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Argentina

En nombre de la dirección del PTS de Argentina es un orgullo haber compartido en estos días los debate de la Conferencia Internacionalista y hoy esta tribuna, con los compañeros y compañeras que han hablado.

PTS

31 de julio 2008

En nombre de la dirección del PTS de Argentina es un orgullo haber compartido en estos días los debate de la Conferencia Internacionalista y hoy esta tribuna, con los compañeros y compañeras que han hablado.

Para el Astillero, donde trabajo, es un dato importante saber lo que dijo ˜ángel de Venezuela, sobre que empieza a haber desilusión con Hugo Chávez en los trabajadores. Chávez estuvo en el Astillero en el 2004 en un acto con Kirchner, prometiendo contratos millonarios para la construcción de barcos petroleros. Después de casi cuatro años se transformaron en barcos fantasmas. Con la fortaleza que Kirchner tenía en ese momento, pasó lo mismo. Aquí, como en Venezuela y en Bolivia se ha fortalecido mucho una oposición por derecha. Un sector clave de la clase capitalista, la burguesía del campo, le dobló el brazo al gobierno argentino en la pulseada por una parte de la renta agraria (...) Después de casi 4 meses de desgaste en esta pelea, el gobierno está en desbandada. (...) El peronismo que actuó como el partido de contención de la crisis del 2001, está dividido. Los gobernadores de provincias centrales como Córdoba están en la oposición y los demás caudillos provinciales del peronismo, cada vez responden menos a las directivas de las camarillas kirchneristas. Hay una gran crisis política abierta.

(...)

Las patronales del negocio de la soja que exporta la Argentina son un sector burgués muy poderoso altamente tecnificado, que se fortaleció con la entrada del capital financiero en los años del neoliberalismo y con los altos precios internacionales.

Aunque el gobierno hoy los presente como sus enemigos, fue bajo el gobierno de Néstor Kirchner donde se fortalecieron estos sectores con el negocio de la soja. Incluso, se fortaleció una burguesía agraria mediana transformada en empresarios contratistas de más tierras, y una pequeño burguesía que alquila su tierra y vive de rentas.

(...)

Frente a esto hay una clase media que dice “¿por qué no los dejan ganar plata?”.

Incluso en capas altas del movimiento obrero ha penetrado este pensamiento “¿por qué no les dejan ganar plata”? Se creyeron el cuento del pobre chacarero que “trabaja la tierra”.
¡Todos los patrones del negocio sojero y de casi toda la producción agropecuaria, sean grandes o pequeños, superexplotan a los verdaderos productores del campo: los trabajadores rurales. Quieren instalar una conciencia a favor de la rentabilidad de los empresarios agrarios “si al campo le va bien al país le va bien”. (...) En una versión más izquierdista, los del MST de Vilma Ripoll, o la CCC dicen que esto fue “una victoria popular” porque el gobierno hoy esta más débil y ahora los trabajadores están mejor para pelear por el salario. Dicen esto, después que apoyaron a las patronales agrarias que no quieren ninguna injerencia en su “derecho” a enriquecerse exportando soja a valores internacionales, sin importarles que aumenten los precios de los alimentos y que siga bajando el poder de compra de los salarios que cobramos en pesos.

(...)

El gobierno de los Kirchner se demostró incapaz para combatir el programa de la derecha, al que sólo se puede derrotar oponiéndole la movilización de la fuerza social de la clase trabajadora.

Los Kirchner cumplieron en cierta medida el mismo rol de Evo Morales, pero sin una adhesión activa como la de los campesinos bolivianos o los sectores populares que en Venezuela se manifiestan por Chávez cuando estos tienen pulseadas con la derecha. Aquí no, la adhesión del movimiento obrero a este gobierno ha sido mucha pero pasiva. En cinco años de crecimiento el kirchnerismo no pudo construir una fuerza política propia, se tuvo que apoyar en la burocracia de la CGT, en un sector de la CTA y los intendentes bonaerenses del viejo peronismo. El problema de fondo es que se desgastó el doble discurso del gobierno, nadie le cree lo de la distribución de la riqueza porque la inflación crece. Antes el apoyo era porque con Kirchner se conseguía trabajo y el salario se recuperaba desde muy abajo. Pero ahora con Cristina el problema es el salario y han hecho acuerdos salariales por debajo de la inflación. Esto lo vemos los trabajadores, más allá que se quiera salir a luchar o no. Y frente a los que salen a luchar se unen las patronales, la burocracia sindical y el gobierno para impedir el desarrollo de nuevos delegados y activistas antiburocráticos.

En abril, en medio del Lock out agrario, tuvimos el violentos desalojo que sufrieron por luchar contra el lock out de su patronal, los heroicos obreros de Mafissa, hoy presentes en este acto.

Hoy tenemos el ejemplo de la patronal industrial que están despidiendo activistas, en las grandes fábricas del neumático, en Pirelli, en Firestone y aquí hay presentes compañeros que están denunciando los despidos y planteando una gran campaña nacional en defensa de los nuevos delegados y activistas.

(...)

La crisis clarificó una vieja discusión sobre la “unidad de la izquierda”, una unidad despolitizada mas allá de los programas y las definiciones de clase. El PCR, el MST y otros grupos que propagandizaban la conciliación de clases, ahora la llevaron a la práctica y se aliaron a las patronales del campo. Por el contrario una de las principales tareas del PTS en la crisis fue denunciar la situación de superexplotación de los peones rurales y la ley esclavista de la dictadura que regula el trabajo en el campo, que este gobierno mantiene y es aplicada por todos los capitalistas del campo: grandes, medianos y pequeños. Y fue en medio de la crisis que nuestros compañeros en Mendoza militaron en la heroica lucha de los obreros del Ajo, ayudando a organizar su propio sindicato de trabajadores rurales.

Fuimos parte de la declaración de mas de 500 intelectuales, docentes universitarios, escritores y trabajadores de la cultura tomaron una posición ni con el gobierno ni con las entidades patronales del campo. Impulsamos pronunciamientos en delegados e internas combativas, en distintos centros de estudiantes y decenas de lugares de trabajo y estudios de muchos compañeros aquí presente.

Si esta posición no ha tenido más trascendencia se debe a la negativa política del Partido Obrero de encabezar un polo nacional junto al PTS. (...)

En diciembre pasado, desde el PTS dirigimos una Carta Abierta a la izquierda obrera y socialista con la propuesta de abrir la discusión programática y política para explorar las bases hacia un partido revolucionario unificado. Allí planteábamos que las condiciones para nuevas crisis, como la que está en curso, y el desgaste de los gobiernos “progresistas” latinoamericanos se desarrollaban más rápidamente que la preparación conciente de los revolucionarios para intervenir en ellas. La actual situación demuestra que estábamos en lo correcto.

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