Es evidente que entre los trabajadores va creciendo la confianza en sus propias fuerzas. Comienza a haber luchas reivindicativas, se sale a la calle, se va a la huelga, crece la movilización. No hay provincia que no se vea afectada por la lucha salarial. Diversos analistas dan cuenta de la brecha existente entre los sueldos y el “costo” de la vida adivirtiendo que podemos asistir a un período de puja por el ingreso. Los mismos dirigentes sindicales se aprestan a posicionarse para la negociación, concientes de esta situación.

Hoy, el salario real de los trabajadores en el 2004 se encuentra un 55% por debajo del nivel registrado durante el período 1971-75. Un asalariado gana en promedio el equivalente al 45% de lo que se cobraba treinta años atrás. Se trata entonces de recuperar lo perdido.
A la vanguardia de esta lucha están los estatales, docentes, hospitales y judiciales. La pelea por incorporar los $250 al básico es una de las principales demandas que llevó a varias medidas de fuerza.
CTERA se tuvo que decidir finalmente a convocar a un plan de lucha, una vez que la bronca docente ya había ganado las calles en todo el país. Entre los judiciales se decide continuar el plan de acción por alcanzar una mejora salarial y recuperar la ley porcentual con enganche nacional1 .
En todas estas luchas surge una suerte de militancia de los trabajadores, los activistas, que se enfrentan a los dirigentes y garantizan las asambleas y las medidas de acción. Como varios medios provinciales reconocen las cúpulas de los gremios están sobrepasadas y en algunos casos –como en IOMA La Plata- se dieron pasos efectivos en la coordinación de distintos establecimientos estatales y de otros gremios. La impresionante lucha del Hospital Castex, con más de cuarenta días de huelga también ha tenido que enfrentar a los dirigentes burocráticos, buscar el apoyo de otros hospitales de la zona e impulsar la coordinación.
Todos estos conflictos están aislados uno de otro por culpa de los dirigentes. Habría que preguntarle a los que están al frente de la CTA, de CTERA y de ATE qué diferencia sustancial han logrado encontrar entre un estatal, un judicial o un docente para dividir a unos de otros ¡cuando encima pertenecen a la misma central!. La respuesta a esta altura es obvia. La encontramos en que estos dirigentes se niegan a unir la pelea en un solo plan de lucha nacional porque no quieren enfrentar al gobierno. De Gennaro dice que “la CTA no es oficialista ni oposición”. Su postura se sintetiza en pegarle a Lavagna para salvar a Kirchner. Según esta lógica el santacruceño no tendría responsabilidad por los males que sufren los trabajadores sino que la culpa está en los elementos de derecha del gobierno. Aunque la teoría no es nueva, no deja de ser útil para justificar a Kirchner. En la marcha del 18 en Congreso, D’Elía disciplinó de entrada diciendo que el que critica al gobierno le hace el juego a la derecha.

Movimientos en las fábricas


Queremos destacar otro tipo de procesos de lucha que los diarios directamente no informan, como los que se dan entre los trabajadores industriales. Reflejan que el cambio en el estado de ánimo está golpeando a todos los trabajadores y calando hondo, si tenemos en cuenta que este sector clave de la clase obrera hace tiempo que no destacaba movimientos importantes.
Tomemos el caso de Siderar, la ex Somisa, donde los trabajadores vienen de realizar un quite de colaboración en la sección de mantenimiento y distintas asambleas donde participaron los trabajadores contratados. El reclamo es la exigencia de efectivización. Es un hecho inédito que apunta contra una de las armas más dañinas que utiliza la patronal –la división entre permanentes y contratados- para dividir y mejor explotar a los trabajadores. Pero también se dio otro hecho “histórico”, el dirigente de la UOM Naldo Brunelli –después de diez años- tuvo que bajar a una asamblea de base donde “tomó nota” del conflicto y pidió una “tregua”. Pero no se la dieron, el quite continuó por quince días.
En sintonía, otro hecho inédito sucedió en la General Motors de Rosario lo que no es poca cosa ya que se trata de otra de las fábricas más grandes del país, con 2000 obreros. Allí los trabajadores realizan un quite de colaboración por aumento salarial. La patronal contestó con el despido de un compañero y se realizó una asamblea donde participaron 1800 compañeros decidiéndose un paro de 48 horas. Actualmente se mantiene el quite de colaboración por mejores salarios.
Otra fuente de conflicto es la crisis energética que las distintas patronales no dudan en descargar sobre las espaldas de los trabajadores, anunciando despidos, suspensiones, adelantos de vacaciones u obligando a trabajar los días domingo sin pagar la diferencia.

