LAFSA, los del Hospital Garrahan, los ferroviarios antiburocráticos... Se cruzan en asambleas, marchas y actos, donde intercambian experiencias y consejos de qué hacer para ganar. Y han avanzado en recrear la tradición de los paros solidarios, como el de media hora realizado por el subte frente a la represión en Lafsa el miércoles 20. Es una nueva vanguardia combativa que preocupa tanto al gobierno como a los burócratas sindicales; que va ganando prestigio y demuestra que con la acción directa, una política para ganar el apoyo de la población, la coordinación y la democracia obrera se pueden ganar los conflictos. Su existencia es el elemento distintivo de la situación que enmarca este 1° de mayo, donde estos sectores estarán junto a los movimientos de desocupados que no se subordinan políticamente al gobierno y a los partidos de izquierda. Desde el PTS, apostamos a fondo por el desarrollo del proceso de reagrupamiento obrero en curso, sin duda el más importante en mucho tiempo. Un proceso que tiene que enfrentar no sólo la oposición del gobierno y la burocracia, sino las piedras en el camino que ponen distintas tendencias que no quieren que lo comenzado el 2 de abril se continúe y profundice. De nuestra parte, está el compromiso de hacer nuestros mayores esfuerzos para que este 1° de mayo sea un paso más en la consolidación y ampliación de este fenómeno que viene ganando terreno en la política nacional.

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En estos días, luego del triunfo logrado por los docentes salteños tras siete semanas de paro, fueron los trabajadores del Hospital Garrahan y los de Lafsa quienes ocuparon el centro de la escena política. Una presencia de las luchas obreras que se viene repitiendo intermitentemente desde los últimos meses de 2004, cuando las huelgas de los telefónicos y del subte tomaron fuerte repercusión pública. Es que, mientras el aumento inflacionario sigue golpeando el bolsillo popular, la pelea por el salario se extiende y se dirige contra un gobierno que acusa a los aumentos salariales de provocar la inflación y descarga la represión sobre los que luchan. Un gobierno que por los medios proclama “dureza frente a los reclamos salariales”, pero al cual la decisión en la lucha y la solidaridad obrera puede torcerle el brazo. La oposición de Kirchner frente a los reclamos salariales es una muestra de lo que piensa hacer si tiene éxito en su plan de “plebiscitarse” en las próximas elecciones de octubre, de la mano de acuerdos con los “caciques” de los PJ provinciales, incluido muy posiblemente el pacto con Duhalde en la provincia de Buenos Aires. Y tenemos a su vez lo ocurrido en Ecuador, como clara advertencia que la “costumbre” de las masas latinoamericanas de recurrir a la acción directa para enfrentar las políticas antipopulares no quedó atrás. Un “fantasma” que, más allá de los momentos de estabilización precaria basados en la recuperación económica de gobiernos como el de Kirchner, sigue amenazando a los gobiernos de la región.

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A pesar de la colaboración y cobertura que le presta la burocracia sindical, el de Kirchner se devela cada vez más claramente como un gobierno tan antiobrero como los que lo precedieron. Si luego de la brutal caída salarial que significó la devaluación, pudo permitirse dar algún aumento por decreto que no afectara los altos niveles de rentabilidad capitalista, hoy se ha convertido en claro enemigo de la recuperación del salario. Los datos, según surgen de un estudio del propio Ministerio de Economía, no dejan lugar a dudas: “mientras la economía se encuentra en los niveles productivos de 1999 ..., el ingreso medio de la gente ocupada está un 26,7% por debajo del que existía seis años atrás, con mayores guarismos de trabajo en negro y niveles de pobreza e indigencia superiores a los 90. Por ejemplo, mientras en mayo de 1999, en pesos de ahora, el ingreso medio era de 930 pesos, a fines de 2004 sumó 682 pesos”1. Es que, aunque el patrón de acumulación capitalista sea diferente, el llamado “modelo de dólar alto” repite la tendencia que se dio durante los “años de oro” del régimen de la convertibilidad, donde los beneficiarios de los altos índices de crecimiento económico son un puñado de monopolios y oligopolios capitalistas. Mientras se niega aumento a los estatales, se cumple puntualmente con el pago de la deuda externa. Mientras se demoniza a los que luchan por el salario, los grandes grupos capitalistas amasan fortunas. ¿Qué dirán ahora los escribas “progresistas” del gobierno que todavía en diciembre, durante la lucha telefónica, pretendían que Kirchner “jugaba a favor” de los reclamos salariales? 

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Ya en el gobierno de la Alianza vimos como los funcionarios “progresistas” no vacilaban a la hora de enfrentar y reprimir las demandas populares. La historia no ha tardado en repetirse. No sólo ya por la responsabilidad directa del gobierno en la existencia de presos políticos como los de la Legislatura o los de Caleta Olivia, o por lo que hacen sus actuales aliados, como el ex menemista Romero en Salta. En Aeroparque, fue personalmente el hombre del “progresismo” en “temas de seguridad”, Marcelo Saín, designado por Kirchner como interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria después del escándalo de Southern Wind quien dijo sin empacho: “Yo di la orden de desalojo”. Veinticinco heridos, entre ellos 7 mujeres, con gases, balas de goma y gas pimienta; dos detenidos, uno de los cuales debió ser operado por fractura expuesta, mientras se lo tenía incomunicado y con custodia policial en el Hospital Fernández, que se suman a la inédita presencia policial en Aeroparque, siempre presta para intervenir contra los trabajadores como vimos el martes 19. Trabajadores que en el caso de los aeronáuticos lucharon por mantener Lafsa estatal y bajo el control de los trabajadores, para evitar negociados y corrupción. Y que, luego del pacto del gobierno con el pulpo multinacional LAN avalado por las cúpulas burocráticas de los 6 gremios aeronáuticos que los dejó solos en la pelea, ahora reclaman que LAN respete sus condiciones laborales y la organización sindical que los privatizadores quieren aplastar con el aval del Ministerio de Trabajo. Así defiende este gobierno la “soberanía nacional” y los “derechos de los trabajadores”.

