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Con los asambleístas de Gualeguaychú

23 de febrero 2006

Entre Ríos cuenta con una larga tradición de lucha por la preservación del medio ambiente. Desde la lucha contra la represa hidroeléctrica de Paraná Medio durante los años 1996/97, la imposición al Gobierno Provincial de declarar la Emergencia Ambiental del bosque nativo, hasta las actuales movilizaciones. En la ciudad de Gualeguaychú no hay negocio, automóvil, o pared que no diga “No a las papeleras, sí a la vida”. Es un verdadero reclamo popular, y la intervención masiva del pueblo, cuestiona en los hechos el derecho de los capitalistas a destruir el ambiente y explotarlo como les de en gana. Este choque de voluntades despierta las pasiones a ambos lados de la frontera, pero todavía no está jugada la última ficha.
Llegar al corte sobre la ruta 135 es una grata travesía. Las pasturas y plantaciones, el verde como horizonte, atrapan tanto como los tradicionales carnavales de la zona. El corte que ya lleva 20 días ininterrumpidos, está sobre el Arroyo Verde, a unos 12 km. del puente Gral. San Martín que une Gualeguaychú con Fray Bentos. Un acoplado y un tractor se encargan de hacer del piquete un paso infranqueable... y lo es.
Al llegar, en una ronda de mates, lo primero que surge es el tema del gobierno: las opiniones son diversas, pero prima la confianza y expectativa. El debate es dinámico y las posiciones políticas se templan bajo el calor de una gran voluntad colectiva.
“Esto debería solucionarse a nivel gobierno, a nivel de responsables, como corresponde”, arriesga uno de nuestros anfitriones. Marincha, una docente de la zona sale al cruce: “el Estado dice que es sólo un problema ambiental, ¿cómo vas a confiar en estos si la provincia de Bs. As. es una cloaca?” Y otra vecina agrega “porque acá ellos están acostumbrados a mentirle a la gente, a no tener soluciones, pero no nos van a comprar con un sandwich de chorizo”.
Sin embargo, la visión general es que las medidas son para presionar al gobierno. “Nosotros tenemos que hacer que sean ellos los que hagan las cosas, esto no puede seguir, acá todos trabajamos y nos vemos muy afectados”, dice Alejandra, dueña de un pequeño emprendimiento de colmenas que como otros va a ser afectado en un 100 % por la instalación de las papeleras.
“Es duro, pero vamos a seguir”, afirma un agricultor de la zona, y responde a nuestra pregunta sobre la relación con los trabajadores y pobladores uruguayos: “es difícil llegar, pero estamos pensando iniciativas para que nos escuchen del otro lado, volantes, radios, etc.”. Una gran tarea por delante.
Ese día, en la asamblea participaron casi 300 personas. Profesionales de la zona, intelectuales y comerciantes son los principales referentes, pero la que decide es la asamblea y hasta ahora los cortes se mantienen por tiempo indeterminado, más allá de los punteros y amigos de Busti y Kirchner que buscan levantar todo. La tradición de lucha por la vida y el ambiente ha forjado su mejor ejemplo con las medidas de acción directa al pie de la ruta.
El 30 de abril va a ser el aniversario de la multitudinaria marcha de 40.000 personas. Según los asambleístas, esta vez van a ser más de 60.000. Hay que profundizar ese camino. Allí estaremos.

Prensa

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