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Los empresarios festejan en la Argentina K

Basta de dictadura patronal

7 de septiembre 2006

Por estos días el gobierno y los empresarios celebraron el Día de la Industria. La ministra Felisa Miceli encabezó varios actos con la UIA y otras corporaciones patronales. La cúpula empresaria se deshizo en elogios al “modelo” del “dólar alto”. No es para menos. Las 100 empresas más grandes están ganando a razón de 750 pesos por minuto desde que comenzó el crecimiento económico hace tres años. Inclusive se dice que les podrían liberar algo el control de precios en indumentaria y alimentos. Ganancias seguras con Kirchner.
En estos mismos días de festejos de los empresarios y el gobierno, dos obreros de la construcción, paraguayos, murieron al caer de un edificio en pleno centro de Buenos Aires porque los exitosos empresarios de Makil SA, la constructora, no garantizan las mínimas medidas de “seguridad” laboral y trabajaban sin arneses en el noveno piso. La industria de la construcción crece al ritmo de las muertes laborales y con cifras récord de un 70% de empleados en negro, en su mayoría inmigrantes. También por estos días, la esposa del chofer del micro del fatal accidente en Misiones dice que los empresarios de la exitosa Plus Ultra no le daban un franco a su marido –muerto junto a 6 pasajeros– desde hace un mes y que se vio obligado a descansar sólo cuatro horas antes del viaje. Las muertes laborales a causa de la sobreexplotación capitalista son cosa de todos los días, aunque no tengan trascendencia en los medios como es el caso del joven de 25 años electrocutado porque los exitosos empresarios de la Cerámica Fapa de Monte Grande no le proveyeron de los botines de seguridad. Es uno más de los 800 casos de muertes laborales al año, más de dos por día, en la Argentina K.

por Manolo Romano

Pero a esta “delincuencia” de los empresarios no se la reprime. No hay “mano dura” con ellos. Al contrario, un gran implicado en esta práctica es el propio Estado, como sale a la luz con la nueva película ‘Fuerza Aérea SA’ que denuncia la inseguridad laboral en las aerolíneas y el peligro de muerte para miles de pasajeros. En cuanto a los empresarios, el Ministerio de Trabajo hace la vista gorda. Recién ahora enviaron una inspección los empresarios textiles de la marca Kosiuko que tercerizan el trabajo en talleres esclavistas de inmigrantes, cuando ya desde abril la Unión de Trabajadores Costureros denunció la existencia de más de 100 de estos talleres utilizados, no por una, sino por 50 marcas de ropa. Encima los jefes de la UIA reclaman que no se les modifique ni una coma a favor de los trabajadores a las leyes de accidentes de trabajo para que las muertes de trabajadores les salgan baratas. Esta inseguridad laboral, producto de la sed de lucro, junto a los mayores ritmos de trabajo, la precarización del empleo y los bajos salarios, es una de las bases de las superganancias capitalistas que festejaron en el Día de la Industria.

Resistencias contra la esclavitud capitalista
En estas condiciones, se empieza a expresar a nivel de las empresas una nueva resistencia obrera, todavía incipiente, en especial protagonizada por sectores de trabajadores más jóvenes y precarizados. Tiene que ver con una tendencia internacional de los sectores más oprimidos de la clase trabajadora que vimos en los inmigrantes de los EEUU y la juventud de Francia. Aquí se expresó en los últimos meses –en distinta magnitud y desincronizadamente– en la rebelión de los trabajadores tercerizados de las petroleras en Las Heras, en las marchas de los inmigrantes bolivianos superexplotados en los talleres textiles de la Capital, en los Mc Donald"s, en los cortes de vías de los trabajadores de limpieza de los ferrocarriles, en los paros de los de las empresas tercerizadas en el subterráneo, en la lucha de los contratados bajo el convenio de UOCRA en Siderar, en las tomas de los contratados de las telefónicas y call centers. Y en la dura lucha actual de los jóvenes del fondo buitre TVB ex – Jabón Federal que despidió a todo el activismo obrero justo cuando tenían que discutir las condiciones del convenio con una comisión interna combativa y elegida en la base. Es una resitencia todavía dispersa, atomizada por empresa, intermitente, que tendrá triunfos y derrotas, pero es una nueva generación de la clase trabajadora que puja por ponerse en movimiento contra lo que los empresarios y los gobiernos impusieron en la década de los ’90: el trabajo precario, la flexibilización laboral, el despojo de los derechos sindicales, la superexplotación de los inmigrantes y las mujeres trabajadoras, la división de la clase obrera. Ellos no discuten sólo el aumento salarial, sino las condiciones de la propia explotación capitalista y los derechos de la organización de los trabajadores en las empresas.
Es una tarea de primer orden apoyar y ayudar a que se desarrollen cada una de estas expresiones de luchas y nueva organización de los trabajadores que enfrenta no solo el hostigamiento de las patronales sino el boicot de la burocracia de los sindicatos. En la actual situación de crecimiento económico que despierta ilusiones en amplios sectores de las clases medias y los trabajadores con el gobierno, estas luchas que se van forjando desde abajo muestran una contracara a las actuales tendencias conciliadoras con las patronales y expresan odio de clase contra la explotación capitalista. Como lo venimos haciendo desde La Verdad Obrera, el PTS propone a las organizaciones antiburocráticas y a la izquierda obrera y socialista hacer causa común y coordinar para rodearlas de solidaridad y que triunfen. Y para levantar una nueva bandera para el surgimiento de un nuevo movimiento obrero: como cantan los jóvenes de Jabón Federal “se va a acabar la dictadura patronal”.

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