Durante el 2004 los trabajadores de Siderar, en especial en Mantenimiento LD, empezamos a reclamar por las condiciones de trabajo y por aumento salarial ya que estamos muy lejos de la canasta familiar. Pero por sobre todo empezamos a cambiar nuestra práctica de cómo canalizar estos reclamos. No esperamos a que vengan los directivos de la UOM a informarnos los acuerdos a los que llegaron, ni tampoco qué planes tenía la empresa para con los compañeros contratados.
Empezamos a realizar asambleas en las que después de discutir, votábamos y levantábamos un acta con resoluciones. Así empezamos a plantear y conseguimos que la mayoría de los pibes contratados pasen a planta permanente. También que nuestros ingresos no podían ser menores a la canasta familiar y la necesidad de reunirnos todos en un playón (asamblea general) para decidir qué medidas tomar. En los congresos de alrededor de 100 delegados en San Nicolás me ocupé de llevar estas resoluciones que no fueron atendidas por los directivos del sindicato. Es así que recibimos un magro aumento de $30, ya que el gobierno dio $100 y el resto fueron movimientos entre rubros diferentes del mismo salario. Pero en el último congreso unos 15 delegados votaron conmigo la propuesta de consultar a los trabajadores en asamblea si estaban de acuerdo con el aumento y 20 se abstuvieron de aprobar la oferta salarial, lógico ya que eran delegados de las contratistas que no reciben ni un mango.
Esto es un hecho inédito en 20 años que tengo de fábrica. Y no exagero. Pese a que el resultado final de la votación obviamente favoreció aceptar el magro aumento, creo que algo empezó a cambiar. No sólo en el sector donde estoy. En otros empiezan a plantearse reclamos de aumento salarial donde corrieron distintos petitorios y de rechazo a perder conquistas como las seis horas de insalubridad.
En este marco y mientras en otros gremios como telefónicos, subte, docentes salían a pelear por salario, la patronal nos golpeaba suspendiendo por 29 días al compañero Hugo Sívori.
Pero se dio otro hecho inédito, conseguimos que cientos de siderúrgicos firmaran en defensa de Hugo, una campaña externa de cientos de firmas que salió como solicitada en el diario El Norte, resoluciones de asambleas, colectas para cubrir el daño económico, quite de colaboración y logramos que el compañero se reintegre al sector. Este triunfo que saludo desde estas páginas es una muestra más de que algo está cambiando en el ánimo de los trabajadores.