(...) Hemos dicho que Macri, Bielsa y Carrió en Capital, o Cristina y Chiche Duhalde en Provincia de Buenos Aires no tienen ninguna diferencia sustantiva. Todos ellos defienden igual que Kirchner un “capitalismo en serio” con hiperganancias para Repsol, Techint, los grandes grupos económicos, para el pago puntual de la deuda externa al FMI y el Banco Mundial. (...) Ellos también están por un país con salarios un 30% inferiores a los ya bajos del 2001, por un país con millones de trabajadores en negro y desocupados y millones de pobres. (...)
Los cambios de alianzas y de partidos de los actuales candidatos, el pase de uno para otro lado, expresan la profunda descomposición del radicalismo y el PJ. Bielsa, va como candidato del PJ de la Capital, con los mismos que ayer nomás estaban con Béliz y Cavallo, empezando por Alberto Fernández. (...)
Macri, que se llenó los bolsillos con sobreprecios al estado, primero estuvo con Duhalde y ahora está con López Murphy. Y Carrió lleva como legislador a Enrique Olivera, uno de los principales hombres de De La Rúa. Su famoso “contrato moral” no pasa la prueba de su primer candidato a legislador.
Al revés que todos ellos nuestro frente levantó un claro programa de lucha por salario, trabajo y por enfrentar hasta el final al imperialismo y los grandes capitalistas, señalando la necesidad de una salida de fondo, expropiando a los expropiadores, por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Porque como dijimos en la campaña electoral, el “capitalismo no se puede humanizar”, como pretenden Kirchner y la centroizquierda.
El propio Partido Comunista de Echegaray y el banquero Heller, no es más que otra variante de la centroizquierda local, va unido al PS, de Binner y Laporta, el que estuvo con Ibarra, el asesino de Cromañón, está con ellos y con Margarita Stolbizer y con el Encuentro de Rosario.
Lo que ellos quieren hacer lo podemos ver en Uruguay, donde gobierna el Frente Amplio, que se dice progresista, que no sólo pretende arancelar la universidad pública sino que su bancada de senadores ha votó esta semana que la armada uruguaya participe de operativos conjuntos con los marines yankis, los mismos que masacran en Irak. (...)

Una izquierda clasista y anticapitalista

Nuestro Frente tiene la virtud de presentar una clara perspectiva de clase y anticapitalista en momentos en que Luis Zamora que acaparó la mayoría de votos de izquierda en el 2001, con un discurso contra toda organización militante y hablando contra la izquierda, resultó un verdadero fiasco. Ya ni se dice de izquierda y está automarginado de las luchas de los trabajadores. Y hemos levantado esta perspectiva anticapitalista y clasista, cuando corrientes como el MST, que se dicen obreras y socialistas, después de estar 10 años con el PC repite la política de ir detrás de figurones de los partidos patronales, como es el caso del clerical Mario Cafiero, cuestión que calla y oculta la candidata del MST en la Capital, Patricia Walsh.
Nuestro frente es el único que plantea una alternativa estratégica a este seguidismo a la centroizquierda. Algunos compañeros nos han preguntado ¿Por qué no está el Partido Obrero en este frente? Se lo propusimos desde el principio. Pero lo cierto es que el PO buscó una y otra vez ir con el PC, y también seguir los pasos del MST, como hacen en las universidades que se alían con cualquiera, para conseguir un voto avergonzando a sus propios militantes y a toda la militancia de izquierda. El PO decía que quería un frente 100% de izquierda y miren como terminó, 100% solo (...).

Una democracia de los trabajadores y los explotados

Toda la historia mostró que ninguna clase dominante resigna sus privilegios sin que la obliguen. (...) Sólo con una revolución social que expropie a los capitalistas y ponga en el poder a los trabajadores podremos terminar con la opresión imperialista y la explotación capitalista.
Compañeros, para nosotros el terreno electoral no es el decisivo. Esta no es la democracia por la que luchamos. Es una democracia para ricos, de los capitalistas. Nuestra estrategia es la de una democracia de los trabajadores y los explotados, una democracia superior a todo lo que ha dado la burguesía en su historia, a cualquier república burguesa. Una democracia donde sean los trabajadores los que organicen y planifiquen la economía, donde haya plena libertad para todas las tendencias del movimiento obrero. Sólo en ese régimen podemos empezar a construir una sociedad sin explotación.
Pero aunque lo electoral no sea lo decisivo, no significa que nos sea indiferente. Estamos dando una pelea para prepararnos mejor para el futuro. Para que la próxima vez que se desaten nuevas jornadas como las que se vivieron en estas calles en diciembre de 2001, sea la clase trabajadora, que no fue protagonista en esos días pero que hoy está reconociendo sus fuerzas en las luchas por el salario, tenga a su frente una dirección clasista y revolucionaria que le permita encabezar al conjunto de los explotados para terminar con la Argentina capitalista.