No solo del espionaje vive la Gendarmería. Desde hace más de un año, miles de gendarmes ocupan los barrios más populosos de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, patrullando las calles, apostados en las esquinas y vigilando cada cruce del Riachuelo.
Este jueves 22, en un acto frente a la planta automotriz de Pacheco, se denunciará la complicidad empresaria con la Dictadura y la actual persecución a delegados de base en Zona Norte.
La fuerza represiva estrella de la ministra Garré quedó casi al margen de los juicios por el genocidio de 1976. Sólo un puñado de gendarmes fue procesado y de ellos sólo tres terminaron condenados.