Bajo el lema “Blair: es hora que te vayas” más de 50 mil manifestantes marcharon el sábado 23/9 en Manchester (al noroeste de Inglaterra) para repudiar su política, mientras sesionaba allí la Conferencia anual del Partido Laborista. La convocatoria de Stop the War, la Campaña por el Desarme Nuclear, sindicatos y asociaciones musulmanas, reunió a manifestantes provenientes de Inglaterra, Escocia y Gales en la marcha más grande contra el Partido Laborista y una de las más grandes de la ciudad desde las protestas de los cartistas1 a mediados del siglo XIX.
A diferencia de las marchas anteriores, ésta se caracterizó por su contenido antigubernamental. Entre sus demandas estaban: ¡No a las guerras de Bush y Blair! ¡Retiro de las tropas! ¡Alto a las privatizaciones! ¡Defendamos el Sistema Nacional de Salud! Además de los cánticos contra la guerra en Medio Oriente se escuchaba “Blair, te llegó la hora” “Blair es hora que te vayas” (de Irak y del gobierno). Había una gran presencia de jóvenes, familias y delegaciones de regionales sindicales del transporte, empleados públicos, correo y comunicaciones, y docentes.
La conferencia anual del Partido Laborista tiene lugar en un clima político de gran hostilidad hacia Blair, que fue obligado a anunciar su retiro antes de completar su tercer mandato luego de la renuncia de siete de sus secretarios. Fiel aliado de Bush, también sufre las consecuencias del empantanamiento de la política en Medio Oriente y está cuestionado tanto por su política externa como su política interna de privatizaciones y ataques a la salud y la educación.
Los entretelones de esta tensión son la oposición interna luego de los supuestos atentados frustrados de agosto y la oleada de intimidación sobre la comunidad musulmana.

Brown: un cambio para que nada cambie
Los medios han escrito ríos de tinta sobre las divisiones entre los ‘blairistas’ y los ‘brownistas’ (seguidores del ministro de economía Gordon Brown, quien se apresta a suceder a Blair como primer ministro). Sin embargo, estas rencillas sólo son diferencias alrededor del estilo de hacer política, pero son iguales a la hora de atacar a los trabajadores y alinearse con Bush. Es que Blair está tan desprestigiado que ya se ha convertido en un peso para el propio laborismo que teme perder las próximas elecciones y quiere renovar la imagen del partido para continuar en el poder. Es un recambio de figuras para que en lo esencial siga la misma política.
Mientras las peleas internas hablan de un laborismo cada vez más alejado de la realidad de los trabajadores, la semana pasada se inició la primera huelga de la salud en los últimos 17 años contra las privatizaciones, medida que continúa esta semana con otro paro de 24 horas. Debemos recordar que el problema de la salud es más que emblemático para el laborismo, ya que fue este mismo partido el que introdujo el sistema de salud gratuito para todos luego de la Segunda Guerra y es visto por las masas como una conquista.
Como lo demuestran estos diez años de gobierno de Blair, Brown ha sido un ‘fiel servidor’ del Nuevo Laborismo y no ha levantado siquiera una vez su voz en oposición a la guerra en Irak o el Líbano y ha sido el arquitecto de la política económica. A pesar de esto, muchos sindicatos siguen estando afiliados al partido laborista y le han hecho el guiño a Brown, negándose a plantear una alternativa de independencia de clase y convirtiéndose en un obstáculo. La marcha del sábado, que le siguió a la de 100 mil personas del 5/8 contra la guerra en el Líbano es evidencia de la impopularidad de Blair y muestra que hay ánimo para construir una alternativa independiente del laborismo.

1 Movimiento de trabajadores que exigía el voto universal y secreto en el Siglo XIX.