Los “gordos” y los “disidentes”


Ajena a las luchas de los trabajadores ocupados –y ni hablar de la de los desocupados- las CGTs no paran de tirarle flores al gobierno. Rodolfo Daer acaba de decir que “vemos con mucho aliento que (el gobierno) está en el camino correcto”. Y Hugo Moyano se despachó con un “apoyamos las decisiones del Gobierno porque vemos que en las negociaciones con el Fondo y las privatizadas mantiene una firmeza importante”2 (¿!)
La realidad es que esta es una burocracia cada vez más aislada de lo que pasa en la base. Según Clarín (25/5) las dos CGTs se pusieron de acuerdo para intervenir en común en el Congreso de la OIT, considerándolo un paso hacia la unidad de estas dos centrales en pos de fortalecer la negociación salarial con el gobierno. Contradictoriamente, lo cierto es que aunque se hable de unidad, lejos de fortalecer a la base obrera y tender un puente hacia los desocupados, lo que buscan estos dirigentes es reforzar su cuestionado dominio en detrimento del interés de los trabajadores de a pie. Si ellos se preparan para negociar los sueldos mejor que los obreros se agarren los bolsillos.

El movimiento piquetero



Al cierre de esta edición se cumplía una importante jornada de lucha del movimiento piquetero combativo. Los desocupados vienen de realizar cortes de calle y piquetes contra las privatizadas centrando en la lucha contra el tarifazo, para reclamar que la «garrafa social» sea de $10 y no de 18 y por la universalización de los planes sociales. Estas demandas tienen que ser apoyadas por el conjunto de la clase trabajadora.
Vale aclarar que el papel divisionista de los dirigentes de la CTA no se limita a los estatales. Tantos esfuerzos ponen en debilitar a la oposición social al gobierno, que hasta levantan sus propias jornadas de lucha con tal de no coincidir con los piqueteros. Así suspendieron el paro que habían anunciado para el 12 de mayo para no confluir con los desocupados de la CCC y la ANT (que habían corrido su propia fecha de movilización para participar de la jornada de la CTA), impidiendo la unidad en la movilización de trabajadores ocupados y desocupados.

1 Sistema que establece una relación ecuánime entre los sueldos de los jueces y los de los empleados.
2 Clarín 22/5

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Luchar por el salario, el trabajo para todos, contra el gobierno

En este panorama de creciente intervención de los trabajadores ocupados y desocupados la primer conclusión que surge es que no va a haber lucha seria para conseguir aumento de salarios si no se enfrenta la política divisionista de la burocracia sindical.

