Como mujer y de izquierda, realmente quedé asombrada de que mi tocaya Patricia Walsh se prestara a participar de la convocatoria que lanzó Lilita Carrió bajo el lema “el amor como cuestión política”. Pero más grande fue mi sorpresa cuando leí en los diarios que se terminó hablando sobre los ’70 y la reconciliación.
¿Qué tenía que hacer una mujer que se reivindica de izquierda que ha luchado por los DD.HH., hija y hermana de desaparecidos, que peleó por la anulación de las leyes del perdón, hablando del amor con una quebrada como Patricia Bullrich, una católica conservadora como Lilita Carrió y la zigzagueante María Eugenia Estenssoro (ex radical, ex RECREAR, ex Bloque Plural y actual ARI) que, según dicen los diarios, se dedicó a hablar de su infancia acomodada en San Isidro, sus estudios en Francia y EE.UU. para terminar reconociendo que en 1978 “yo discutía que no podía haber desaparecidos”?
En Página 12 señalan que Carrió arengó a las chicas: “Recibiremos la burla de los ignorantes, pero podremos hablar de lo que importa”.
Evidentemente, lo que importa es salir en los diarios a toda costa, aunque sea participando en un foro inocuo donde se banalizan temas importantes, entre interlocutoras con las que no tiene demasiado sentido polemizar y bajo un título que ridiculiza a las mujeres; salvo, claro está… que la futura candidata del MST esté buscando un lugarcito en la foto.