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Regionales

Elecciones en la Ciudad de Buenos Aires

La pelea anticipada del clientelismo y la demagogia

1ro de marzo 2007

La elección de Capital es la gran contienda previa a las elecciones de octubre. Por un lado, para la derecha se trata de definir los liderazgos y alianzas. La presentación de Macri por la Capital facilita las discusiones con Roberto Lavagna, quien se perfila como el candidato presidencial. Una victoria en el distrito reforzaría las chances de la derecha en los comicios nacionales. Pero además instalaría la figura de Macri como el principal referente político del sector merced a la vidriera capitalina, lo cual lleva incluso a especular con su presentación en la elección presidencial.
Kirchner se prepara a ser él mismo quien encabece la campaña oficialista apuntalando a Filmus, sin romper lanzas con Telerman. Carga contra Macri por no haberse postulado nacionalmente ya que considera que es más conveniente polarizar contra el presidente de Boca, que contra Lavagna, quien intenta encarnar la idea de una centroderecha moderada, de defensa del modelo actual, pero prolijo, sin retórica sobre los derechos humanos ni tantas apariciones con Chávez, con menos “doble discurso”, en buena sintonía con los empresarios.
 
Coaliciones inestables 
El escenario porteño muestra la dificultad que tienen para construir nuevas fuerzas estables de los políticos capitalistas en la Ciudad donde resonó el “que se vayan todos”, luego de la crisis de los partidos tradicionales que estallara tras el levantamiento popular de diciembre de 2001. 
Los dirigentes y punteros de los viejos partidos se dividen en el apoyo a las distintas candidaturas en danza en busca de algún espacio de poder residual que les permita sobrevivir en la escena pública. Esta es la base del recurso de la cooptación del kirchnerismo, imitada por Telerman, quien compite con un armado propio que recluta figuras entre radicales, peronistas, socialistas y los nac & pop de Libres del Sur. Filmus, de la mano de K, hace lo propio reclutando el apoyo de Aníbal Ibarra y probablemente hasta del banquero del Partido Comunista, Carlos Heller.
Es la derecha la que más ha avanzado en construir una fuerza propia, pero depende mucho de la figura de Macri, que ha construido su partido combinando punteros del PJ, ex radicales y viejos y “nuevos” cuadros de la derecha empresarial. Incluso, la posibilidad de un acuerdo entre Macri y Lavagna, puede generar la escisión de su socio López Murphy, quien de no ser presidenciable podría llegar a un acuerdo con Elisa Carrió.
Mientras tanto los representantes de la burocracia sindical prestan a las organizaciones obreras como base de apoyo de la política patronal. La CGT, que no dudó en apoyar en bloque a Daniel Scioli en provincia de Buenos Aires, se declaró prescindente en el distrito capitalino ante la división de los jerarcas sindicales en torno a las preferencias electorales. La CTA por su parte se encuentra dividida entre el apoyo mayoritario a Filmus, tendiendo un puente de negociación entre Claudio Lozano y Heller, y un apoyo minoritario a Telerman. 
 
Polarización
 
Otro aspecto que muestra la elección porteña es la pasivización de las grandes masas. Esta situación de repliegue social, alienta el conformismo de las clases medias y sectores de los trabajadores. Sin embargo, la dualización entre ricos y pobres y la polarización se manifiestan en una ciudad que ha sido escenario de importantes luchas. La derecha tiene interés por presentar las manifestaciones puntuales por las demandas reaccionarias,como expresión genuina de la “gente”, como las movilizaciones de vecinos en Villa Soldati y Barracas contra la instalación de los habitantes de las villas. Pero la ciudad presenta como contracara la persistencia de la lucha de clases como lo demuestran los trabajadore del Hospital Francés o los trabajadores del INDEC y las movilizaciones por la aparición con vida de López, que contornéan un escenario de polarización social. 
 
Clientelismo y demagogia
La presentación de Macri en un basural de Villa Lugano y las acusaciones cruzadas entre telermanistas y kirchneristas por el incendio de Villa El Cartón, hablan del interés de los políticos patronales por contar con una base de apoyo entre los pobres recurriendo en el caso del gobierno porteño al clientelismo como herramienta de contención social y de recolección de votos. Mientras por parte de la derecha se usa el recurso de la demagogia y las relaciones punteriles para ganar una base entre los más pobres. Esta situación desnuda la creciente dualización de la ciudad entre un norte rico y un sur hundido en miseria. Frente a ello los políticos capitalistas no tienen ninguna respuesta ya que defienden la especulación inmobiliaria y la desigualdad social producida por el dominio del capital.
  
Frente clasista y de la izquierda socialista
Las elecciones de Capital plantean la necesidad de un frente clasista y de la izquierda socialista para levantar un programa de denuncia de la Ciudad al servicio de los capitalistas y oponer las demandas de la población y los trabajadores ausentes de la agenda electoral patronal, como ser la defensa de la salud pública, la necesidad de la reforma urbana para dar techo a los sin techo, el pase a planta con un salario igual a la canasta familiar de los trabajadores de la Ciudad, la lucha por el juicio y castigo a los genocidas y los secuestradores de López, entre otros puntos. 
También para la izquierda socialista y los luchadores clasistas los comicios porteños pueden ser un escenario que potencie una perspectiva de independencia de clase, de reagrupamiento político de las organizaciones combativas de la Ciudad, para plantarse como una oposición de clase al gobierno y los políticos de los capitalistas. Que ayude a desenmascarar la impostura progresista y el doble discurso oficial. Llamamos al PO y demás fuerzas de la izquierda obrera y socialista, a discutir y avanzar en constituir esta herramienta indispensable.

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