El 27 de marzo se realizó, en la Facultad de Trabajo Social de La Plata, la charla organizada por Autoconvocados por la Integración en Salud (AISa), integrada por compañerxs independientes, del Ce.Pro.DH y el PTS. El objetivo fue debatir la discriminación que sufre la población LGTB y las mujeres en los Hospitales Públicos.
En el inicio se realizó un homenaje a los 400 homosexuales asesinados durante la dictadura, y a todos los trans, travestís y centenares de mujeres víctimas de la violencia familiar e institucional.
Abrió el debate Mónica, militante del CeProDH, quién estableció los marcos desde donde abordar la discriminación: “Para enfrentar la acción del estado, el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, que hacen que travestís y trans sean sometidxs a las peores humillaciones a la hora de recurrir al Hospital Público, y maltratadas como trabajadorxs. Entendemos que la discriminación no es solo por la elección que cada uno haga de su sexualidad, sino también es contra las mujeres y los inmigrantes.”

Dulce, integrante de AISa, señaló: “Debemos entender que la salud es un proceso social integral. El Estado por un lado sanciona la ley de matrimonio igualitario y por otro, a través de la policía, persigue y asesina a las personas en situación de prostitución. Mientras el parlamento dio media sanción a la Ley de Identidad de Género, que permitiría de alguna forma alcanzar estos derechos sin ser considerados ‘ciudadanos de segunda’, la realidad es que en cada lugar de trabajo, en cada fábrica, oficina, la discriminación persiste. Salir del ‘closet’, como se dice habitualmente, se ve obstaculizado y frenado por actores concientes, por el propio Estado y por el gobierno nacional y provincial”.

Valeria, estudiante de enfermería, que impulsa AISa expresó: "La idea de juntarnos surgió por la problemática que existe dentro del hospital público. La violencia de género parece ser moneda corriente, la discriminación hacia la comunidad homosexual, trans, gay, lesbianas, mujeres, así como hacia los propios trabajadores de la salud es aberrante.
A partir de esto, junto con mis compañeras, surgió la idea de juntarnos y empezar a pensar una salida a esta problemática. Es desde este lugar que surge el petitorio y un proyecto que venimos gestando. La semana pasada, junto a mi abogado del CeProDH, presentamos un recurso judicial para la adecuación de mi nombre en el DNI. Aunque tenga una respuesta favorable, no será el fin de la lucha porque la discriminación no va a terminar.

¿Quién no ha sufrido alguna clase de discriminación a la hora de acceder al hospital? Esto es algo que tiene que terminar y la única forma es juntarnos con los pacientes y trabajadores del hospital".
Daniela, enfermera del Hospital San Martin, una de las impulsoras del petitorio y AISa, hablo sobre las características de la organización que se están poniendo en pié: "Somos un grupo realmente diverso, por nuestra sexualidad, por nuestra ideología. Hay compañeras que militan y otras no, como yo, pero supimos encontrar un camino para pelear contra la discriminación, siempre intercambiando y construyendo. Los distintos agrupamientos están separados, feministas por acá, trans y travestis por allá, nosotras estamos todas juntas y eso para nuestro grupo es muy valedero. Respetamos a todas y cada una de los colectivos que existen, pero convengamos que AISA es poco habitual. Mi situación en el Hospital como enfermera profesional desde hace 25 años es bastante difícil, nada pueden decir de mi capacidad, de mi profesionalismo a la hora de tratar a los pacientes y a los familiares, pero me atacan por mi sexualidad, por no encajar en el modelo hombre-mujer. También veo como son maltratadas las trans y travestís cuando ingresan al hospital, son abandonadas a su suerte, e internadas en salas de hombres. El maltrato y la violencia laboral a mis compañeras de trabajo es cotidiano, así como a las mujeres en las salas de parto".

Por otro lado, Natalia, militante del PTS y enfermera del Hospital San Martín, comenzó a organizar AISA, junto a Daniela, para enfrentar la discriminación y las malas condiciones laborales que enfrentan tanto pacientes como trabajadores: “Sufrimos pésimas condiciones de trabajo, falta de insumos y de personal. La gran mayoría tenemos doble y hasta triple jornada de trabajo, en promedio trabajamos más de 14 horas por día. Tengo un año de antigüedad, mi básico es de 1806 pesos. Imagínense el impacto que causó, no solo a los trabajadores del hospital, sino a toda la sociedad, cuando diputados y senadores se aumentaron el 120% sus salarios. Esta situación la sufre también los que acuden al hospital público, que son en general los trabajadores y el pueblo. La accesibilidad a la salud integral es un derecho que debemos defender. El deterioro y las condiciones en la que se encuentra el hospital público es responsabilidad del gobierno de CFK y de los gobiernos provinciales. Si el hospital funciona es gracias al esfuerzo de muchos de sus trabajadores y no por la buena voluntad de la clase política. Por eso es fundamental pensar que los derechos se conquistan y el camino es salir a pelear de forma organizada. La única forma es organizarnos junto a los sectores explotados y oprimidos. Como militante del PTS, peleo por terminar con éste sistema capitalista que no ofrece más que miseria, discriminación.
Por último, Rosa D’Alesio planteó: “Desde el PTS tenemos el orgullo de participar en cada lucha por conquistar los derechos de los sectores oprimidos y explotados, por esto es que somos parte de las marchas por el Derecho al Aborto, asistimos a los Encuentros de Mujeres con nuestra Agrupación Pan Y Rosas, hemos abierto las puertas de nuestros locales a las compañeras trans, para enfrentar el cese a la persecución policial y judicial, peleamos juntos contra los códigos contravencionales, acompañamos al Frente Nacional por la Ley de Identidad cuando presentó el proyecto de ley, así como somos parte de las luchas que emprenden muchas de las organizaciones del movimiento LGTB. Como nuestra perspectiva es la lucha por conquistar una sociedad liberada de la explotación y de todas las formas de opresión, quiero destacar en particular las conquistas que logramos en Donnelley, donde una compañera trans se atrevió a visibilizar su identidad, producto que nuestros compañeros, que integran la CI, pelean cada día contra todo tipo de discriminación y prejuicios reaccionarios que dividen a la clase obrera. Esta pelea también hay que llevarla a la universidad, en particular en la facultad de psicología de la UBA, donde se ‘producen’ teorías patologizantes. Una de las cátedras de la carrera, psicopatología, ha publicado trabajos sobre transexualidad a la que ‘diagnostican’ como una psicosis. Los Invito a realizar una próxima charla en psicología de la UBA para cuestionar estas teorías e invitar a los estudiantes a ser parte de estos cuestionamientos”.

La charla culminó con el compromiso de continuar impulsando el petitorio, organizar charlas en los lugares de trabajo y casas de estudios, para poner en pie una corriente de trabajadores y estudiantes que luche contra la explotación y la opresión.