por LTS-CC, México

Este 30 de octubre del 2011 en el auditorio de la Casa Museo León Trotsky, un centenar de militantes, simpatizantes, amigos y familiares nos reunimos para homenajear a nuestra camarada Mercedes Rodríguez Gómez, recientemente fallecida, quien pasó sus últimos meses batallando contra una dura enfermedad. Allí recibimos saludos de numerosos compañeros de la Fracción Trotskista de América Latina y Europa; de compañeros que la conocieron cuando estuvieron en México colaborando con la LTS en sus orígenes, y de camaradas que enviaron su solidaridad al grupo y a su familia.

En los discursos, distintos compañeros trazamos las líneas de lo que fue su trayectoria política y de cómo era personalmente “Meche”, como le decíamos todos. Ella fue parte del grupo de militantes que a fines de los 80 rompió con el Partido Obrero Socialista, en medio de profundas diferencias políticas y fundó las bases de lo que hoy es la LTS. Un núcleo de camaradas que, siendo trabajadores y socialistas, supieron preservarse en medio de la crisis del marxismo revolucionario y avanzar a izquierda para tomar la tarea de reconstruir los hilos de continuidad de la tradición del bolchevismo leninista, tarea que fue reforzada por la relación internacionalista que establecimos con el PTS de Argentina y que fue la base para la conformación de lo que hoy es una tendencia internacional –la Fracción Trotskista– con presencia en importantes países de América Latina y Europa.

Todos los que la conocimos la recordamos en momentos difíciles: en la represión del 11 de diciembre de 1999 y del 6 de febrero del 2000, cuando gran parte de los militantes de la LTS y de la agrupación estudiantil Contracorriente caímos presos, y fueron deportados dos de nuestros camaradas argentinos. O cuando se desató la represión en Cancún adonde acudió una delegación de la LTS en el marco de la cumbre de la OMC; o apoyando solidariamente desde su profesión de enfermera a los compañeros de la huelga de hambre de la APPO en la Alameda Central en el 2006; o en la enfermedad de muchos de nosotros, cuando enfrentamos pérdidas personales o tuvimos problemas de cualquier tipo (…).

Este acto homenaje fue muy importante porque, para nosotros, retomar nuestra tradición y valorarla en su justa dimensión está al servicio de vincularnos con nuevos sectores de jóvenes y de trabajadores, y apostar a la emergencia de un verdadero partido revolucionario en México. Anclados en la estrategia marxista, nuestra tarea como organización, es forjar una nueva generación militante que haga una “nueva escuela” con banderas limpias, que encuentre en los ejemplos de militancia como el que hoy homenajeamos el temple y la moral para encarar los nuevos desafíos con un profundo optimismo revolucionario y confianza en la acción de la clase obrera y que también pondere críticamente la experiencia y errores de aquellos que la preceden. Ese es el mejor homenaje que podemos hacerle a Meche, mujer, trabajadora, revolucionaria.

1-11-2011