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Internacionales

De la tragedia a la farsa, un debate con la mayoría en la dirección del PRS

Crónica de una capitulación anunciada en Venezuela (parte II)

21 de diciembre 2006

Presentamos a continuación la segunda entrega de la polémica publicada en noviembre de este año por la Juventud de Izquierda Revolucionaria – JIR, organización hermana del PTS en Venezuela y miembro de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional-. La JIR se declaró en julio de este año como “Fracción pública por una real independencia de clase”, tras la decisión de la mayoría del PRS de apoyar la candidatura de Chávez, entre otros temas. Puede leerse la versión completa en www.jir.org.ve.
Si la dirección mayoritaria del PRS se propone el 3 de diciembre “reventar las urnas con millones de votos para Chávez”, la corriente política Palabra Obrera en 1958 acataba abiertamente la orden del General Perón, que se encontraba en el exilio, de votar por el dirigente burgués proimperialista Arturo Frondizi, declarando en su periódico: “Acatemos la orden de votar a Frondizi, pero críticamente para salvar la unidad del movimiento, del bloque obrero y de las agrupaciones”1. Como vemos, al revés de lo que indicaban, el lema “bajo la disciplina del General Perón” que llevaba Palabra Obrera no era una simple cuestión formal. “Acatar la orden” del General sin importar que esto fuera el desplome político del movimiento obrero y con graves consecuencias políticas (…) Llegando a revelar ahora las consecuencias de la desastrosa política: “Para nosotros el acuerdo entre Perón y Frondizi fue, en verdad, un reconocimiento expreso, porque a partir de ahí se abandonó toda perspectiva de lucha y se abrió una tregua, al ‘gorilato’ y al mismo Frondizi, que llevó a la desmovilización y desconfianza a la clase obrera”2. Pero eso no importaba, había que acatar la orden del General Perón que enterraba las luchas del movimiento obrero y fortalecía una de las variantes proimperialistas de la burguesía argentina de la época (…) Hoy “reventar las urnas” por Hugo Chávez, como hemos venido insistiendo, significa, por más que se diga lo contrario, llevar a los trabajadores tras el plan del Comandante en su plan de negociaciones con los empresarios, de concesiones a las grandes transnacionales, en definitiva avanzar en fortalecer el plan donde los explotadores de siempre continúan con sus grandes ganancias, y sacar al movimiento obrero de la escena política.

(…) La política adoptada de conjunto por los sectores mayoritarios del PRS tiende a frustrar y abortar en los hechos el desarrollo del mismo, no sólo como partido revolucionario, sino como organización política en general, dejando atrás definiciones programáticas tan fundamentales como la lucha por la revolución obrera para implantar un gobierno de los trabajadores. Producto de su política oportunista se ha terminado por diluir lo que era originalmente el PRS en la corriente sindical. Como vemos, no sólo se trata del apoyo a Chávez, sino que la dirección mayoritaria marca un camino que diluye el contenido político revolucionario que debe tener un “partido de trabajadores que lucha por el socialismo”, como se afirma en los documentos fundacionales del PRS. Con la excusa de “dialogar” con las masas y “acompañarlas” en su experiencia política con Chávez, llevan adelante una política que no puede más que calificarse de oportunista y diluyente de la construcción de un partido revolucionario de los trabajadores.

(…) Hoy como ayer hablan del combate al “sectarismo” frente a aquellos que, como la Juventud de Izquierda Revolucionaria (JIR), se plantan firme en la construcción de una corriente marxista revolucionaria. Los dirigentes morenistas de los años ‘50, hablaban de haber hecho un gran “aporte contra el sectarismo”, afirmando que: “dejando de lado todo impresionismo, y empalmando con la mejor tradición del movimiento, hemos dado un aporte contra el sectarismo y por la integración en los movimientos de masas”3. Palabras más, palabras menos, es la misma letanía de la dirección mayoritaria del PRS con su política con respecto al movimiento chavista, repitiendo tal cual la cantinela de siempre contra la JIR que viene luchando por una política marxista revolucionaria, usando el epíteto de “sectarismo”. Pero en realidad, más que un “aporte contra el sectarismo”, esta política de mantenerse siempre como un “ala” de movimientos abiertamente burgueses como el peronismo, y negarse a construir una corriente marxista revolucionaria con cuadros sólidos “… cediendo a la presión del movimiento burgués en el cual hacía[n] entrismo”4, es la razón principal que llevó a que la corriente morenista llegara en Argentina completamente mal preparada al ascenso de los trabajadores en los años ’70. El propio Nahuel Moreno reconocerá que “es totalmente cierto que, a partir de nuestro entrismo, y principalmente desde la publicación de Palabra Obrera, nuestra organización sufrió graves desviaciones oportunistas. Todas esas desviaciones tuvieron una matriz común: la capitulación al peronismo y a la burocracia sindical”5. Por su coqueteo con estrategias no trotskistas, los dirigentes de Palabra Obrera y como consecuencia la corriente morenista llegó tarde a los grandes acontecimientos que sacudirán a Argentina en aquellos gloriosos años de luchas obreras.

