En un acto previo al que se realizara en Plaza de Mayo, un sector de delegados de subterráneos y algunas organizaciones de desocupados como el MTD Aníbal Verón, y partidos políticos de izquierda como CS y el FOS se dieron cita en Plaza Lorea.
La concurrencia pudo medirse en 1500 compañeros, con una afluencia mayoritariamente de trabajadores desocupados aportados por los distintos movimientos.
Hablaron entre otros, Claudio Marín, de la Directiva de Foetra Capital y de la CTA; Gustavo Lerer de la Interna del Garrahan; un representante del Bauen; un compañero liberado de Caleta Olivia. También hicieron uso de la palabra una delegación de Lafsa que se acercó agradeciendo al paro solidario realizado por el subte semanas atrás.
El encargado de cerrar el acto, fue Jorge Méndez en nombre del Cuerpo de Delegados de Subterráneos.
Si bien el acto fue presentado como la expresión de las luchas obreras, los oradores que se destacaron fueron realmente escasos comparado con la veintena de las más importantes luchas del país presentes en el palco del acto de Plaza de Mayo.
Es que al contraponer los dos actos, y hacer pasar el de Lorea como el de los trabajadores y de plaza de Mayo como el acto de la izquierda, un sector del cuerpo de delegados de subte, cayó en un intento divisionista. Intento que fracasó dada la contundencia del acto de Plaza de Mayo.
La diferenciación irreal planteada por los compañeros del subte, los llevó a adoptar como eje de su discurso, un claro contenido anti-izquierda: “nuestros queridos compañeros de partidos políticos que no nos entienden (...) no necesitamos que nos vengan con manuales, no queremos que estén encima nuestro (...) que nos entiendan, queremos un renacer de la clase trabajadora, para eso queremos que nos liberen las manos...”
Este discurso tan desmedido olvida algo esencial, la diferencia existente entre partidos patronales y partidos obreros. Los partidos, patronales sirviéndose de los burócratas sindicales para “atar las manos” de los trabajadores; los partidos obreros, aportando nuevos dirigentes que enfrentan a estos burócratas. Los primeros como el peronismo en el poder, reprimiendo y atacando las luchas obreras; los segundos, apoyándolas y poniéndole el cuerpo, como lo hicieron también con la huelga del subte. En ese momento, estos delegados no despreciaron a la izquierda, sino que la convocaron a dar su opinión para encarar el conflicto. Hoy que gran parte de sus reivindicaciones fueron conseguidas... ¿la izquierda se ha transformado en un obstáculo y en una carga?.
Por otra parte, nadie puede dejar de reconocer que muchos de los principales dirigentes de las luchas obreras y de los nuevos procesos antiburocráticos, son compañeros pertenecientes a partidos de izquierda. Esto no implica desconocer que la mayoría de estos partidos son electoralistas.
En cambio, Claudio Marín, nada aportó a este proceso de recomposición. Por el contrario, este dirigente forma parte de la directiva de la CTA junto a De Gennaro y Michelli, personajes que jugaron en contra del Garrahan y Lafsa. ¿Porqué tanta virulencia contra la izquierda en general y tanta complacencia con un burócrata de izquierda como Marín?
Es preocupante también, que este sector de delegados que vienen de realizar un fenomenal paro solidario, no haya hecho mención a una de las resoluciones del encuentro del 2 de abril, que consiste en el llamado a un nuevo encuentro para seguir afianzando la coordinación de las luchas y de los sectores antiburocráticos.
Más allá de las diferencias políticas que tenemos con este sector de los delegados, los llamamos fraternalmente a trabajar juntos para que el Encuentro de julio sea abierto.