Sobran razones para un paro nacional que sea superior a la demostración de fuerzas del pasado 10 de abril. Hay bronca en la clase trabajadora: desde el que pierde salario entre las tenazas de la inflación y el impuesto al salario, hasta el trabajador más precario que es el primero en ser suspendido o directamente despedido. Pero con la burocracia sindical, la clase trabajadora lucha a ciegas y dividida.

La CGT Balcarce de los oficialistas Caló y Pignanelli, de los gremios con los trabajadores más castigados por suspensiones, despidos y el impuesto al salario, sigue arrodillada al gobierno de Berni y llaman a ir “de la casa al trabajo”. Como se vio en Lear con la conducción del SMATA, juegan con la camiseta de las multinacionales automotrices y autopartistas. Ante este carneraje organizado por la burocracia de los gremios industriales, se necesita una convocatoria a asambleas y piquetes de convencimiento acordados con los trabajadores de las empresas para garantizar el paro total y evitar que sean obligados a trabajar, por las patronales y las patotas.

Pero la convocatoria de la CGT que conduce Hugo Moyano, no está a la altura de la fuerza que demostraron los delegados y trabajadores en las grandes luchas de Lear, Donnelley y Emfer para enfrentar los despidos y suspensiones que crecen en la industria. No está a la altura de las luchas por el salario de los docentes universitarios de Tucumán, ni de las maestras salteñas o de las huelgas de bancarios que recorrieron el país. Ni plantea un plan de lucha serio para quebrar la voluntad de un gobierno que defiende a rajatabla el robo del impuesto al salario.

El “paro nacional” de Moyano fue convocado por los medios (aún no hay comunicado oficial sobre su modalidad) a menos de una semana de su realización. No se anuncian marchas y ni siquiera está claro si se sumarán los colectiveros de la UTA, otra clave para garantizar el éxito de un paro nacional.

En todos los gremios convocantes al paro: asambleas y piquetes para garantizar una jornada contundente y exigir la continuidad de un plan de lucha. En los gremios que no llaman a parar, sobre todo donde las corrientes de oposición tenemos fuerza, como Alimentación, Telefónicos, Gráficos o Subte, trabajaremos por asambleas para decidir y exigir a estos sindicatos que rompan su subordinación al gobierno y participen del paro nacional junto a toda la clase trabajadora para mostrar una fuerza unificada ante los despidos, las suspensiones y la caída del salario.

Ante la movilización convocada por la CTA Micheli para el miércoles 27, apoyamos el reclamo planteado en el Encuentro de Trabajadores en Lucha por los delegados de Lear y Donnelley: que estas luchas que son emblemáticas en este momento de la clase trabajadora contra los despidos y cierres, estén entre los principales oradores del acto de cierre.

– Ni una familia más en las calle.
– Viva la gestión obrera en Donnelley: estatización y producción bajo administración de sus trabajadores.
– Reincorporación de los despedidos de Lear y reinstalación en sus cargos de los legítimos delegados de los trabajadores.
– Abajo el impuesto al salario. Salario indexado por la inflación
– Terminar con los contratos basura y la precarización: todos a planta permanente.
– Desprocesamiento de los luchadores y absolución de los petroleros de Las Heras.
– Abajo la Ley Antiterrorista.
– No al pago de la deuda externa: consulta popular vinculante

22 de agosto

PARTIDO DE TRABAJADORES SOCIALISTAS (PTS)