La consigna por las 6 horas es una bandera de lucha que los del Subte la llevaron al triunfo con una huelga ejemplar. Y por ser producto de un gran triunfo se abren las posibilidades de hacer una gran campaña por la misma. ¿Cómo avanzar en una estrategia que sirva para desarrollar la lucha por las 6 horas y trabajo para todos y aumento de salario?
En una primera etapa necesariamente la campaña tendrá un carácter de propaganda, explicativo, pero eso no significa que no planteemos cuál es el camino para conseguirlo.
En pocos lugares se podrá pelear por conquistarla ya, ahora, como fue en el Subte. O ahora en FOETRA Capital que está en conflicto por salario, donde los trabajadores y un sector de los delegados (como los del PTS) exigen las 6 horas en los trabajos insalubres. Para que el discurso de Claudio Marín no quede en eso, las organizaciones obreras que integran el Movimiento deben exigirle que su sindicato, que movilizó a miles días pasados, tome medidas concretas por las 6 horas. De esta manera también se refuerza a los sectores combativos dentro de ese gremio. Lo de Foetra es un caso especial, porque nadie podrá creer que será con los actuales jefes de la CGT unificada como lograremos generalizar semejante reivindicación para el conjunto del movimiento obrero. Recordemos que los compañeros del subte la consiguieron contra Palacios y no junto a Palacios.
Las 6 horas en todo el país deberán imponerse con huelgas generales y otros métodos aún mas radicalizados. Y aunque no podemos descartar que en el calor de la lucha arrastremos a sectores de la burocracia sindical a tener que pelear por las 6 horas, no podemos confiar un solo minuto que serán ellos los que nos lleven a la conquista de semejante reivindicación. Por lo tanto ¿cómo no plantear desde el inicio que no podemos confiar esta lucha a la burocracia sindical de la CGT y de la CTA? Y para eso es necesario e impostergable empezar a coordinarse los sectores combativos y antiburocráticos como planteó Raúl Godoy en el acto. No es una política sectaria. Al contrario, es la única garantía para llevar adelante una política amplia sin que nos desvíen a una vía muerta.
Una Mesa de Organizaciones obreras, con mandato de sus bases, que encabecen y dirijan la campaña de las 6 horas y la lucha por otras demandas sentidas (en principio los otros puntos acordados) y el resto, sean agrupaciones sindicales o políticas, diputados, artistas, individuos se integren acorde a ese criterio proletario, para nada “obrerista”.
La lucha por las 6 horas lleva inevitablemente a enfrentar a la burocracia sindical. Sin embargo, en la declaración para el Acto del Movimiento (que el PTS no firmó como dice erróneamente el PO1) sólo se dice “Exigimos el libre ejercicio y el más amplio respeto a la Democracia Sindical”. En pos de la “amplitud” del Movimiento (para que venga la CTA nos dicen algunos compañeros) se escamotea la necesaria diferenciación con los dirigentes reformistas para que esta campaña avance.
Las críticas a Kirchner se reducen también en pos de la “amplitud”. Pero la superexplotación actual, con jornadas extenuantes de un lado y millones de desocupados sobreviviendo con los miserables planes de “asistencia social” por otro, es impulsada por el gobierno K que incluso no ha dudado, en una provincia netamente “suya” como Santa Cruz, en encarcelar a los desocupados de Caleta Olivia que le arrancaron a los pulpos petroleros cientos de puestos de trabajo. Hay que denunciar al gobierno porque mete presos a los luchadores (como se hizo correctamente en el acto) pero eso no alcanza. El gobierno de K entrega el país y sus recursos al imperialismo, apoya a todos los gordos de la CGT unificada, manda la represión y ejecuta los planes de mano dura de Blumberg. Hay que denunciar con claridad al gobierno de conjunto, como lo que es, un gobierno burgués y proimperialista.
El Movimiento por las 6 horas, para desarrollarse, debe avanzar a conformar una Mesa de organizaciones obreras, denunciar con claridad a la burocracia sindical y al gobierno, ponerse a la cabeza de la lucha por la libertad de los presos políticos y apoyar todas las luchas en curso. Si no, puede transformarse en un movimiento sin filo, que no podrá cumplir sus objetivos, deslizándose hacia un parlamentarismo estéril. Aunque presentemos un proyecto de ley propio2 (como hacen los ceramistas de Zanon en Neuquén por la expropiación de la fábrica) y juntemos firmas por el mismo, cuestión quizás necesaria como expresión superestructural de la campaña, no puede ser lo prioritario sino que debe estar subordinado a la lucha extraparlamentaria por las 6 horas para imponerlas.
Si la conquista de la jornada de 8 horas llevó decenas de años con fuerte lucha de clases en la época en que el capitalismo aún podía otorgar concesiones significativas, nadie puede pensar que hoy la codiciosa burguesía nacional aliada a los monopolios extranjeros que controlan el grueso de la industria y los servicios van a otorgar graciosamente una conquista que atacaría de lleno sus ganancias.
Llamamos a los compañeros del Subte y a todos los que son parte de esta campaña, a debatir fraternalmente cuál es la mejor manera de avanzar.

1 El PO dio la espalda al llamado de los delegados del Subte, continuando con su tradicional política de boicotear todo aquello que no sea una colateral propia.
2 El proyecto no impone como obligatoria la jornada de 6 horas al regular las horas extras, reclama subsidios a los empresarios que no puedan “bancar” las 6 horas, etc.