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Internacionales

De la tragedia a la farsa, un debate con la mayoria de la direccion del PRS

Crónica de una capitulación anunciada en Venezuela (Parte I)

14 de diciembre 2006

Se ha recalcado muchas veces la expresión de Hegel que "la historia se repite dos veces", complementada por Marx, "una vez como tragedia y otra como farsa". Aunque la frase se refiere a grandes hechos históricos, no deja de tener su asidero con respecto a cuestiones de menor importancia histórica pero de grandes implicancias políticas en la izquierda del trotskismo. Es que cuando no se sacan las lecciones de las experiencias políticas del pasado, sobre todo cuando se trata de orientaciones que llevaron a la capitulación desastrosa, estas se repetirán nuevamente, pero no ya como en el drama original sino como en el sainete grotesco de la imitación. Podemos afirmar entonces, sin temor a equivocarnos, que la política de los compañeros de la dirección mayoritaria del PRS hacia el chavismo adquiere cierta proximidad, como lo demostraremos, con la experiencia política del "entrismo" en el movimiento nacionalista burgués peronista en Argentina en la década de los años ‘50 que llevó a cabo la corriente política liderada por el dirigente trotskista Nahuel Moreno. La política del "entrismo" en el peronismo significó, como veremos, un completo desastre político que llevó no sólo a una capitulación hacia ese movimiento nacionalista burgués argentino en aquellos años, sino que significó también un real retroceso de las propias fuerzas de los trotskistas de la época(…) Demasiado caro se pagó aquella experiencia al no haber sacado las lecciones históricas necesarias, para que hoy se vuelva a repetir alegremente, sin medir las graves consecuencias políticas, una orientación semejante en el chavismo1.

Así vemos actualmente cómo la dirección mayoritaria del PRS se encauza en el mismo camino casi calcado (…), ya que su seguidismo al chavismo se enmarca en un giro sin atenuantes desde que se fundó el PRS. No sólo se enbanderan tras la campaña oficial del gobierno de los "10 millones de votos" para la reelección de Chávez sino que tampoco tienen como orientación delimitarse abiertamente del mismo con una clara política de denuncia ni llaman a la movilización contra las políticas del gobierno que golpean a los trabajadores. Si en las discusiones y los documentos internos hablan de una delimitación con respecto a Chávez, no han tenido ningún empacho al afirmar públicamente en el marco de la campaña electoral que "la candidatura del actual Presidente de la República y Líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías representa la esperanza de un pueblo que lucha por una transformación social radical que permita alcanzar un nuevo modelo económico de justicia social y lo considera su principal instrumento en la batalla contra el imperialismo y la oposición golpista"2. Como consecuencia de esto, la fuerte inserción sindical de dirigentes claves del PRS entre los trabajadores vía la corriente sindical C-CURA se desarrolla sin la más mínima delimitación política del chavismo, quedando todo en el plano de la independencia organizativa. De esta manera, la dirección mayoritaria del PRS repite en forma degradada y caricaturesca políticas que se emparentan con el "entrismo" en el peronismo argentino cuando se constituyeron como Palabra Obrera3 en los años ’50, nombre del periódico que surge como "órgano del Movimiento de Agrupaciones Obreras (MAO)"4 en julio de 1957 y que "desde un comienzo (…) comenzó a considerarse parte del movimiento peronista"5.

(…) Por eso consideramos que el giro acelerado de la dirección mayoritaria del PRS hacia una política en el movimiento sindical sin delimitarse del chavismo, expresada no sólo en el apoyo sin paliativos a la campaña por los 10 millones de votos por la reelección de Chávez, sino que también en la política concreta hacia el movimiento obrero en nuestro país sin la más mínima diferenciación de Chávez, no es más que expresión de los desastres históricos que en el pasado ha llevado la política que están sosteniendo actualmente. En el movimiento obrero luchas cruciales se libran por reivindicaciones salariales, por derechos sindicales, por mejores condiciones de vida, en fin, por sus reivindicaciones fundamentales. Pero no existe ninguna política de coordinación y centralización de estas luchas llamando a verdaderos encuentros obreros con delegados mandatados por la base en cada fábrica, en cada lugar de trabajo, y discutir cuál es el plan de lucha de los trabajadores para enfrentar las políticas no sólo de la patronal sino también la del gobierno nacional. ¿Por qué no lo hacen? La explicación está en que esto los llevaría a enfrentar al gobierno de Chávez. De esta manera, si observamos detenidamente la actual política de los sectores de la dirección mayoritaria del PRS hacia el movimiento sindical, encontramos interesantes puntos de contacto con este "entrismo" en el peronismo que señalamos realizado por Palabra Obrera.

(…) Si hoy, con el argumento de "preservar la unidad de la UNT", los dirigentes mayoritarios del PRS en C-CURA hacen llamados y aceptarían que co-dirija la burocracia progubernamental, afirmando que "la dirección original de la UNT conduzca la central hasta las elecciones", la misma que los trabajadores de vanguardia repudiaron en el II Congreso de la central sindical; Palabra Obrera en los años ‘50, hacía lo propio en Argentina con la "nueva burocracia" surgida alrededor de las 62 Organizaciones Peronistas de la CGT. Si la C-CURA se ubica como ser los "chavistas consecuentes" en contra de la burocracia de la UNT, concretizada en las palabras de uno de los máximos dirigentes sindicales cuando respondía ante la acusación de la burocracia que "eran el chavismo sin Chávez", afirmando que "somos el chavismo sin burócratas ni corruptos", en los años ‘50 los dirigentes de Palabra Obrera sostenían para su entrismo en el peronismo que "desde la creación del MAO, nos consideramos parte del movimiento peronista, independientes, pero parte del movimiento. ¿Qué quiero decir con esto? Que nuestro entrismo no se concretó cuando fuimos reconocidos oficialmente por la dirección peronista, o cuando nosotros decidimos expresamente ser la fracción trotskista dentro del peronismo. Es más, llegó un momento que nuestro periódico salía con la leyenda ‘Palabra Obrera, bajo la disciplina del General Perón’"6. Hoy como ayer, jamás entendieron que la unidad del movimiento obrero no depende de la fusión de los aparatos sindicales sino de la unificación de la mayoría de la clase obrera alrededor de consignas y métodos de lucha revolucionarios.

1 Aclaremos que las semejanzas entre el peronismo y el chavismo son muy limitadas. Chávez, a pesar de contar con el beneficio de los altos precios del petróleo, no ha llegado a tomar medidas de carácter más nacionalistas como las que realizara Juan Domingo Perón, quién llegó a nacionalizar importantes resortes de la economía nacional y un cambio sustancial en la participación de los asalariados en la renta nacional, apoyándose fuertemente en las organizaciones sindicales a las que les dio un gran impulso aunque estatizándolas.
2 Opción Socialista Nro. 8.
3 Palabra Obrera será el nombre del periódico con el que la corriente de Nahuel Moreno hará entrismo en el peronismo. Nombre que igualmente lo identificará públicamente como agrupamiento político.
4 El Movimiento de Agrupaciones Obreras (MAO) surge producto de un acuerdo de sindicalistas peronistas y los militantes del POR que en ese entonces orientaba Nahuel Moreno que actuarán dentro de las "62 organizaciones" gremiales peronistas.
5 El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina. Tomo 2, Palabra Obrera y la Resistencia (1955-1959), Ernesto González –compilador, Pág. 168.
6 Ídem, Pág. 168-69.


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