Néstor Segovia, delegado del Subte del Taller Constitución y Canning, de la línea C, sufrió el ataque de las patotas a sueldo del capital, que irrumpieron en su casa y golpearon a sus hijos. A la vez, la burocracia de la UTA le envió un telegrama de desafuero y trata su suspensión diciendo que faltó a la ética gremial. Un par de días después, la empresa le envió otro telegrama, anunciándole que estaba despedido. “Pero yo soy una excusa -nos dice Segovía-, en realidad vienen por el Cuerpo de Delegados del Subte”.

¿Cuál es la situación con los aprietes y persecuciones?

Metrovías pretende vaciar el taller Constitución e imponer la tercerización. Al denunciar esto, prácticamente soy más peligroso que Bin Laden. Tienen la caradurez de pegar una solicitada escrachándome moralmente . Pero sigo peleando.. Otra forma de intimidarme fue apretar directamente a mi familia. Unos seis desconocidos rompieron las puertas de mi casa, el comedor; y tiraron las tazas y platos. En el ataque, agarraron a mi hijo de 15 años -que quiso pararlos- y le pegaron un ladrillazo en la espalda y patadas en las piernas y muslos. Después siguieron las amenazas por teléfono; me pasan la marcha fúnebre y dicen que me van a hacer boleta.

¿Cómo están las condiciones en el taller Constitución?

Han puesto 47 cámaras en un taller que no tiene más de una cuadra; 14 policías, garitas por todos lados y supervisores dando vueltas permanentemente. Estamos trabajando peor que en la dictadura. Pero los compañeros no se han intimidado, y seguimos trabajando como corresponde. Hacemos asambleas a diario, y la empresa ya nos avisó que nos va descontar los minutos de la asamblea. Están tratando de desorganizar lo que tenemos desde hace años organizado en Constitución. Acá hacemos asambleas abiertas todos los sábados.