En el plazo de poco más de una semana las autoridades de la UBA se propusieron dejar todo listo para resolver otro problema de sucesión, una de menor calibre que la presidencial, pero sucesión al fin. El 5 de diciembre será el punto culmine de este frenesí antidemocrático que hasta el momento ha dejado el saldo de una hinchada de fútbol enfrentando estudiantes en la facultad de Exactas; militantes de “La Cámpora” impidiendo el acceso a los consejeros estudiantiles en Filosofía y Letras; estudiantes golpeados por miembros reclutados por la gestión de Psicología y que una estudiante en sociales mordida por una escribana semi caníbal protegida por la fuerza policial. Hubo lugar incluso para que las autoridades mismas se encargaran de la tarea sucia, como el caso del señor Cajide en FADU quien brindó una lección de pedagogía avanzada mediante la aplicación de golpes a los estudiantes que se movilizaban. Por si fuera poco, el decano de Exactas apeló a un clásico amarillista: la toma de rehenes, acusando a los estudiantes de exactas de su auto-encierro en alguna oficina de la facultad en la que utilizaría Skype para comunicarse con su familia.

Esta serie de hechos desafortunados han atravesado tanto a las gestiones que se denominan “progres” como a las que se alinean directamente con la candidatura del decano de Económicas, Albero Barbieri. Kirchneristas y radicales defienden sus intereses de casta universitaria, con uñas y dientes, primando estos últimos en su fórmula. El conjunto de las gestiones de las facultades estuvieron al pie del cañón para dejarle los papeles en regla al decano de Económicas. Él, decano de la facultad más privatizada de la UBA, es hasta el momento el número puesto para suceder al Rector Rubén Hallú, siempre recordado por su afamado grito de “no son estudiantes, son delincuentes, Señores”, exclamado con notable exaltación en alusión a los estudiantes que se movilizaban para rechazar la asamblea universitaria del año 2006.

Tanto en Filosofía y Letras como en Sociales, Exactas, Psicología y FADU ante estas convocatorias, los estudiantes nos hemos manifestado y movilizado, realizando asambleas para discutir cual es la actitud que tiene que tomar el movimiento estudiantil. Luego de un largo tiempo los militantes kirchneristas reaparecieron en las asambleas de las facultades para denunciar a la izquierda e intentar que se resolviera legitimar la elección de los decanos. La resolución mayoritaria fue sin embargo rechazarlas, tomando distintas medidas. En Filo se realizó una toma de facultad durante tres días en repudio a la manera en que fue electa la decana Morgade, mientras en Sociales, Psicología y Exactas se realizaron tomas previamente impidiendo el normal desarrollo de la elección, logrando que en Sociales se suspenda la elección. El problema democrático respecto a cómo están convocadas estas elecciones con uno o dos días de anticipación, evitando cualquier debate serio, así como el método mismo de elección que responde a una estructura retrograda de gobierno, son la mejor herramienta que tienen las autoridades para que no entre en cuestión su orientación política. Morgade en Filo, Postolski en Sociales y Juan Carlos Reboreda en Exactas son parte de las gestiones ubicadas junto al kirchnerismo que vienen con paso firme acompañando el giro a derecha de Cristina. Atrás quedaron los cuestionamientos formales a las leyes menemistas de educación superior. Hoy en manos de estas gestiones “progres” las acreditaciones a la CONEAU, organismo responsable de la adecuación de las carreras a los intereses empresarios, están a la orden del día. El armado legal de la CONEAU permite incluso que algunos puedan poner sus propios “kioskos” como el Arquitecto Guillermo Bugarín, vice decano de FADU quien desarrolla una oferta propia de cursos pagos de miles de pesos.

Una pelea de fondo por la democratización de la Universidad

La discusión respecto de la democratización de los órganos de gobierno de la Universidad se viene desarrollando con mucha fuerza en la UBA desde hace casi 10 años. Frente a los nuevos hechos, se vuelve a plantear cual es la posición que tiene que levantar el movimiento estudiantil. Hay dos discusiones de importancia. En primer lugar la necesidad de que el movimiento estudiantil sostenga una posición de independencia política frente a las autoridades de la Universidad. En segundo lugar, cual es el programa a levantar para lograr una verdadera democratización de la Universidad. Actualmente el voto de un docente vale en algunos casos lo mismo que el de 135 estudiantes. Desde En Clave Roja hemos sostenido a lo largo de estos 10 años una clara política de independencia de las gestiones y un programa de democratización que plantea la necesidad de una mayoría estudiantil en los órganos de gobierno, el claustro único docente y voz y voto para los no-docentes. En las asambleas que se realizaron estas semanas vimos a los chicos y chicas de La Mella (Marea Popular) en un intento desesperado por recuperar algo de la dignidad perdida en las últimas elecciones universitarias, intentando cubrir con discursos encendidos su política de apoyar a los sectores progres de las gestiones, como Acuña en Filo o Daroqui en Sociales.

La pelea por la democratización de la Universidad no es compatible con los pequeños negocios de camarillas y necesita de toda la fuerza de movilización del movimiento estudiantil. Estas semanas que quedan antes del cierre del ciclo lectivo serán claves para difundir el debate, organizar las asambleas y denunciar fuertemente el intento de las autoridades de encubrir su régimen antidemocrático con denuncias increíbles de la “violencia de los estudiantes”. Los únicos que necesitan de la violencia de sus patotas para defender un régimen que es indefendible son las autoridades y el puñado de docentes privilegiado. Desde la Juventud del PTS en la conducción de los centros de estudiantes de Sociales, Filosofía Y Letras, Psicología Y Exactas, vamos a difundir las jornadas de debate y lucha que fueron votadas en las asambleas para los próximos 31 de octubre y 1 de noviembre, convocando también a que los que tildan de violentos al movimiento estudiantil vengan a defender su proyecto de gobierno universitario frente a los docentes, estudiantes y no docentes. ¿Aceptarán los funcionarios, decanos y consejeros de las gestiones acceder a la propuesta de un debate abierto respecto de las formas de democratizar la Universidad? Aprovechando la repercusión en los grandes medios, sería una buena oportunidad incluso para difundir masivamente esta discusión televisando los debates que se aborden en las distintas facultades. Nos podríamos adelantar y pensar que difícilmente quieran exponer el “secreto” del régimen antidemocrático que los sostiene frente a un amplio auditorio, pero les damos la oportunidad y los desafiamos al debate. Los estudiantes no tenemos nada que esconder y todo por ganar.