Semanas antes de realizar la marcha del 24 en Capital, decenas de organizaciones que integramos el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, nos dimos cita para elaborar el documento que iba a leerse en Plaza de Mayo. Ante la continuidad de la impunidad y represión bajo el gobierno de los K, la campaña mediática derechista por la seguridad de los ricos y ante la crisis económica internacional, el documento debía sentar posición por el castigo a los genocidas de ayer, represores de hoy y contra todos los sectores patronales (tanto industriales como agrarios) que vienen descargando la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo.

Pudimos acordar, en la redacción del documento que fue leído en el acto, denuncias contundentes al gobierno, desenmascarando el doble discurso oficial, la falsa polémica entre gobierno y justicia (ambos culpables de la “lentitud” de los procesos a los genocidas) y la continuidad de la impunidad y represión. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con las necesarias denuncias a la oposición patronal como la Coalición Cívica de Carrió, el peronismo “disidente” de De Narváez o la UCR de Morales, defensores de la impunidad, de los intereses de las patronales rurales y de la vuelta al FMI. Al plantear la delegación del PTS, junto al MAS y luego el PO, estas denuncias para que sean leídas en la Plaza de Mayo, nos encontramos con la cerrada oposición del PCR, que entre intervenciones y maniobras trataban de que la oposición burguesa sólo figure lavadamente, sin nombre ni partido. Olvidada quedaba la Carrió en el documento, que alguna vez dijo que en nuestro país se hacía tanto problema por tres militares locos (!), o la UCR y las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.

La última reunión contó con la presencia sorpresiva de un integrante del ARI, defendiendo a coro con el PCR que no se nombre a la CC, y sorteando con argumentos increíbles, las acusaciones sobre Prat Gay y su participación en la marcha por la seguridad de los ricos del 18. Repitió, como quien se incrimina solo, que no lo había invitado el PCR. Gracias a estos y a los silencios cómplices del MST y algunos otros participantes, lamentablemente el documento, perdía fuerza antes de ver la luz, al no atacar a todas las variantes patronales. El PCR le lavaba la cara a las figuras de la oposición, mostrando su categórico giro a la derecha, luego del apoyo a la Mesa de Enlace desde hace un año, y los acercamientos a la Franja Morada, la Coalición Cívica y Barrionuevo, en las últimas semanas.

No sólo no querían que se nombre a la Carrió o a la UCR, sino que quisieron ir todavía más lejos. Se negaban a señalar a los patrones como uno de los responsables principales de la actual crisis económica, dejándole la exclusividad de la responsabilidad a la pareja que ocupa la quinta de Olivos. Las patronales, que como Massuh o tantas otras, despiden y suspenden a miles de trabajadores mes a mes, quedaban impunes en el documento anhelado por el PCR. Luego de largas discusiones, de intervenciones hasta de los mismos obreros de la papelera quilmeña Massuh presentes en una de las reuniones, y a sólo días de la marcha, decidieron aceptar que figuren como culpables las grandes patronales. Eso si, exigían que se saque a la Sociedad Rural Argentina, como una de las impulsoras y artífices del golpe del ‘76. La declaración de la SRA del año ‘77, en la que aplaudían al golpe a un año de existencia, circulaba en la reunión, ante los indiferentes ojos de los compañeros del PCR.

Al primar un criterio unitario por parte de la mayor parte de los integrantes del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, contrario al criterio que defendimos algunas organizaciones de izquierda, el documento finalmente leído no señala con claridad el papel reaccionario de uno de los dos bandos capitalistas que hoy actúan en la escena política nacional. Ha sido un retroceso respecto del documento unitario leído en Plaza de Mayo el pasado 20 de diciembre del 2008.