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Informaciones Obreras

Burnout (estar quemado laboralmente)

28 de septiembre 2006

En esta nota queremos comenzar un recorrido por los problemas de salud de los trabajadores de la salud que continuaremos en los próximos números.
El síndrome de Burnout, tiene tres características principales.
a) agotamiento emocional: disminución y perdida de emociones.
b) despersonalización: desarrollo de actitudes negativas, insensibilidad, incluso hacia los pacientes.
c) reducida realización personal: tendencia a evaluar el propio trabajo en forma negativa, sentimiento de baja autoestima.
Los primeros síntomas que se manifiestan son los dolores de cabeza, muscular e hipertensión arterial. Generalmente causado por la sobrecarga y desorganización laboral. Esto se debe a la combinación de falta de personal e insumos. Cuando se prolonga en el tiempo, se suman otros síntomas como úlcera gástrica, perdida de peso u obesidad. Estos mismos desordenes se agravan cuando los turnos son rotativos, que modifican los ritmos biológicos de los trabajadores. De continuar esta situación comienzan a manifestarse signos de agresividad, ansiedad, frustración que desemboca en la depresión.
En estos casos los médicos diagnostican un cuadro de estrés o de depresión, que lleva a medicar acorde a este diagnóstico, antidepresivo mediante, acompañado en el mejor de los casos con licencia médica.
Cuando el trabajador regresa de su licencia las condiciones desfavorables que causaron sus síntomas no cambiaron. Con el tiempo este simple estrés se transforma en el BURNOUT. Lo que significa que no hay tratamiento posible sino se cambian las condiciones de trabajo.
En el Hospital Ramos Mejía, se observa que el 25% del ausentismo es por estos síntomas, otro 10% con carpeta psiquiátrica y otro 3% es compartida entre automedicación y adicciones.
La falta de personal, la cantidad de horas compartidas lleva en muchos casos al mal trato entre compañeros, porque el lugar de trabajo se transformó en un lugar de pertenencia, como si fuera el propio hogar, se desdibujan los roles. El tener una escasa participación en la toma de decisiones y la polifunción de tareas, muchas veces externas a la profesión, incrementan la irritabilidad y la agresión de estos compañeros.
Muchos de los trabajadores que faltan por carpeta psiquiátrica lo hacen por un agotamiento debido a la cantidad de horas que le dedican al cuidado de personas enfermas, esto lo lleva tanto a un sentimiento de despersonalización (es difícil discriminar entre la vida y la muerte), y a una baja autoestima porque son impotentes frente a la inminencia de la muerte.
Esto se vio incrementado en la tragedia de Cromañon, cuando muchas de esas muertes eran evitables pero la falta de insumos (algo habitual dentro de nuestras condiciones de trabajo) lo hizo imposible. Agravado porque nuestro sistema de salud carece de una estrategia para actuar en caso de catástrofe.
En los Hospitales Públicos, todo lo que describimos más arriba se vio incrementado con la creación del sistema de módulo (horas extras). Al comienzo de los ‘90, el gobierno de Menem con la complicidad del Sindicato (SUTECBA), aprovechándose de la carencia de personal que existía en esa oportunidad y de los bajos salarios, logra matar dos pájaros de un tiro; por un lado congela las vacantes y por otro suplanta la faltante con el sistema denominado módulos de enfermería.
Para los enfermeros esta “solución” fue una desgracia. El personal que creyó en este sistema, fue perdiendo poco a poco la salud, las horas de esparcimiento, la identidad y en muchos casos hasta la vida. El enfermero/a que hace módulos, lo hace para poder llegar a fin de mes y poder “bancar” el hogar con un sólo sueldo como sostén de familia. ¿Quién no tiene a su cargo un hijo o familiar desocupado?
Con los módulos, horas extras, la vida social desapareció, ahora tienen que pasar todo el tiempo metidos en el hospital y muchas veces dejando desprotegidos sus hogares, sus hijos quedan expuestos a peligros externos, incrementando la ansiedad y temor de estos trabajadores.
Se puede concluir que el Burnout es la consecuencia de la alienación. La alienación es un estado individual o colectivo que consiste en sentirse otro y en este sistema uno pasa a no ser dueño de su vida y su futuro, pasa a ser manejado por aquellos que de alguna manera ejercen poder.

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