Las leyes votadas en el Congreso, a partir de la movilización de Blumberg -como ser el otorgamiento de mayores penas para los casos de secuestro y violación seguido de muerte, homicidios agravados y tenencia ilegal de armas- están hechas a medida de la "mano dura" que encarnan los Ruckauf, Rico, Patti, Menem y compañía. Este tipo de leyes no es novedad. El Estado burgués las viene promoviendo hace tiempo. El caso de la Ley 25.434 del 2001 es revelador: la policía puede sin necesidad de orden judicial requisar en la calle a las personas e inspeccionar sus efectos personales y vehículos, en busca de pruebas de un delito. Hoy vuelve a corporizarse una viva ambición de la derecha criolla que toma prestado del Estado terrorista norteamericano conceptos tales como "tolerancia cero", "limpieza de clase" y "ley y orden".

Las recientes leyes fueron votadas y articuladas por el PJ. Kirchner dio vía libre a la votación, mientras algunos calmantes descuidaban su estómago. Mientras tanto el PJ de la provincia de Buenos Aires se ponía de acuerdo en nombrar a León Arslanian como Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.
El plan Arslanian: represion y reformas
El flamante Ministro es defendido por el progresismo por ser un "garantista"1. Pero lo cierto es que aún en su garantismo se trata de un personaje bastante pragmático: entre sus pergaminos se encuentra tanto el haber encabezado el tribunal que enjuició a las Juntas Militares como haber sido defensor de "joyitas" como Matilde Menéndez y Juan Carlos Alderete.
En estos días propuso convocar a la "participación de vecinos en la prevención del delito y el control de la Policía" y a "poner a civiles al frente de las comisarías". Pretender supervisar a los hijos de Camps, Etchecolatz, Klodzic y Franchiotti, es como mínimo una tarea bastante ridícula. Pero parece que el Ministro que querían los progresistas está decidido a mostrar su flanco derecho. Arslanian acaba de acordar con Kirchner involucrar a las Fuerzas Armadas en la seguridad de la provincia. Bajo la figura de ayuda "técnica y logística" (que no es poca cosa para las operaciones policiales) se abre así una cabecera de playa para el desembarco del ejército cobarde y genocida en el control interno de la población. Por si fuera poco, se acordó una partida extra de 150 millones a los más de 1200 millones con que ya cuenta la Policía. Este giro es para 1500 nuevos efectivos y aumentar armamento y patrulleros. En suma más asesinos de gatillo fácil a la calle.
Estas políticas son las que ya se vienen imponiendo. El Plan Béliz de mediados del 2003 plagó el conurbano de fuerzas de seguridad, federales, gendarmería y prefectura, para "combatir el delito". Como denunciamos entonces, el contenido de esta política era "militarizar la pobreza" en una región donde el desempleo y la miseria alcanza índices alarmantes. La nueva receta de Arslanian es más de lo mismo y ya demostró su fracaso. Como el principal centro del crimen está en la mafia policial, lo que se está haciendo es fomentar la criminalidad, dándole vía libre a la policía brava, a las peleas entre bandas policiales y encima...al Ejército.
Las causas del delito
El aumento del delito reconoce tres fuentes principales: la mafia policial, los punteros políticos y la desigualdad social.
La policía es una verdadera asociación ilícita preparada para delinquir involucrada en todo tipo de "ilegalidades" sobre todo las más lucrativas. En la "maldita" policía, la división robos y hurtos, roba y hurta, en robo automotor roban autos, en narcotráfico trafican drogas y la policía del barrio se entretiene con la línea de delitos barriales. El caso del secuestro y asesinato de Axel Blumberg reconoce esta marca de origen, ya que estarían implicados un Subcomisario de la Federal y la Jefatura de la Comisaría 23 de Morón.
Por otra parte, es harto sabida la ligazón entre la mafia policial y el poder político entre comisarios, intendentes y punteros del PJ y de la UCR. Así, los caciques bonaerenses amasan fortunas y sus lacayos operativos disfrutan del "señorío territorial". La unidad entre las fuerzas policiales y la política patronal, como corresponde a buenos creyentes, es en cuerpo y alma.
Por último, el aumento de la criminalidad hunde sus raíces en la enorme desigualdad que engendra el capitalismo, con su correlato de marginación y descomposición social. Según la Consultora Equis, los indicadores de desigualdad en el ingreso entre el 10% más rico y el 10% más pobre, en la Ciudad de Buenos Aires es de 190 veces y en la Provincia de 30 veces2. Sobre esta base se asienta el aumento de la marginalidad, que empuja sobre todo a los más jóvenes a delinquir para poder sobrevivir.
1 Los juristas llaman así a la actitud de "garantizar" todos los derechos de defensa a los encausados en algún crimen.
2 Página 12, 11/04/04.
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Cuándo piden mayor seguridad, ¿De qué hablan?
Hablan de poner en las calles más uniformados.
En el 2003, llenaron las calles de milicos, y ¿qué pasó?
¿De quiénes estamos hablando?
De la bonaerense y la federal.
Los responsables de 1.600 casos de gatillo fácil que hoy se encuentran impunes.
¿Y la gendarmería?
Los responsables de decenas de miles de crímenes de trabajadores ocupados y desocupados en el interior: Teresa Rodríguez, Víctor Choque, Anibal Verón, Mauro Ojeda, Francisco Escobar, Carlos Santillán y sigue la lista.
¿Y la prefectura?
Participó del asesinato en Avellaneda que terminó con las vidas de Maxi y Darío.
¡Y ahora las Fuerzas Armadas...!
Como víctima del gatillo fácil, que sufrí, sufro y sufriré las consecuencias de la mano dura de Ruckauf, expreso que los mayores y principales delincuentes son la policía, las fuerzas represivas de este Estado capitalista. Por eso, debemos unir nuestras fuerzas y desarrollar una campaña contra los que nos reprimen y sus jefes políticos. Formar comités contra la represión y la impunidad para luchar contra el gatillo fácil de la policía brava.
El próximo 23 de abril a las 11 hs. en la estación de Quilmes los invito a participar de una marcha hacia los tribunales, ya que los jueces se niegan a hacer las pruebas que muestran que la policía me disparó con la intención de matarme. Quieren dejar libre al oficial Salmo, como a tantos otros casos impunes del gatillo fácil.