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Las trabajadoras y trabajadores del Garrahan son condenados por el gobierno nacional y de la Capital por atreverse a pedir un aumento salarial acorde a lo que necesitan para vivir. El ministro de Salud Ginés González García afirmó que “hay que aplicarles todo el peso de la Ley” y la policía se mete en el Hospital para amedrentarlos. Ibarra dice que los trabajadores hicieron “una huelga salvaje” ; a lo que estos respondieron: “atención, atención, nos llama salvajes el asesino de Cromañón”. Los medios de prensa y televisión se encargaron de demonizarlos y hacerlos responsables de “poner en riesgo la vida de los chicos internados”. Los promotores de la salud privada, a la que el pueblo no puede acceder, están repentinamente preocupados por la salud de los hijos de los trabajadores...


La insistencia del gobierno en atacar a los trabajadores del Garrahan y a los de Lafsa, esta verdadera histeria antihuelgas del gobierno de Kirchner, se debe a que estos trabajadores se atreven a desafiar la actual política salarial de hambre, en el caso del Garrahan, y porque los trabajadores de LAFSA no aceptan las condiciones que les quieren imponer con una nueva privatización hecha a la manera de la época menemista. Y también porque se movilizan junto a los desocupados como el pasado martes 19.


Otra de las causas de los ataques del gobierno y los medios contra estas huelgas es que tanto en el Garrahan como en LAFSA los trabajadores se autodeterminan, votando sus medidas en asambleas de base y tienen a su frente nuevos dirigentes democráticos y combativos, como el Cuerpo de Delegados de LAFSA y la Junta Interna del Garrahan. Cada vez que la CGT llama a un paro, los medios se esmeran en sacar a luz la corrupción de las cúpulas sindicales, pero si los trabajadores ponen a la cabeza de sus luchas a nuevos dirigentes honestos que responden a la base, todos los medios de prensa, las patronales y el gobierno se alían con los viejos burócratas sindicales.


En Lafsa y Garrahan, a pesar de la campaña mediática contra los trabajadores en lucha, no han logrado poner a la comunidad en su contra y, por el contrario, familiares de los niños internados en el Garrahan se organizaron en apoyo a los trabajadores. Tampoco el gobierno logró aislarlos como pretendían apoyándose en los burócratas sindicales, porque están rodeados del apoyo de los nuevos sectores en lucha y antiburocráticos que surgen entre los trabajadores. 

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El principal aliado que tiene el gobierno para evitar que las luchas triunfen es la dirigencia sindical de la CGT y de la CTA. Ambas centrales se vienen destacando por dejar los conflictos más duros librados a su suerte, cuando no por atacarlos directamente. Insistimos, no son sólo los “gordos” de la CGT o Moyano los que “bombean” estas luchas. La CTA, que se reclama como un “sindicalismo alternativo”, nada hizo desde la conducción de CTERA para apoyar a los docentes salteños y no realizó ninguna medida de apoyo para que triunfe el Garrahan. Aún así, los mismos burócratas no han podido evitar tener que hacerse cargo del reclamo salarial en distintos gremios, en muchos casos como forma de presión en las negociaciones paritarias en curso que atraviesan distintos sindicatos. La disposición de los trabajadores a la lucha está poniendo en el orden del día la necesidad de un paro nacional que unifique a quienes vienen luchando por todo el país, y que entre sus principales demandas imponga un mínimo de $ 1700 para todos, lo equivalente a una canasta familiar básica. Y también que busque confluir con la acción de los desocupados, tomando la demanda del inmediato aumento de los planes y luchando por el trabajo para todos. Esta lucha conjunta es clave para que la clase trabajadora muestre nuevamente el conjunto de su fuerza y para no dejar librados a su suerte al más de 40% de trabajadores que se encuentra en situación de precariedad y no cuenta con representación sindical alguna. Crear las condiciones para imponer esta medida de lucha a las centrales sindicales es una de las tareas que tiene la vanguardia combativa que se está reagrupando.

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El domingo 1° de Mayo, como dijimos al comienzo, tenemos una cita de honor en Plaza de Mayo y en otras plazas del país. Desde el PTS, bregamos para que sea un acto de apoyo a las luchas en curso, de claro contenido antigubernamental y para permitir avanzar en el reagrupamiento iniciado el 2 de abril. Los ceramistas neuquinos, con la gestión obrera otra vez amenazada, han llamado a participar del acto unitario con una columna común de las organizaciones que participan e impulsan el periódico Nuestra Lucha. Hacemos nuestro este llamado e invitamos a todos nuestros militantes, simpatizantes y lectores a impulsar activamente la participación en esta jornada de lucha. 

1 Ismael Bermúdez, Crece el empleo, pero el salario está 27% por debajo de 1999, Clarín, 19-04-05.

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