Libertador Gral. San Martin y las localidades aledañas donde se encuentran los predios industriales y las plantaciones de caña de la empresa Ledesma, viven por estas horas una situación de mucha discusión y agitación política. Los trabajadores exigen un aumento salarial desde hace más de 3 meses. En medio de este proceso han hecho reuniones con las direcciones de otros sindicatos azucareros, convocado a asambleas, participado de reuniones paritarias con las patronales del sector, y se han negado a aceptar las migajas que ofreció la empresa Ledesma. Manteniéndose firme en la exigencia de $5.000 al básico, y un aumento de la tira final salarial que lleve la remuneración de los compañeros de la categoría 1 de $4.847 a $7.000, sosteniendo la necesidad de un incremento salarial lo más cercano al costo de la canasta familiar, que actualmente se fija en $8.000.

El empresario genocida quiere comprar al pueblo...

Por su parte, los Blaquier, dueños del ingenio, en este último año, dieron una ofensiva política de asistencia social sobre el pueblo de Libertador, donando camisetas deportivas y ofreciendo construir parte de las tribunas de los clubes, abrieron merenderos en asentamientos que antes habían desalojado violentamente, e iniciaron la construcción de mil viviendas para obreros y empleados de la empresa. Esto último, mostrado como un acto solidario, cuando realmente se trata solo de un negocio inmobiliario, otra fuente de ingresos para estos empresarios. La actitud que de golpe ha tomado la patronal, demuestra una búsqueda afiebrada de apoyo popular. Han convocado a 2 marchas en su apoyo, y se preparan para organizar una tercer “caminata” o “abrazo solidario”, que van decididamente en contra de los que exigen que se juzgue al jefe de su directorio, Carlos Pedro Blaquier, por su participación intelectual en los operativos represivos que llevó adelante la dictadura militar en el 76, y contra quienes en la actualidad defienden sus derechos a un aumento salarial, que cubra sus necesidades básicas, y condiciones laborales dignas. Es decir son movilizaciones en la que patronal, pagando el apoyo de punteros del PJ, comunicadores a sueldo y su personal jerárquico, busca rodearse de un cordón social ganado en los asentamientos más empobrecidos, que los defienda de los familiares de desaparecidos y de los trabajadores que se organizan y luchan. Para este objetivo, agitan el “fantasma” de que “la fuente laboral está en peligro”, por un supuesto boicot a su producción en localidades de Buenos Aires, por gente que "prejuzga" e insulta al dueño de la empresa, y por culpa de obreros irracionales que buscan el conflicto permanente.

... para imponerle el salario más bajo a los obreros

La dirección sindical de Rafael Vargas se ha negado aceptar la imposición de la patronal, que consistía en que una vez que se suspenda la huelga, recién se podría iniciar una nueva negociación salarial. Sólo por esto, los Blaquier han considerado que el SOEAIL “tiene una clara vocación de generar el conflicto”. Esto es inaceptable, cuando el sector patronal fue el que presentó una propuesta salarial miserable, en la que el básico que se proponía era de 4.803 pesos, ampliamente superado por los $5.045 al básico conquistados en el Ingenio La Mendieta-Rio Grande y por los $ 5.053 al básico conquistado en el ingenio El Tabacal. En cuanto a la tira final salarial, el ofrecimiento patronal fue similar. La empresa propone llevar al salario de la categoría 1 de $5.847 a $6.160, cuando en Rio Grande y El Tabacal, las patronales se vieron obligadas, por los paros y anuncios de huelga, a cerrar un aumento de $6.555 y $6.598, respectivamente. Sumas salariales totalmente superiores a los que ofrecen los Blaquier que tienen record de producción y ganancias extraordinarias en todas las zafras. Es decir, la patronal de Ledesma se juega a quedar como la patronal que cierra el acuerdo más bajo con sus obreros, porque según su pensamiento son ellos los que ponen las condiciones de negociación y fijan el salario, no los obreros. Su filosofía es “disciplinar, disciplinar y disciplinar”, cuando para afuera dicen estar abiertos al “dialogo y a la negociación”. Las pruebas están a la vista, han retrasado las paritarias-con ayuda del Ministerio de Trabajo de Tomada- hasta donde pudieron, ofrecen los aumentos más bajos, e impulsan una marcha en su defensa, que haga chocar a sectores medios y populares contra la huelga obrera.

Paro, corte y unidad con el pueblo para vencer

La huelga de 48 hs. votada por mil obreros en asamblea, se mantiene, y el cuerpo de delegados, junto a las bases, planifica un paro activo con cortes de rutas. Para que verdaderamente triunfe el paro y la movilización que defiende los intereses de los trabajadores, la dirección del SOEAIL debe llamar a la familia azucarera y al pueblo pobre a que apoye activamente la medida de fuerza. Porque si de esta pulseada, salen victoriosos los obreros, gana todo pueblo. Son los obreros, los que hacen andar la empresa y la economía del lugar, no el empresario genocida de Blaquier, que lo único que hace es vivir en el lujo en Buenos Aires, y embolsarse las ganancias, que generan con esfuerzos enormes los trabajadores. Los azucareros tiene una doble tarea, garantizar el paro activo con caravanas y cortes de ruta, y convencer al pueblo que tiene que ubicarse al lado de los obreros que luchan. No al lado del patrón, que ayer junto a los milicos secuestró a 400 jóvenes y obreros en las llamadas “Noches de los Apagones”, de los cuales 36 compañeros continúan desaparecidos, y hoy se llena la boca hablando de que asegura la fuente de trabajo, mientras paga salarios de hambre y superexplota a los obreros con la aplicación de turnos relevantes, y a la vez persigue, cesantea, y despide a los que luchan.