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Informaciones Obreras

Movilización interna en la planta de Pacheco

Bronca obrera en Volkswagen

12 de diciembre 2002


Ocho y treinta de la mañana. Los trabajadores de VW comienzan a golpear rudamente los fierros de sus máquinas. Un estruendo termina de despertar de "la fiaca" a los que todavía esquivan en su cerebro, la velocidad brutal de las líneas de producción.
El ruido es el grito anónimo de bronca vigilada por circuito cerrado de TV. Pero el ruido, de golpe, se transforma en movimiento, son camisas blancas, azules, son diez, son cientos, una río de sudor y bronca que corre entre telarañas de cables, puertas, motores. Nada los detiene.
Llegan al cuarto de los "delegados". Vuelven a tronar voces, esta vez con desafinadas melodías futboleras reclamando la aparición de la comisión interna. Pero solo salen los secretarios, dos delegados pinches, marionetas sin poder de decisión, que tratan de contener lo incontenible, la furia de un torrente enfadado porque no les pagan los 150 $ por mes en ticket que la empresa les prometió.
Pero tan poco obstáculo no puede detener la creciente indignación que atraviesa las lejanas calles internas que llevan al nuevo objetivo de unidad: los mamelucos grises de la lejana planta de pintura.
El impecable galpón que no tolera ni a una mosca, de golpe se ve estremecido por los trabajadores de montaje, los "tira chispa"; a ellos se unen los "mamelucos grises". No hay delegados. Los pocos "dirigentes" sorprendidos, corren a refugiarse a las oficinas de los supervisores -islas con aire acondicionado, teléfono y café, aisladas del ruido y de la explotación.
Los "forros", unos pocos, tratan se salvar la producción, preocupados porque no dan abasto en su objetivo. Autos que se "queman" en los hornos, que se rayan, que se pierden...
Para las 9;30 el torrente se convierte en un mar de protesta de 700 compañeros que golpea las manos frente a las oficinas de personal, pidiendo las explicaciones de porqué la empresa no paga lo que prometió.
Sale el "jefe" molesto porque lo "interrumpen" en su trabajo. Amenaza. No quiere dialogar.
Los siempre respetuosos obreros se ven en la necesidad de "apelar" a la familia del negrero para que se "digne" a dar una explicación. Con tono firme, amenazador.
El "jefe" decide darles una explicación y les pide tiempo y que vuelvan a sus puestos prometiéndoles información directa vía carteleras en los sectores, ante la desinformación que acusan los trabajadores de parte de los delegados.
Unos instantes de desconfianza son precedidos por la retirada pacífica de casi todos.
Llega el sindicato y la Comisión Interna. Los "dirigentes" bajan de sus 0 km e increpan a los compañeros: ¿por qué hacen las cosas sin autorización? La empresa puede tomar represalias y ellos, por supuesto, no se van a hacer cargo. Son ignorados. Algunos compañeros los mandan a la m... Van al comedor. Entran los delegados. De nuevo el ruido atronador pero esta vez, de los tenedores contra platos. El repudio al sindicato y a los delegados queda claro...
Se sienten fuertes, saben que se unieron contra la patronal y el sindicato; que metieron presión, se hicieron oír.
Alguno se acuerda de los 450 suspendidos, alejados para siempre de la empresa. Las sonrisas se transforman en gestos serios, saben que sus compañeros quedaron afuera, pero ya fue...
Ahora están más fuertes, quizá el día de mañana, con nuevos dirigentes que quieran pelearle a la patronal, los compañeros suspendidos vuelvan a entrar.
PD: una semana después la patronal les pagó los 300 $ que les debían.

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