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Informaciones Obreras

Córdoba: Protagonismo obrero y tendencias antiburocráticas

30 de junio 2005

Luego de muchos años de retroceso, por el peso de las derrotas, el proletariado automotriz apareció en la escena provincial con un plan de lucha que llegó hasta los cortes de calles, en uno de los centros urbanos más importante del país. Pese a que la burocracia sindical del SMATA hizo todo lo posible para mantener el conflicto en el terreno de la mesa de negociaciones, el impacto social de los mecánicos en lucha marcó un antes y un después en la situación de la clase obrera.
Los aumentos arrancados en VolksWagen abrieron la discusión en otras fábricas, como Renault o Iveco que tienen firmados convenios hasta diciembre. El SMATA tuvo que “bajar” a las plantas y comenzar a exigir aumentos, aunque sea “fuera de convenio”, también en estas empresas para calmar los ánimos. En no pocas asambleas se comenzó a escuchar voces disidentes cuestionando a la burocracia de Omar Dragún y Cía.
Estos conflictos se inscriben en una dinámica general de protesta obrera en la provincia. Los choferes de la UTA, los trabajadores de Luz y Fuerza, los empleados judiciales, los trabajadores de la salud y toda la administración pública y los docentes están en conflicto por recomposición salarial. Con esta situación Córdoba se “pone a tono” con la dinámica nacional. Y este panorama les abrió una crisis a los dirigentes sindicales acostumbrados a la pasividad y a la tranquilidad de los últimos años.

Las tendencias antiburocráticas

Dos ejemplos sobresalen de este marco general de recomposición obrera.
El primero es el surgimiento de una oposición en el gremio industrial más importante de la provincia, el SMATA. Esta burocracia pro-patronal, incluso más entreguista que el mismo Rodríguez, lo que ya es mucho decir, comienza a “hacer agua” en las fábricas y el surgimiento de nuevos sectores opositores que empiezan a cuestionar sus decisiones, es una expresión de su propia crisis. La asamblea que votó al acuerdo salarial en VW, se realizó un sábado a la mañana en la sede del gremio y la oposición a la propuesta de la burocracia, llegó hasta el 40% de los votos.
El segundo fenómeno se da en el SEP (empleados públicos) y específicamente en los trabajadores de la salud. Allí surgió una asamblea de varios hospitales, de los más importantes (los que conforman el “polo sanitario” y algunos otros) que abiertamente y hasta en los medios de comunicación plantean que “no necesitan a Pihen” para luchar. En la marcha que se realizó el 24 de junio, la mayoría de los trabajadores de los hospitales marchó separado del gremio (que encolumnó esencialmente a los delegados que “arrastró” del interior) y realizó un acto independiente frente al Teatro San Martín, donde se escucharon insultos y abucheos cada vez que se nombraba a la burocracia. Mientras Pihen y el SEP quieren negociar alguna migaja, estos sectores exigen $1600 y pase a planta permanente de todos los contratados.
¿Serán éstas las tendencias que se impondrán para el surgimiento de una nueva dirección obrera combativa y clasista?
El intento preventivo de gremios como Luz y Fuerza, SEP, UEPC, la UOM y otros de formar, a fines del año pasado, una “nueva CGT” que tiene como lema “más lejos del poder político, más cerca de los trabajadores”, hasta ahora no evitó el surgimiento de estos sectores antiburocráticos, objetivo por el cuál se constituyó. Seguramente su “tradición” de tantos años de estar “bien cerca del poder político1”, hoy los mantiene “lejos de los trabajadores”, o por lo menos de algunos sectores significativos que no están para el “verso”. 

El PTS y la izquierda

El PTS junto a los compañeros que impulsan el periódico Nuestra Lucha, viene intentando influir en este resurgir de lucha obrera e insertándose en sectores claves del movimiento obrero cordobés; y de alguna manera lograr ser parte orgánica de la recomposición de la clase obrera, en el camino de pelear por una nueva dirección clasista, que retome lo mejor de la rica experiencia histórica, en un lugar que fue cuna del clasismo, uno de los fenómenos más avanzados que dio nuestra combativa clase obrera.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo del resto de la izquierda, que un poco tarde se está dando cuenta de que un partido “obrero” se construye… en la clase obrera. Su dedicación “exclusiva” a la administración de los planes del estado o las campañas electorales, los ha convertido en grupos2, que salvo en algunos sectores estatales donde existen sus figuras “históricas”, están por fuera de este interesante proceso que se da en la provincia, como lo demuestran los superficiales artículos de sus prensas, cuando intentan balbucear algunas palabras sobre el movimiento obrero en general, y mucho más aún, sobre el proletariado industrial. En el gremio docente el MST y el PO (que le dieron la espalda a la agrupación D-Base que impulsa el PTS), en frente con el PCR acaban de hacer una pésima elección y le dieron un triunfo “histórico” (por la diferencia de votos, nunca vista en el gremio) donde la burocracia sacó cerca de un 80% y este frente apenas llegó al 10%, perdiendo los cuatro delegados departamentales que tenían. Su oportunismo político electoralista lo pagan con un golpe duro en un lugar que consideraban su “bastión”.
El desarrollo de una corriente obrera antiburocrática y clasista que comience a organizarse desde el principio de la recomposición de la clase trabajadora, es una tarea primordial que tiene planteada la izquierda que se reivindica socialista y revolucionaria. Llamamos a la izquierda a que unamos fuerzas para lograr este objetivo.

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1 Recordemos que José Pihen fue diputado del delasotismo y que la dirección de Luz y Fuerza, estuvo y está abiertamente alineada con el gobierno de K. y el intendente Luis Juez.
2 En el caso del MST, lo de “grupo” es literal, luego de la división, en Córdoba, a pesar de la influencia en los centros de estudiantes universitarios en el caso del “Documento 1” o de la bancada de Liliana Olivero en el caso del “Documento 2”, separados han perdido influencia y se han reducido a grupos menores. Además de que su discurso de “unidad de la izquierda”, en el medio de esta división de la que nadie entiende muy bien de que se trata, suena poco creíble.

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