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Nacionales

Apoyemos la lucha de la clase obrera y el pueblo boliviano

2 de junio 2005

Bolivia está nuevamente en el ojo de la tormenta. Mesa parece estar cerca de seguir los pasos de Sanchez de Losada. Con la población de El Alto –que ya lleva dos semanas de paro cívico- como avanzada, la Bolivia obrera, campesina y popular vuelve a levantarse exigiendo la nacionalización del petróleo y el gas.
Como en octubre de 2003, la Plaza Murillo vuelve a congregar a decenas de miles de manifestantes (mineros, fabriles, maestros, gremialistas, campesinos, estudiantes...), mientras en las trastiendas del Parlamento y otros centros del poder burgués, incluyendo los cuarteles, se conspira contra el interés popular.
Lo que resulte de esta nueva pulseada de fuerzas en Bolivia tendrá incidencia para toda América Latina. El gobierno de Bush, al igual que Lula y Kirchner, lo saben. El “compañero presidente” brasileño defiende a capa y espada en esta crisis los negocios de Petrobrás, tanto como Kirchner lo hace con los de Repsol. Temen, además, que las demandas antimperialistas del pueblo boliviano se extiendan por toda la región.
Al igual que ocurre con la ocupación de Haití, en Bolivia se muestra el carácter completamente proimperialista del “progresismo” latinoamericano. Hasta último momento intentarán, junto a la oligarquía petrolera, sostener a Mesa. Si éste igualmente cae, buscarán que se imponga alguna salida antipopular que “modere” las demandas del movimiento de masas. Y si no lo consiguen, verán incluso si intervienen vía la OEA.
Al día de hoy el resultado de la crisis está abierto. Los de arriba están divididos pero cuentan a su favor con que aún no se han desarrollado organismos que expresen el poder obrero y campesino y popular. Las direcciones actuales del movimiento de masas son el principal obstáculo para que esto se materialice. No sólo Evo Morales y el MAS, que se encuentra entre quienes quieren una salida “parlamentaria” a la crisis y quieren desactivar la movilización, sino también Solares, dirigente de la COB, que centra sus expectativas en el levantamiento de un sector del ejército. Como señalan nuestros compañeros de la LOR-CI, para imponer la nacionalización de los hidrocarburos sin pago y bajo control de los trabajadores y pueblos originarios es preciso poner en pie una Asamblea Popular por delegados de base y con mandato de cada fábrica, mina, barrio popular o comunidad. Una Asamblea Popular del poder obrero y campesino. Porque sólo un gobierno obrero, campesino y originario podrá terminar con la opresión imperialista y sacar a la nación boliviana de su actual postración.
Desde aquí consideramos la lucha del pueblo boliviano como nuestra lucha.
Llamamos a los trabajadores y al conjunto de la población a redoblar las acciones de solidaridad para que las masas del país hermano impongan sus justas demandas.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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