Apelar a la democracia de base, a la asamblea para garantizar la unidad en los establecimientos es una necesidad para que sea la base quien tome las decisiones y no los dirigentes que transan. El ejemplo de los compañeros del IOMA, aunque pequeño, es importante: no habrá unidad entre los distintos lugares de trabajo si no se impulsa la coordinación. Si pelean los docentes, los judiciales, los estatales, los de la salud, los estudiantes y los trabajadores desocupados hay que buscar la unidad. Si hay que pasarle por encima a los dirigentes para que no estén aislados los que están peleando, no hay que dudar. Hay que tomar todas las tareas necesarias hasta imponer a los dirigentes un plan de lucha nacional, por el salario y por el trabajo para todos.
Entre los luchadores tiene que crecer la certeza de que no se está ante una pelea más, la lucha por el salario es también contra el gobierno de Kirchner, subordinado al imperialismo y al Fondo Monetario Internacional. Por eso entre las demandas tiene que estar el no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI.
A nivel de las fábricas hay que rodear de solidaridad todo conflicto que surja. Buscar el apoyo obrero y popular, de las organizaciones de izquierda, de los estudiantes. Pero acá también hay que saber que los dirigentes sindicales van a patear en contra. Está planteado recuperar las comisiones internas y los sindicatos de manos de los dirigentes traidores. Impulsando listas antiburocráticas como están haciendo los trabajadores de la alimentación –encabezados por Terrabusi, Stani y Pepsico- contra Daer. Promoviendo la elección de delegados combativos que se subordinen a las decisiones de la asamblea.
En el desarrollo de estas luchas hay que comenzar a levantar la bandera de trabajar menos horas, trabajar todos con más salario, debatiendo e impulsando iniciativas como la que hicieron los trabajadores de Subterráneos de pelear por una jornada laboral de seis horas, en el camino de acabar con la desocupación y por un salario equivalente a la canasta familiar. 
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9000 estatales se movilizan en Mendoza
El gobierno ataca... los trabajadores responden

Más de 9000 trabajadores estatales y en el marco de un fuerte paro docente, realizamos una marcha a Casa de Gobierno para exigir aumento salarial. El gobierno de Cobos mostró su carácter verdaderamente reaccionario. El gobernador, que pretendía hacer gala de un aire renovador, demuestra ser un seguidor de López Murphy, continuador de la política reaccionaria de Iglesias que implica el achicamiento del estado, negándose al reclamo de los estatales que luchan por aumento salarial, atacando la estabilidad laboral con su proyecto de reforma del estatuto docente e imponiendo la conciliación obligatoria.
En un acto provocador el gobierno dice que no hay plata por fuera de lo presupuestado. Es mentira. El superávit fiscal es sólo una ínfima porción del banquete que disfrutan los Repsol, los Pescarmona y los Vila, de los cuales Cobos actúa de testaferro.
Frente a esto los estatales salieron a luchar. Los trabajadores de la salud están en asamblea permanente y tomando medidas de acción directa.
Los docentes, que vienen cuestionando la política de Maure, y donde los activistas antiburocráticos pusieron en pie la lista marrón- verde para las elecciones de junio, realizaron un paro que tuvo el 80% de acatamiento en toda la provincia, demostrando que no se dejan amedrentar por el chantaje y la persecución laboral que ejerce el gobierno, que no sólo les descuenta el día sino que además los obliga a anunciar con anterioridad la adhesión al paro.
Frente a esto la burocracia sindical de CTA–ATE dice que va a luchar hasta el final y que va a “negociar con dignidad” Sin embargo, ya los vimos actuar en varias ocasiones, negociando a espaldas de la base, dejando pasar la Ley Federal y la implementación del polimodal, dejando en manos de abogados radicales los juicios de los docentes, mientras se la pasaban hablando de “democracia participativa” Hoy en el acto dejaron hablar a la policía, los asesinos y torturadores de tantos pibes como Bordón, Guardati o Garrido, que se lavaron la cara diciendo que estaban “del lado de los pobres” ¡Los mismos que no van a dudar en reprimirnos si Cobos se las ve negras y quiere silenciar a los que luchan! ¡Fuera la policía de los actos y movilizaciones de los trabajadores!
Por eso, no podemos dejar en manos de los burócratas ninguna negociación con el gobierno. Todo acuerdo o resolución de paritarias deben ser aprobadas en asambleas de base. Hoy más que nunca necesitamos poner en pie comités de lucha, encuentros de delegados combativos, asambleas comunes entre los distintos sectores y preparar un verdadero congreso de delegados de base (no esos digitados por Maure y Fresa) que vote un pan de lucha unificado y un paro general activo hasta torcerle el brazo a Cobos, imponiendo el aumento de salario de $ 300 para todos, el pase a planta permanente de los contratados, el aumento de presupuesto para salud y educación en base a impuestos progresivos a las grandes fortunas como Repsol o Pescarmona y garantizar la estabilidad laboral.
Corresponsal



