Ante la crisis energética provocada por el saqueo indiscriminado de Repsol YPF y demás empresas imperialistas, el gobierno en lugar de nacionalizar el petróleo trata de salir de la misma realizando nuevas concesiones. Este es el caso del reciente acuerdo entre ENARSA, Repsol YPF, Petrobrás y Petrouruguay, que con el 35% las dos primeras y el 25% y 5% las restantes se aprestan a explorar litoral marítimo nacional con el objetivo de buscar nuevas reservas hidrocarburíferas. Con esta asociación el gobierno le cede a estas empresa nuevas áreas donde probablemente se encuentre dicho recurso, profundizando la entrega de los recursos naturales comenzada en los ’90.
También se demuestra el verdadero objetivo de la empresa, impulsar la parte más costosa del negocio, la exploración, algo que las multinacionales no han hecho en todos estos años. En este aspecto, con el cinismo que lo caracteriza, el ministro De Vido afirmó que al estado le sale gratis ya que la inversión inicial la pondrán los asociados, ¡Como si además de entregar el patrimonio nacional hubiera que darles la plata para que lo exploten! Como si esto fuera poco también es mentira ya que en caso de que se encuentren reservas el Estado pondrá su parte, a lo que se suman las numerosas desgravaciones impositivas que redundan en importantes beneficios para los inversores.
Es necesario agregar para apreciar el tamaño de la entrega, que ENARSA no es una sociedad del Estado sino una sociedad anónima, lo que en primer lugar impide que sea controlada por los organismos del Estado, sino que también abre las puertas para su futura venta en cualquier momento.
Por esto es necesario redoblar los esfuerzos por impulsar la campaña internacionalista por la nacionalización de los hidrocarburos.