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La CTA y la deuda externa

“Discurso y realidad”

2 de septiembre 2004


Nuestro país recibió la ilustre visita del jefe del FMI, el Sr. Rodrigo Rato, quien sorprendió por su sinceridad y se lo vio con guantes blancos, como otro famoso ladrón llegando a Buenos Aires. Lejos de las expectativas del gobierno, vino a reafirmar el programa de saqueo: que se compense a los bancos por la devaluación, que se le pague más a los acreedores, que se imponga la Ley de Coparticipación Federal, se aumenten las tarifas, se privatice el Banco Nación y el Provincia y se aumente el superávit fiscal al 4%.
En este marco, en un documento publicado en julio pasado1, la CTA realiza una dura crítica sobre la negociación llevada adelante por Kirchner con el FMI y los acreedores privados, donde concluye que existen "profundas contradicciones con el discurso político presidencial (...) que plantean interrogantes respecto a los efectos que en materia de organización social surgen de la combinación entre una estrategia institucional y un discurso político que apela a la democratización de la sociedad y una política económica que afirma alianzas y definiciones que desplazan la posibilidad de un proyecto de reindustrialzación y redistribución de los ingresos." Pero luego de demostrar esto, terminan avalando el pago de la deuda externa y en ningún momento hablan de romper con el FMI.

Las principales críticas son las siguientes:

• "(…) las concesiones expuestas (…) pusieron al gobierno en línea con una coalición de sostén que abrevaba en AEA
2(…) una fracción de la UIA encabezada por Techint y que buscó el apoyo de los bancos locales y extranjeros (…)"
• "(…) En línea con lo anterior el gobierno obvió la revisión acerca del origen y destino del endeudamiento, impidiendo la apertura del debate parlamentario sobre esta problemática (…)".
• "(…) El gobierno debió haber puesto en discusión todo el endeudamiento sin convalidar los cerca de 20.000 millones de dólares de deuda emitidos en el marco de la crisis financiera de los años 2001 y 2002 (…) al tiempo que debió traducir la citada corresponsabilidad de los organismos multilaterales de crédito en la crisis nacional en una quita sobre sus acreencias o en una refinanciación completa de las mismas. Debió además haber puesto en marca mecanismos impositivos que compensaran al fisco gravando a los beneficiarios del proceso de licuación de pasivos resultante de la pesificación asimétrica.(…)"
• "(…) Debió haber explotado las contradicciones existentes entre los distintos acreedores (…). Una verdadera estrategia política hubiera implicado asociar a los bonistas en la presión sobre los Estados más desarrollados con el objeto de identificar el capital fugado y establecer acuerdos de cooperación tributaria dirigidos a constituir un fondo de pago para el endeudamiento.(…)"
Sin embargo, de forma sorprendente, afirman "que sería deseable que esta sea la verdadera oferta final". Tras demostrar la entrega del país al imperialismo, la CTA convalida lo que critica: la actual oferta a los bonistas, los pagos al FMI, al Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es como titulan en su documento: "Discurso y realidad. La economía contra la política".
La CTA aconseja al gobierno: "con la mitad de la población bajo la línea de pobreza, el valor del discurso de los gestos y de los importantes avances en materia de justicia y derechos humanos, pueden encontrar rápido límite en lo relativo a la religitimación del sistema político institucional". Su temor es que los trabajadores y el pueblo nos levantemos contra las instituciones de este viejo régimen político como lo hicimos el 19 y 20 de diciembre del 2001.
Pretenden que el gobierno cambie, pero en el futuro "asumiendo que una negociación de esta naturaleza es por definición transitoria (ya que resulta hipotética cualquier proyección de la economía mundial y local para los próximos 30 ó 40 años), debieran aprovecharse todas las circunstancias para revertir el disciplinamiento implícito en la estrategia económica hasta el momento adoptada". Nos dicen que aceptemos la entrega y la miseria, y esperemos, que en un futuro indefinido el gobierno modifique el rumbo. Realmente esperar que este gobierno que nos está hundiendo (como demuestra la CTA), junto al capital concentrado local e internacional cambie, es una utopía reaccionaria.
Romper con el FMI. Que el pueblo decida

En lugar de seguir los consejos de la CTA, los trabajadores y el pueblo pobre, debemos empezar a debatir y decidir nuestro propio destino, en este caso con la deuda externa, para ello es necesario impulsar una consulta popular, referendo o plebiscito, donde se ponga sobre el tapete las consecuencias del pago de la deuda externa y su relación con la miseria y el desempleo en la Argentina. Es llamativo que a la CTA no le merezca necesaria esta consulta como sí le pareció en su momento el tema del salario. No podemos esperar nada de la burocracia sindical, (CTA o CGT), que quieren que volvamos a confiar en aquellos a los que enfrentamos el 19 y 20 de diciembre de 2001, los partidos políticos patronales, los bancos, y las instituciones de este estado patronal como el congreso o la justicia.
A la vez que debemos impulsar esta consulta popular, los partidos de izquierda, los sindicatos, comisiones internas y organizaciones obreras que luchan contra la patronal, el gobierno y la burocracia, junto con los movimientos de desocupados y los organismos de Derechos Humanos, tenemos que romper esta política de entrega, luchando por el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI.

1 "Acerca de la negociación del endeudamiento externo. Discurso y realidad. La economía contra la política:" Instituto de Estudios y Formación - CTA; julio de 2004.
2 Asociación Empresaria Argentina.

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