En medio de los sacudones de la política económica del gobierno, lo que se mantiene es el cepo a la recomposición salarial. Además de que continúa el impuesto al salario (¡que los jueces no pagan!) hay una presión abierta para que ninguna paritaria supere el 25%. La inflación sigue, sin topes, por más malabares que intente Guillermo Moreno, y así el salario queda retrasado. La bronca de los trabajadores aumenta, pero es ahí cuando aparece la burocracia sindical para poner paños fríos al reclamo obrero.

Sin embargo, no han faltado luchas y predisposición de los trabajadores para defender el poder adquisitivo del salario. Así la Asociación Bancaria convocó a una marcha por la City porteña aunque sin paro, ya que rechaza el miserable 20% y no le quedó otra que amenazar con un paro para la semana próxima si los banqueros no mejoran la oferta. La UOM se levantó de la mesa porque los empresarios ofrecieron una mejora del 24% sólo para las categorías mas bajas, y está latente el conflicto. La Federación Nacional de Alimentación inició un plan de lucha de dos horas por turno que se cumplió totalmente en las fábricas opositoras (salvo FelFort, que está en conciliación pero por otro tema), y el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria que, obvio, la burocracia acató sin chistar (ver nota en estas mismas páginas).

La UTA inició un paro por tiempo indeterminado por recomposición salarial. La medida se cumplió a rajatabla, Tomada intervino y decretó que se otorgue un aumento del 23%. Sin embargo el paro siguió. ¿Por qué? Porque la burocracia de UTA, en acuerdo con los patrones, reclamaba subsidios para las empresas de transporte. ¡Miles de pasajeros varados para favorecer a los pulpos del transporte! El gobierno presionó y la UTA levantó el paro que ya era netamente propatronal. Ahora los empresarios dicen que no tienen forma de pagar y amenazan con subir las tarifas.

En La Plata, los obreros navales del Astillero Río Santiago resolvieron rechazar la propuesta salarial y se movilizaron al Ministerio de Economía el 2 de mayo, y los empleados de Ministerio de la Producción también iniciaron conflicto con paro y reclaman un aumento de emergencia de $1800. Los médicos y judiciales de la Provincia de Buenos Aires siguen en lucha.

Gráficos: otro de los gremios industriales que no cerró las paritarias es la Federación Gráfica Bonaerense. Aquí la oposición (la Bordó y la Naranja) se movilizaron el 26 de marzo al sindicato a exigir un plenario de delegados para lanzar un plan de lucha por un 35% de aumento. Cuando este periódico esté en la calle se habrá realizado dicho plenario, y la oposición mantiene su reclamo, votado en asambleas de los talleres, pese a que la Verde sólo pide el 30% y según rumores habría un ofrecimiento de cerca del 27% en cuotas.

Este rápido recorrido por algunos de los gremios que aún no cerraron las paritarias muestra una dureza patronal y una firmeza del gobierno de no convalidar aumentos de más del 25%, y por lo tanto la necesidad de un plan de lucha unificado de todos los gremios. Pero la burocracia sindical de las dos CGTs y de la CTA oficialista nada hacen por esa perspectiva. El paro nacional para el 15 de mayo que convoca la CTA Micheli será intrascendente, es aislado y sin preparación. Y eso que en el ámbito de ATE hay numerosos reclamos pendientes. Lo que las direcciones sindicales dividen hay que empezar a unirlo por abajo. Hay que votar en asambleas pelear juntos. Por un aumento nacional de emergencia del 35% indexado según el costo de la canasta familiar.