“Juntos” rezaba el afiche que reunía las siluetas de Daniel Scioli y Sergio Massa riendo bajo la firma de Eduardo Duhalde, como señal de largada de la campaña electoral. ¿Operación K para cargar lastre a sus competidores peronistas o retorno duhaldista? Como sea, “es ridículo que no se unan” decía el bonaerense que conoce como nadie las costillas de los candidatos lanzados hacia el 2015, a quienes viene “cuidando”.

Scioli y Massa son dos gotas del menemismo que brindaban con “pizza y champagne”, uno desde la Secretaria de Deportes y el otro acompañando a ˜álvaro Alsogaray desde la juventud de la UCeDe, aunque más tarde escaló a la jefatura de la ANSES a pedido del “zabeca”.

“Es un hombre capaz… sé de sus convicciones”, apuntó respecto del ministro Florencio Randazzo, ex jefe de Gabinete de Duhalde y ex funcionario de Felipe Sola, con el cual también “tiene llegada”.

No podía pasar desapercibido el jefe del bloque de diputados del FPV Julián Domínguez, ex jefe de campaña de Chiche Duhalde, Ministro de Obras Públicas y delfín de Carlos “meta bala” Ruckauf. Sojero de cepa y chupacirio con boleto del Vaticano, algunos lo pintan como la gran “esperanza blanca” del kirchnerismo.

También reservó un confite para los partidos del FAUNEN instándolos a “juntarse”, en el mismo momento que Elisa Carrió y Julio Cobos acordaban “trabajar acuerdos y consensos básicos” con Gabriela Michetti y el PRO.

El “Padrino” bendijo a todos con generosidad. ¿Acaso no todos son parte de la gran “famiglia” de los empresarios que “la levantan con pala”?