Este miércoles una delegación de compañeros del PTS, En Clave Roja y docentes de la 9 de Abril, nos hicimos presentes en la movilización al Ministerio de Espacios Públicos de la ciudad, para exigir la disolución de la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), junto a ADEMyS, la juventud de la CTA, el Frente Popular Darío Santillán y cientos de organizaciones sociales, estudiantiles y políticas. La UCEP es una verdadera patota a sueldo para golpear y amedrentar a los sin techo porteño, que no les queda otra más que dormir en el “espacio público”, por la falta de viviendas dignas. Además esta “unidad especial”, como bien denunciaba el documento leído en la marcha: “Otra de las ‘tareas’ que lleva adelante es la intervención en desalojos, aún en los que se hacen sin sentencia judicial, con una brutalidad propia de la última dictadura. Actuando de noche y en autos sin identificación”.

Palos para hacer buenos negocios

Así es como actuó en el desalojo de la fabrica utilizada como vivienda de la calle Paseo Colón, hace unas semanas, golpeando a hombres, mujeres y niños por igual; dejándolos en la calle, como parte del plan de Macri de liberar terrenos para las megas constructoras y así seguir armando grandes negocios para sus amigos.

De lo que va del año, el gobierno de Macri, ya dejó en la calle a más de 3200 familias, y junto a la UCEP, podemos ver en cada desalojo violento a la policía federal, aportada por Cristina de Kirchner.

Mientras Macri prepara a su propia policía metropolitana, gracias al apoyo de toda la legislatura, tanto los oficialistas como los “opositores” de la CC, el ibarrismo y el kirchnerismo.

Para reprimir sí les sobra plata

Dicho sea de paso, la nueva policía la están armando con ex bonaerenses o federales “apartados de la fuerza por malas prácticas” y, eso sí, con sueldos que doblan al de un maestro. Es más, recientemente se anunció como director de la nueva escuela de la policía metropolitana, al Dr. Daniel Pastor, un asiduo atacante de los organismos de DD.HH. y defensor de la actuación policial ante el asesinato de Walter Bulacio.

Todo este aparato represivo paraestatal y estatal, hoy es utilizado para desalojar asentamientos precarios, pero lo vienen preparando para poder aplicar los ajustes necesarios para descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo pobre.

¿“Democratizar la represión”?

Por eso no podemos confiar en quienes, con la excusa de la inseguridad callan la represión policial, y sólo denuncian a este escandaloso “grupo de tareas”. O los centroizquierdistas, que como Pino Solanas, plantean que hay que “democratizar a la policía”, como si esto fuera posible. Debemos confiar en la fuerza de la movilización de las organizaciones de trabajadores y sociales, para exigir la disolución de la UCEP y denunciar al macrismo, pero también debemos denunciar al gobierno nacional, como exigir la disolución de todo el aparato represivo porteño y nacional, que sólo se dedica a defender la propiedad privada de los ricos y empresarios. Como quedó demostrado recientemente con la represión de la bonaerense a los trabajadores de FP, en las tierras del kirchnerista Scioli.