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Informaciones Obreras

Ante el despertar de la clase obrera

14 de julio 2005

Desde estas páginas venimos reflejando un cambio en la actividad y ánimo de la clase trabajadora que se ha puesto en movimiento por sus reivindicaciones salariales y demandas más postergadas. Hemos contado las luchas duras, las huelgas, los avances antiburocráticos, los enfrentamientos contra el Estado y los fenómenos de reorganización democrática como las asambleas, las comisiones internas y los cuerpos de delegados combativos. Los tiempos de quietud y silencio de aquellas fábricas tumbas y empresas cuarteles están cambiando.

Por el momento, con todo lo que estos avances significan, es un sector de vanguardia, de luchadores y dirigentes surgidos desde las bases, quienes más claramente lo expresan. La mayoría del movimiento obrero continúa bajo el control de la burocracia sindical, que como agente de la patronal se encarga de mantener divididos a los trabajadores, de contener las luchas -cuando no las pueden evitar- en un marco corporativo, manteniendo cautivos a los sindicatos de la política burguesa y la interna del peronismo.

Estos nuevos aires que recorren a la clase trabajadora responden no solamente a la recomposición económica -que atenuó el temor que entre los trabajadores implica la desocupación- sino que también encuentra una explicación en las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, que fueron un duro golpe al régimen político. Tras ellas se abrió una crisis de representación que afecta tanto a los dirigentes políticos patronales como a los viejos burócratas sindicales, en casi todos los casos alejados y ajenos a la base trabajadora. Además, aquel levantamiento, ayudó a superar el ánimo de derrota que marcaba la conciencia obrera.
Son cientos los conflictos abiertos y es muy importante abordar los cambios que esto está produciendo en el sentir y pensar de los trabajadores. Algunos comienzan a dar pasos incipientes en la organización y politización. Otros se expresan de diversas maneras, interesándose más allá del sindicalismo reivindicativo o el estrecho corporativismo. En charlas, reuniones sindicales, sociales y políticas, en peñas y asados, las conversaciones e intercambios de ideas muestran avidez y curiosidad por aspectos que hacen a las cuestiones de la vida cotidiana, a la cultura, al conocimiento de la propia historia. Temas como la opresión sobre la mujer, la explotación, el robo imperialista, el peronismo, los dramas sociales que sufre el conjunto del pueblo son parte de las preguntas que se hacen miles de trabajadores y su búsqueda de respuesta.

Esto indica que el proceso es profundo y que no se expresa sólo en la lucha: hay que estar atentos a sus manifestaciones sociales, culturales e ideológicas, para que los obreros revolucionarios y la militancia socialista aporte en el combate político e ideológico para elevar a los obreros como sujeto social realmente de cambio y liberación; como fuerza social y política independiente del capital, en la construcción de su propia ideología y partido. Se trata de ser un factor activo en la lucha para que los trabajadores se doten de independencia política y rompan definitivamente con el peronismo y toda política patronal. De enterrar el de “casa al trabajo y del trabajo a casa” que acota y limita la acción emancipadora de la clase obrera.

Desde LVO queremos aportar a este vivo fenómeno de la clase obrera abriendo nuestras páginas a los lectores, simpatizantes, militantes, activistas y dirigentes para que las utilicen como un instrumento de reflexión y de comunicación de las distintas experiencias y manifestaciones sociales, culturales y políticas que son parte de la vida de un nuevo movimiento obrero.

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