Mientras del otro lado de la cordillera los estudiantes chilenos siguen dando cátedra sobre cómo pelear por el acceso público y gratuito a la educación, ni lentos ni perezosos desde el gobierno de Cristina Kirchner quieren aprovechar para convencernos de que en materia de educación, Argentina es el modelo que todo Latinoamérica debería imitar.

Partiendo de la gran legitimidad que tiene la denuncia de los jóvenes en Chile contra una educación cada vez más elitista y privatizadora, y delimitándose del derechista Piñera (con quien sonríe en las fotos) que sostiene que “nada es gratis en la vida, siempre alguien tiene que pagar”, el gobierno se jacta de que “la educación en Argentina no es un bien de consumo, y cuando se dice que alguien tiene que pagar, nosotros respondemos ‘en Argentina paga el Estado”.

No basto más que esto para que los medios oficialistas salgan a hacerse eco rápidamente y hablar de los “dos modelos”, para reivindicar la educación pública y gratuita como un logro de este gobierno. Pero lejos de deberle la gratuidad a los Kirchner, éstas son conquistas que los estudiantes hemos defendido con enormes luchas como la del ´95 contra la implementación de la Ley de Educación Superior (ley menemista que este gobierno mantiene) o las luchas del 2005 y 2010. Lo que sí le corresponde al “modelo K” es el deterioro de la educación pública, el ahogo presupuestario, y el avance de la educación privada sobre la educación pública. Sin ir más lejos, este año se destinaron $ 150.000 millones para el pago de deuda externa, mientras que para educación se asignaron unos $ 19.961,4 millones. Es decir que la deuda externa se lleva 7 veces más lo destinado a educación, y 20 veces más lo asignado a salud.

Mientras tanto, en el “país real” sólo el 12% de los jóvenes más humildes accede a la universidad, y sólo en la provincia de Buenos Aires hay más de 500 mil jóvenes que no estudian ni trabajan.

Por eso, mientras el gobierno K reprime a los docentes, como hizo contra los de Santa Cruz este año, nosotros tenemos en el movimiento estudiantil chileno el ejemplo a seguir para pelear por una educación pública, gratuita y de calidad para todos y al servicio de los trabajadores y el pueblo.