A casi dos meses de la rebelión que paralizó el puerto, volvió a estallar la bronca de las/os fileteras/os de las cooperativas truchas que siguen reclamando el blanqueo bajo el Convenio de 1975.

Los trabajadores están hartos de que las empresas se sigan negando a regularizar a los más de tres mil trabajadores en negro y otorgar el salario acordado en el mes de julio. También del chantaje patronal que utiliza una supuesta falta de pescado para “sacarse de encima” a los trabajadores cooperativizados (ver denuncia). Por eso, a partir de la semana pasada volvieron a movilizarse, teniendo que enfrentar la represión y llegando a ocupar la sede del SOIP (Sindicato de los Obreros de la Industria del Pescado).

El representante legal del Grupo Giorno planteó que “no tengo a nadie para blanquear”. Mientras el puerto se encuentra militarizado, las distintas patronales siguen actuando con total impunidad, gracias al aval del intendente, el radical K Daniel Katz, el Ministerio de Trabajo bonaerense y el gobierno nacional.

La asamblea del lunes 10/9 resolvió movilizarse a las fábricas con el objetivo de paralizar el puerto para lograr la unidad de todos los trabajadores. En la misma asamblea se resolvió la movilización y la posterior ocupación del sindicato. La bronca contra los dirigentes del SOIP no es casual. Estos, lejos de encabezar la lucha por imponer el convenio del año 75, avalaron con su firma el esclavista “convenio Pymes” a través del cual las patronales tienen las manos libres para despedir y aplicar jornadas de trabajo de 12 horas. Como declararon distintos trabajadores, el cuerpo de delegados de los trabajadores en blanco lamentablemente dejó correr esta agachada de los dirigentes del SOIP.

Al cierre de esta edición la sede del SOIP sigue ocupada por los fileteros organizados a través de un centenar de delegados. El lunes 17 más de 200 trabajadores se volvieron a movilizar hacia las distintas plantas del puerto y al cierre de esta edición se movilizaban hacia la municipalidad.

Recuperar el sindicato para los trabajadores

Muchas/os jóvenes trabajadoras/es manifestaron a LVO “por primera vez pude venir al sindicato”. No sólo nunca fueron aceptados como aportantes, sino que el proscriptivo estatuto del SOIP establece un mínimo de cuatro años de trabajo en la misma empresa y un mandato como delegado para ser parte del mismo. Los delegados de las cooperativas les propusieron a los delegados efectivos la propuesta de organizar un cuerpo de delegados común, pero sólo han recibido un apoyo formal.

Los dirigentes de la CTA (que vienen impulsando la formación de un sindicato paralelo) son un obstáculo para que los trabajadores se saquen de encima a la dirección del SOIP y recuperen el sindicato, eligiendo una comisión provisoria integrada por trabajadores en blanco y cooperativizados. Una comisión que como primer medida anule los proscriptivos estatutos.

Frente a las provocaciones patronales avaladas por el gobierno y por los propios dirigentes del SOIP, los trabajadores cooperativizados se encuentran ante la necesidad de superar a los dirigentes de la CTA para recuperar su sindicato, reconstruir la unidad con los trabajadores efectivos e imponer el blanqueo y el convenio del año 75.

Corresponsal