“Si no hacemos política, los patrones la hacen por nosotros”

La conferencia fue abierta por Bustillo con un informe acerca de la situación nacional en el que partió de la crisis económica internacional, abierta a partir del estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, y la consiguiente devaluación del dólar que llevó a que los capitales especulativos “apostaran” a los alimentos y las materias primas originando el brutal aumento en el precio de estos productos, detonante de la actual disputa entre el gobierno y las entidades patronales del campo para apoderarse de esa renta extraordinaria. A continuación explicó, por un lado, como avanzó el proceso de sojización en el campo de la mano del kirchnerismo y cómo éste utiliza las retenciones para “comprar voluntades, subsidiar empresarios amigos y seguir pagando deuda externa”, y por otro, como termina unida la Sociedad Rural con su negra historia, responsable entre otras masacres de la represión de la Patagonia Rebelde, con la Federación Agraria que sufrió una transformación en su composición en los últimos años donde predominan los empresarios rurales pequeños y medianos: “Buzzi dice que no los une el amor, sino el espanto. ¿Y qué es el espanto? Las retenciones. Juntos sostienen una ley de la dictadura que considera ’trabajadores de segunda’ a los peónes rurales. A ellos no les importa que la Argentina produzca alimentos para más de 300 millones de personas por año, mientras hay pibes que se mueren de hambre todos los días en este país”.

Frente a este panorama Bustillo planteó “es inadmisible que Moyano, que no llamó a un paro en cinco años, ahora lo haga no para defender algún derecho de los trabajadores sino para defender el gobierno. También es inadmisible que organizaciones de izquierda apoyen activamente a los oligarcas con la excusa de defender a los pequeños y medianos productores. Muchos campesinos y pequeños chacareros fueron expulsados por la sojización, y son pocos los que quedaron sin explotar trabajadores rurales. Desde el PTS decimos que nuestro bando es la clase trabajadora. El modelo económico del kirchnerismo empezó a agotarse ¿Nos conviene que se peleen dos bandos burgueses? Sí, porque los hace más débiles para cuando los trabajadores salgamos a pelear. Pero tenemos que construir un partido revolucionario de la clase trabajadora, porque si no hacemos política, los patrones la hacen por nosotros”

Para finalizar, sintetizó el programa con el cual, desde el PTS, actuamos en esta crisis levantando una posición independiente tanto del gobierno como de las entidades rurales del campo, y dijo “no sabemos cómo va a terminar esta crisis, pero el gobierno quedó debilitado. Queremos que la clase obrera intervenga, pero no diluída como en el 2001. Desde el PTS queremos construir día a día un fuerte partido revolucionario que esté en primera fila cuando la clase trabajadora haga su experiencia con el PJ y las variantes patronales y se decida a intervenir”.

Tras el informe se abrió una polémica en la que se destacaron las posturas de un compañero ferroviario que planteó que veía “muy pasivos y a la derecha a los trabajadores con respecto a la crisis y que eso hacía difícil construir un partido” y la de un compañero que militó en el MAS que preguntó la posición del partido respecto a la aseveración realizada por León Trosky en 1938 con motivo de la fundación de la IV Internacional respecto a la “agonía mortal del capitalismo” y su vigencia 70 años más tarde así como sobre su política de construcción internacional y el programa para la alianza obrera y campesina. Fredy Lizarrague, de la dirección nacional del PTS, le respondió que la postura de Trosky se vió aseverada por la catástrofe que significó la Segunda Guerra que forzaba al desarrollo de revoluciones, en algunos casos concretadas como en China y Yugoslavia y en otros traicionadas por el stalinismo como en Italia, Francia y Grecia, derrotas que abrieron paso a los años del boom. “Después vinieron los procesos revolucionarios de los sesenta-setenta, con los que volvió a aflorar la agonía, pero que fueron aplastados o desviados, con lo que se impuso el neoliberalismo. Con esto estamos diciendo que el capitalismo ha logrado ciclos de crecimiento a costa de aplastar a los obreros y campesinos. La situación actual es interesante porque lentamente vuelve a aflorar la crisis, es decir, la ‘agonía’, los jóvenes de hoy ven una situación más interesante que la que vivimos en los noventa. Pero interesante no quiere decir que sea fácil, porque también empieza a fortalecerse la derecha”. También aprovechó para invitar al acto internacionalista que se realizará el 26 de julio en la Federación de Box cuando culmine la V Conferencia Internacional de la Fracción Troskista-Cuarta Internacional. En cuanto al posicionamiento del movimiento obrero planteó la necesidad de distinguir a los obreros avanzados con los que hoy podemos confluir en la construcción de partido y con los que podremos dirigir a las masas de trabajadores cuando entren en escena. Finalmente acerca de la alianza obrero-campesina intervino Raúl Godoy planteando que “los obreros de la ciudad y el campo tenemos que ganar a los pequeños chacareros desde una correlación de fuerzas y desde nuestro programa y no adaptarnos al movimento tal cual es porque sino le terminamos haciendo el juego a la burguesía como algunas corrientes de izquierda están haciendo ahora”.