Pero lo más triste fue el resultado concreto del desastroso entrismo en el peronismo para quienes pretendían una “integración con el movimiento de masas”, saliendo del mismo en una situación de crisis, reducidos numéricamente y aislados. En su balance del momento no dejaron de admitir: “En el primer Congreso de Palabra Obrera también se señaló que la organización no había sabido aprovechar en esos dos años la inserción de la corriente en el movimiento obrero”6. “Toda la actividad ha sido fundamentalmente sindical y aunque estamos rodeados de verdaderos luchadores antipatronales no hemos sabido nuclearlos”7. Y, lo más lamentable del desastre político, concluían que “Nuestro partido no pudo superar esa conciencia política atrasada de los trabajadores [la conciencia peronista], favorecida por el ‘populismo’ peronista de la época de las ‘vacas gordas’”8. Del desastre a la desmoralización de la corriente había solamente un paso: “A partir de ahí, nuestro esfuerzo por construir una corriente revolucionaria dentro del peronismo chocó con la desmoralización y el escepticismo, que favoreció el espíritu de inercia y retroceso en la conciencia de los trabajadores. Esa vanguardia derrotada mantuvo su identificación e ideología peronista”.9 La crisis se expresó en toda su magnitud en la pérdida de sus propios militantes, incluyendo militantes históricos: “Como parte de esa situación, compañeros… -que no llegamos a ganar a fondo para el trotskismo- se alejaron de nuestra organización a partir de 1960. También cuadros trotskistas de años tomaron un curso de adaptación a la burocracia, para luego separarse del partido, y finalmente abandonar toda actividad política y sindical”10. Del “entrismo” en el peronismo para “integrase con el movimiento de masas” con esta política capituladora, gran parte de sus cuadros terminaron siendo absorbidos por el propio peronismo (…) Nuevamente, y en situación peor de la que habían entrado11 en el movimiento peronista, quedando reducidos a su mínima expresión, -en 1963 no restaban más que entre 9 y 12 militantes- sólo les restó concluir: “debimos volver a remar contra la corriente” 12.

Vemos de esta manera que esa misma tradición centrista del morenismo de Palabra Obrera creemos que es la que guía la política del sector mayoritario de la dirección del PRS y de la UIT13 que la inspira, demostrando que no han aprendido nada de la experiencia anterior. Como hemos visto, la política que hoy sostiene la dirección mayoritaria del PRS constituyó una de las principales tragedias del trotskismo argentino. Por eso consideramos un crimen la política de estos compañeros, que ya ha demostrado cómo sin ganar y formar cuadros en el marxismo revolucionario y la negativa a realizar las tareas preparatorias lleva inevitablemente, cuando lleguen momentos claves, a no contar con una acumulación sólida de cuadros, experiencia política, teoría y programa que permita actuar decisivamente.


1 El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina. Tomo 2, Palabra Obrera y la Resistencia (1955-1959), Ernesto González –compilador, Pág. 226.
2 Ídem, Pág. 265 y 266.
3 “Sobre la experiencia del MAO y el entrismo”, citado por Ernesto González, página 281.
4 Ídem libro citado. Pág. 291
5 “Un documento escandaloso”. Nahuel Moreno. En este texto Moreno dirá que grandes luchas tendenciales y fraccionales se dieron a lo interno de Palabra Obrera contra la capitulación al peronismo: “No dicen que los camaradas Ernesto González y Nahuel Moreno formaron todo tipo de fracciones y tendencias y escribieron muchos documentos internos en contra de las tendencias que capitulaban al peronismo“. Pero esto no deja de ser más que una justificación pues la clave de la capitulación estaba en el entrismo en un movimiento nacionalista burgués, el resto no era más que una crónica de un derrotero anunciado.
6 Ídem libro citado. Pág. 288
7 Informe Sindical. Primer Congreso de Palabra Obrera, agosto de 1959.
8 Ídem libro citado. Pág. 290
9 Ídem. Pág. 290
10 Ídem. Pág. 291
11 Según el propio Nahuel Moreno a la época era “poco más de 100 compañeros”, en “Problemas de Organización”, folleto.
12 El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina. Tomo 2, Palabra Obrera y la Resistencia (1955-1959), Ernesto González –compilador, Pág. 290
13 UIT: Unión Internacional de Trabajadores, corriente internacional a la que pertenecen el núcleo principal de la dirección mayoritaria del PRS.

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