Es casi imposible no percibir hoy, la magnitud de la crisis que atraviesa la salud en nuestro país; crisis de la que nuestra carrera, la facultad, y la universidad de conjunto no pueden dejar de ser parte. Basta con mirar la situación del Hospital de Clínicas o del Hospital Francés para ver que lejos de ser una prioridad, el presupuesto para la salud y la educación se ve cada vez más reducido. Y ante esto, como estudiantes no podemos no reconocer o mirar para otro lado sin detenernos en análisis que aparentemente nada tienen que ver con enfermedades, músculos del cuerpo, técnicas histológicas o regulación de ciertas enzimas.

Porque este mecanismo perverso que desfinancia la salud y la educación pública, es el mismo que, mientras mantiene miles de docentes ad-honorem, obliga a que nuestra formación como médicos esté condicionaba por las empresas privadas como Roche, Bagó o Johnson & Johnson que, a cambio de aportes económicos (los famosos “recursos propios” de la facultad), tienen cada vez más injerencia en los planes de estudio y en la orientación que se le imprime a la carrera.

Según un artículo del economista A. Kicillof (Página/12, 01/12/06) nuestra facultad tenía en 2004 un presupuesto de 23 millones de pesos y recibía como “venta de servicios” 12 millones adicionales que permitían a un grupo de autoridades y profesores (y no nos olvidemos del QRS) hacer negocios particulares.

Claro: en un gobierno como el de Kirchner, con U$S 40.000 millones de reserva, donde las grandes empresas se enriquecen a costa de los salarios, e incluso de la vida, de los trabajadores, qué podíamos esperar de la universidad. El doble diskurso del gobierno se manifiesta, no sólo en la represión a los trabajadores del Hospital de Clínicas y del Francés, sino en el desfinanciamiento de la salud y la educación cuando el país cuenta con un superávit record.

Ellos tienen un proyecto de salud para unos pocos, que sea rentable para las prepagas, las clínicas privadas y los monopolios de medicamentos.

Si en Salud Mental nos enseñaron que la salud no es la mera ausencia de enfermedad sino un bienestar bio-psico-social, deberíamos preguntarnos ¿por qué nuestra carrera, sin duda la que acepta la mayor cantidad de gente con intenciones de mejorar la calidad de vida de las personas, sólo se encarga de la primera parte de esa definición de la palabra salud? ¿Por qué sólo la primera parte? Y lo más importante ¿por qué lo hace con exámenes filtros, materias interminables, cuestionables métodos de evaluación?

Una carrera para unos pocos

Cada año el CBC de Medicina recibe aproximadamente 11.000 alumnos. Sólo 4.500 llegan a primero y los libros con más de mil hojas que hay que leer para cada parcial y el “estado de ánimo” de quien nos evalúa deja bien claro que no sólo el CBC funcionaba como filtro. Quedarán 2.500 en segundo año y más de lo mismo.
Y para completar los números, 800 entran a los hospitales en 4° año. De 11.000, la facultad sólo se queda con 800. Y esa elección no es al azar. Esa elección es sencillamente una elección política por parte del decano, el gobierno y les empresas. Porque sólo evitando esas preguntas la salud sigue en crisis para nosotros y sigue siendo un gran negocio para ellos.

Éstas son las razones por las cuales nuestra carrera se dedica a “expulsar” estudiantes de su currícula. Y volviendo a las preguntas, ¿Qué médicos necesita? ¿Médicos para qué necesita?

Para los que somos parte de En Clave ROJA, es un eslabón de un proyecto general de país, de educación y de salud. Un proyecto al servicio de las grandes empresas, donde unos pocos se enriquecen a costa de la gran mayoría de la población, donde a pesar de los importantes avances en la medicina, millones mueren por día a causa de enfermedades curables y la atención primaria se abandona en pos de los grandes negociados de los laboratorios y empresarios que monopolizan y deciden sobre la venta de medicamentos, especulando así con la vida de las personas, donde los trabajadores sufren jornadas laborales interminables, que acaban alienando su vida y su cuerpo, produciendo distintas “enfermedades profesionales”.

En la universidad, por su parte, la privatización avanza en todos los ámbitos, quitándoles servicios esenciales a quienes menos tienen, los trabajadores y los sectores más postergados. ¿O no era acaso el Hospital de Clínicas el centro de salud modelo de “autogestión” durante los ’90 que se sostenía con el financiamiento de las obras sociales y los pacientes-clientes a la par que avanzaba su privatización y desfinanciamiento? Hoy vemos y padecemos su crisis. Entonces sólo nos queda hacer una última pregunta: ¿qué clase de médicos queremos ser?

Médicos… ¿Para qué?

Desde En Clave ROJA nos proponemos cuestionar el tipo de formación que obtenemos en la carrera, en la perspectiva de transformar la realidad en la que nos toca vivir. Por esto no nos consideramos neutrales y tomamos partido. Tomamos partido para construir una facultad que se proponga resolver los grandes problemas de la salud de la sociedad y no se dedique más a los negociados para unos pocos, que forme profesionales de la salud al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo, que pongan sus conocimientos en pos de construir una alternativa a este sistema de salud, donde la facultad, los hospitales y nuestras investigaciones estén al servicio de garantizar una atención completa al conjunto de la población, con acceso a los más modernos tratamientos y equipos de diagnóstico; combinando esto con desarrollar una política de salud verdaderamente preventiva, que parta de eliminar enfermedades que ya tienen cura y que están fuertemente ligadas a la pobreza como el raquitismo, la desnutrición, la parasitosis, o el cólera, e incluso llegar hasta la elaboración de nuevas drogas que den respuestas de fondo al flagelo del SIDA.

Entonces, te invitamos a dar esta pelea juntos, terminando en el camino con los exámenes filtro, las trabas para los estudiantes que trabajan, peleando por un verdadero aumento de presupuesto, que incluya salarios para los docentes ad-honorem, mejores condiciones de cursada y ponga fin al desabastecimiento en los hospitales.

Para esto necesitamos un Centro de Estudiantes que sea verdaderamente nuestro y no un peldaño más dentro del gran negocio que es la facultad, que funcione en forma democrática, de abajo hacia arriba, en base a asambleas y cuerpos de delegados, y se proponga ser la herramienta fundamental para pelear por refundar la universidad sobre nuevas bases, poniendo todos los recursos científicos, tecnológicos y materiales al servicio de desarrollar esta lucha.

Por una carrera de medicina masiva y de excelencia

Basta de materias y exámenes filtro

Basta de posgrados pagos y convenios con las grandes empresas

Sumate al proyecto de investigación “La salud de los trabajadores de la salud”

Pensamos este proyecto para que, como estudiantes de Ciencias
Médicas, podamos utilizar nuestros conocimientos al servicio de
investigar y ayudar a resolver los problemas de salud que sufren
los trabajadores a causa de extenuantes jornadas, salarios bajos
y superexplotación.

Proponemos entonces investigar sobre las enfermedades labora-
les que sufren los trabajadores del Hospital de Clínicas, a los que
se les suma la carga de trabajar en un hospital totalmente desfi-
nanciado, y empezar a dar, juntos una salida a ambos problemas.