“Hace trece años que trabajo acá -recuerda la compañera-. Los problemas empezaron en el 2001. Se entró en convocatoria. Cayó Filobel, entró Febatex; llamándose Filobel - Febatex. Volvimos a trabajar. Los patrones se llenaron de guita; trabajábamos a full, y nos pagaban muy mal. En el 2006 se agravaron los problemas. Íbamos al sindicato con una queja o consulta y después te escrachaban en la fábrica. Yo no confiaba nada en el sindicato. Después continuaron los problemas: el 2006 por las cuestiones energéticas; el 2007, los sueldos estaban caídos y los cheques rebotaban. En el 2008 se agrava, y no por la crisis o el conflicto del campo. Ellos se robaban la plata y a nosotros nos discriminaban con los sueldos, estábamos todos en negro. Empezaron a despedir; por tandas. De 15 ó 20 compañeros. Los despedidos nunca cobraron nada: ni indemnizaciones, ni sueldos adeudados. Empezamos a hacer denuncias en el sindicato y en el Ministerio de Trabajo porque en agosto no nos dejaron entrar una semana sin telegramas, ni suspensiones ni despidos. En el Ministerio se llega a un acuerdo para que la patronal pague, en cuotas, las quincenas y el aguinaldo de julio. El plan se tenía que terminar de pagar el 05/10 y no se podía despedir más gente y tenían que reincorporar a los despedidos. Nunca se cumplió, el Ministerio y el sindicato se hicieron a un costado y nunca más se acercaron. Los despidos seguían. Después nos dijeron que teníamos que renunciar, que estaban en crisis”.

“Vamos a resistir hasta las ultimas consecuencias”

Tras las maniobras de la patronal, el 24/10 la situación empeoró. “Empezaron a mandar los telegramas de despido y ahí llegó la toma -recuerda M.-. A fines de diciembre empezamos a hacer los trámites para la cooperativa. En febrero, la patronal con nuevos socios, nos ofrece volver a trabajar en negro. Le dijimos que no. Seguimos con los tramites para la cooperativa y llegamos al día de hoy con la inminente orden de desalojo dictada tras una conciliación obligatoria. Pero vamos a seguir resistiendo, ya resistimos muchos meses; aguantando frió, cansancio, hambre. No podemos dejar que ellos se lleven todo de arriba, por eso vamos a resistir hasta las ultimas consecuencias. Con todos los años de trabajo y la deuda que tienen con nosotros esto prácticamente nos pertenece a los trabajadores. Ahora estamos haciendo guardia de día y noche. Las intensificamos más por el riesgo de desalojo, producto de nuestro rechazo de la conciliación obligatoria. No lo aceptamos por que no nos daban garantías sobre el tema de los sueldos caídos, ni se reincorporaba a los despedidos, etc. Entran todos o no entra nadie. Fuimos al ministerio en La Plata y el señor Montes de Oca no nos quiso recibir alegando que mientras no se acepta la conciliación no se puede negociar. Y nosotros no la vamos a aceptar por que no nos da garantías y vamos a resistir. Por eso estamos esperando adentro que vengan a desalojarnos. Tenemos el apoyo de compañeros de otras fabricas recuperadas, estudiantes y organizaciones políticas. Vamos a resistir hasta las ultimas consecuencias. Estamos en alerta permanente junto a los compañeros que nos apoyan como los de Massuh que están igual que nosotros”.