Este jueves, según anunció Roberti que encabeza la Federación de Petroleros, y a pedido del SMATA, se reunirá la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA) para debatir “la altísima infiltración de la política de izquierda en los lugares de trabajo”.

Roberti no tardó nada en contestar el teléfono a Pignanelli, que lo llama para desatar una cacería de brujas en el movimiento obrero, pero desde que sufrimos nueve despidos en Shell no nos recibió, aunque fuimos a buscarlo al sindicato, a la Cámara de Diputados (donde llegó de la mano del derechista Frente Renovador) y al Ministerio de Trabajo. Esto demuestra claramente para quienes trabaja: para gente como Aranguren (CEO de Shell) y no para frenar los despidos y suspensiones. Nuestro enemigo tiene la misma alianza sindicato-empresa-gobierno que enfrentan los trabajadores de Gestamp y Lear, con los que, junto a los compañeros de Calsa, compartimos el Encuentro Sindical Clasista en Zona Norte donde dijimos que nuestra pelea era la misma. La burocracia massista y la de los K se juntan sin ningún problema para atacar a los trabajadores y la izquierda.
 
La pelea por la reincorporación sigue

El 30/5 los despedidos de Shell junto a trabajadores ferroviarios del Roca, de la CI de Coca Cola, aeronáuticos, docentes de SUTEBA Quilmes, Lomas y Echeverría, estudiantes de la UNLA, UNQ y CBC, nos presentamos en el Ministerio de Trabajo para la audiencia pactada hace casi un mes. El Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Avellaneda y la empresa volvieron a darse la mano por debajo de la mesa, ninguna de las dos partes se presentó. Ahí mismo hicimos un corte sobre Alem para exigir al Ministerio a que nos reciba y lo conseguimos. Denunciamos el carácter persecutorio de nuestros despidos y su ilegalidad. También que estos “faltazos” solo son posibles con la complicidad del Ministerio.

Más que nunca, tenemos que seguir la lucha; haremos una peña el sábado 7 para fortalecer el fondo de lucha. En este mes de conflicto no paramos de cosechar adhesión y solidaridad de otros laburantes, como los de Calsa, cuya pelea es un ejemplo. ¡Seguimos luchando! ¡Reincorporación ya!