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Provincia de Buenos Aires
Crece la lucha de los estatales por el salario
Por Tito Bustos
Delegado IOMA-ATE

Los estatales de la provincia de Buenos Aires vivimos el viernes pasado un paro completo de toda la Administración Pública. Durante toda la semana nuevos sectores salieron al paro y reforzaron las medidas de lucha por el salario. El denominador común de las asambleas es el reclamo de unidad.
El gobierno de Solá empieza a analizar que la única forma de descomprimir el conflicto es con una oferta concreta. La lucha estatal creó un clima donde ya no hay lugar para la política de oídos sordos. “Un aumento hay que dar” dice el diario El Día en su tapa del 26 de Junio. Y continúa analizando que el “...panorama se irá agravando y podría terminar sumergiendo a toda la administración en una situación caótica, convencidos de que en muchas áreas el personal ya no espera las resoluciones orgánicas de los sindicatos para realizar medidas de fuerza”.
La política de las direcciones sindicales -que como el mismo diario El Día reconoce están “presionadas desde abajo”- es sumamente divisionista. En la última semana, Salud Pública convocó a parar el lunes 17, ATE el martes 18 y UPCN y el FREGEPBA el viernes 21. Pese a la división, los trabajadores votan sus propias resoluciones de lucha y toman todas las medidas convocadas por los sindicatos, sin descartar ninguna.
Pero esta misma situación nos pone a los estatales en una encrucijada. Los trabajadores somos los que sostenemos las medidas de fuerza, garantizando los paros y las movilizaciones. No podemos dejar todo este esfuerzo, esta energía, en manos de los dirigentes.
Hay que impulsar en forma activa las asambleas de base de todos los trabajadores (afiliados y no afiliados) en cada ministerio, para desde allí confluir en una coordinadora interestatal que le imponga a los dirigentes sindicales un plan de lucha unificado y el respeto a las decisiones y el mandato de la asamblea.
El debate que deberán afrontar las asambleas en curso, es cómo evitar la anunciada “negociación” de los gremios con el gobierno y que nuestra lucha por los $ 250 de aumento al básico no sea entregada en una mesa de consenso por miserias.

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Cinco semanas de paro en IOMA
Un avance en la coordinación

Por Tito Bustos
Delegado IOMA-ATE

El IOMA entra en su quinta semana consecutiva de paros escalonados y hace punta en la lucha provincial por aumento salarial. Esta semana el paro fue de 96 horas.
La combatividad, la intransigencia en las medidas de lucha, la efectividad de los paros y la unidad que logra con las regiones y delegaciones del interior de la provincia, se deben fundamentalmente a un método conquistado: la ASAMBLEA, órgano máximo de deliberación y decisión de los trabajadores.
Este método nos permite superar las divisiones que los sindicatos imponen conquistando la unidad desde las bases más allá de la filiación sindical, y donde los delegados gremiales se someten y acatan las resoluciones de asamblea. Nos permite ganar masividad, que nuevos compañeros se sumen con todas las garantías de poder opinar, proponer y votar las resoluciones, así como organizarnos para enfrentar la natural desconfianza que los trabajadores tienen en los dirigentes y construir un método diferente.
Frente a la clara división impuesta por los dirigentes sindicales, en el IOMA nos propusimos modestamente y con nuestras fuerzas, comenzar a impulsar la coordinación. Exigiendo en principio a ATE que se ponga a la cabeza de la lucha por la unidad hasta lograr el aumento salarial. Como parte de esta iniciativa, se realizaron tres reuniones de coordinación intertestatal, donde participaron el Suteba La Plata, ATE Sur, Junta Interna Educación, Salud, Obras Públicas, autoconvocados y delegados de hospitales, entre otras representaciones.
Lo que está planteado es una carrera de velocidades. O los trabajadores conquistamos en base a nuestras asambleas una coordinación efectiva e imponemos la acción unificada en las medidas de fuerza, logrando que se respete el mandato de los $ 250 al básico; o los dirigentes sindicales, como en tantas otras huelgas, entregan por migajas la enorme lucha que llevamos adelante con el esfuerzo de todos los trabajadores.