“Un partido revolucionario no se construye de un día para otro”

El segundo punto fue abierto por Raúl Godoy que planteó en relación al punto anterior “no hay agonía mortal siempre, por eso hay que prepararse. Para mí es un logro que el informe político lo de un compañero obrero, cuesta mucho estudiar si laburás todo el día, pero necesitamos herramientas para vencer a la burocracia y al capitalismo. Y la principal herramienta es el partido revolucionario que tenemos que construir junto a los estudiantes y a los intelectuales. Muchos compañeros nos dicen que “perdemos el tiempo”, que “perdemos un sábado” haciendo esto. Yo les digo que, a veces, sólo pelear por salario es perder el tiempo porque después suben los precios. Otros dicen que “perdemos libertad”, pero “la libertad” apenas es ir a un boliche o comerte un asadito mientras seguís con las cadenas de la explotación atadas. Y también están los que dicen “cuando sea la revolución yo voy a estar en primera fila”, pero un partido revolucionario no se construye de un día para otro. Necesitamos ir construyendo un estado mayor de los obreros revolucionarios en base a la experiencia y el trabajo cotidiano, al que hacemos en los lugares en donde desarrollamos nuestra militancia, en las agrupaciones. Y esto no lo hacemos solos, por eso tenemos una propuesta unitaria para la izquierda revolucionaria. La discusión es hoy y ya estamos atrasados, no es para cuando haya estallado la crisis”.

A continuación tomó la palabra Raúl de Mafissa que reivindicó la lucha dada junto a sus compañeros y por la que se encuentran procesados por la justicia patronal, “sentimos que más allá del resultado del conflicto le estamos haciendo un aporte de experiencia de lucha a la clase trabajadora y por eso estamos orgullosos tanto los que militamos en el PTS como los que no”. Le siguió Matías: “soy parte de una generación de jóvenes que se cansaron de la explotación por eso decidí empezar a militar en un partido”. Posteriormente detalló el proceso de organización que se dió en su fábrica “un compañero militante nos ayudó a organizarnos y ganamos la comisión interna. La organización no sale de la nada. Ahí empezó el conflicto que fue durísimo y la experiencia que fui tomando me hizo entrar en política. Antes yo estaba en cualquiera…Me fui dando cuenta que la lucha no era sólo contra un patrón, que era contra todos y contra la burocracia y el Estado. Y cuando me despidieron me puse a full a luchar y a meterme cada vez más en la militancia. Lo difícil es hacer romper a los trabajadores con la conciencia burguesa que todavía tienen”, y cerró convocando “a los jóvenes a hacer una experiencia juntos construyendo la red de bandas obreras y el No Pasarán y a estudiar, porque la formación es importantísima, en los círculos marxistas”.

Carla Lacorte se refirió también al por qué de su militancia: “ustedes me conocen por mi lucha contra el gatillo fácil, pero yo empecé a militar antes para seguir la lucha de mi viejo que se fue a Chile a militar en los cordones industriales y que fue asesinado por la dictadura de Pinochet. Recién escuchaba a los compañeros y pensaba todo lo que puede dar la clase trabajadora cuando se decide y los cordones fueron justamente una forma de poder obrero que no pudo triunfar porque el gobierno de Allende y el PC eran enemigos de la revolución socialista. Por eso aprendí la necesidad de un partido revolucionario de la clase trabajadora. Y respecto a la represión de todos los días, así como luchamos todos los días para castigar a los milicos genocidas y a los canas del gatillo fácil, tenemos que ser conscientes que si no hay una revolución que acabe con este Estado de opresión de clase esto nunca va a terminar. Y para eso hace falta partido”.

Luego de que culminaron las intervenciones desde la mesa, hablaron Patricio, presidente del centro de estudiantes del Normal de Quilmes, que señaló “para los empresarios y su Estado la educación es sólo un gasto, por eso tenemos los problemas que tenemos. Por eso los jóvenes tenemos que luchar junto con los trabajadores para cambiar este sistema de raíz”. Le siguió un joven trabajador que contó sus inicios como militante acompañando con su solidaridad a los obreros del molino “La Caserita” de Avellaneda y cómo ser parte de esa lucha le hizo ver la necesidad de la organización de los trabajadores y la inconsistencia de su propia concepción autonomista anterior. A continuación intervino una compañera de Pan y Rosas que ligó la lucha revolucionaria con la superación de la opresión de género.

En el cierre Raúl Godoy citó a Antonio Gramsci: “un partido revolucionario se mide por lo que le aporta a la clase trabajadora, en este sentido estoy muy orgulloso de militar en el PTS porque creo que todo lo que hacemos va para ese lado. Hace pocos días, por ejemplo, se fundó el sindicato de trabajadores del ajo en Mendoza, uno de los sectores más explotados de la clase trabajadora, y nosotros aportamos a ese proceso. No puede surgir un partido revolucionario si la clase está dividida en veinte mil partes. No hay salida individual para nuestros problemas, a lo sumo podemos zafar un ratito pero seguimos siendo esclavos. La salida es colectiva. La revolución no la hacen los partidos, la hacen las masas. Pero para llevar la revolución a la victoria hace falta un partido revolucionario. Los convoco a tomar en sus manos esa tarea apasionante. Manos a la obra.”