Ayer Chabán fue liberado provocando la indignación de las víctimas de Cromañón, que hoy lo tienen sitiado en la casa de la madre en San Martín.

La Justicia da así una muestra más de impunidad para los ricos, mientras que en el otro extremo Raúl Castells se encuentra detenido por reclamar comida en un McDonald’s, y siguen presos los manifestantes que repudiaban en la Legislatura la votación del Código de Convivencia.

La indignación de los familiares contra la libertad de Chabán no es sólo producto de su responsabilidad en la masacre, sino también por su declaración ante la justicia, en la que intenta presentarse como alguien que no conocía ninguna de las características del local, desde cuanta gente entraba, hasta la habilitación para el funcionamiento del lugar. Su cinismo llega hasta el extremo de ignorar tenebrosos antecedentes como fue un incendio en un recital de “Jóvenes Pordioseros”, e incluso un principio de incendio un día antes en otro recital de “Callejeros”. El empresario incluso intenta cargar la responsabilidad de lo sucedido en los músicos, mientras nada dice del gobierno, y hasta elogia a la policía, intenta así diluir sus responsabilidades y las del gobierno en los músicos, los ignotos dueños del lugar, y unos supuestos conspiradores que arrojaron las bengalas.

Por su parte el jefe de gobierno de la Ciudad sintió temblar el suelo bajo sus pies ante rumores de una supuesta intervención por parte del gobierno nacional. Es que para las intenciones de plebiscitarse que tiene Kirchner el apoyo de Ibarra, es una mochila que lo tira para abajo en el conteo de votos. Así el candidato oficial, Bielsa, intentó despegarse afirmando que la masacre fue “una penúltima postal del Estado jugando al distraído” (omitiendo mencionar a los dirigentes de dichos estado). Pero el intento “desestabilizador” no prosperó porque raudamente salió a defenderlo Mauricio Macri, el mismo que protege la impunidad de los genocidas afirma que hay que respetar a las instituciones, más tarde se sumó Duhalde, quien fue su soporte en los momento críticos, arrimándole a su ladero Juanjo ˜álvarez, el asesino del Puente Pueyrredon, para que le maneje la seguridad. De esta manera el “progresista” Ibarra queda sostenido por lo más rancio de la sociedad, claro que ante esto, el gobierno dio marcha atrás y también se sumó al apoyo al Jefe de Gobierno, y hasta Carrió lo sustenta. Así vemos que Ibarra está apoyado por todo el sistema político burgués, demostrando que aquello de la “renovación de la política” que defendía Kirchner no es otra cosa que un verso para contentar a la popular, y que lo único que cuenta para estos partidos es la suma de votos para obtener el poder.