A 20 meses de la desaparición del joven trabajador Daniel Solano, su familia junto a su abogado han iniciado en la ciudad de Choele Choel (lugar donde acampa la familia frente al juzgado que lleva la causa de Daniel) hace ya dos semanas una huelga de hambre para pedir justicia y por la aparición del cuerpo de Daniel; ya que hay testigos de la noche en que a Daniel lo golpea salvajemente hasta la muerte policías de civil de la provincia de Río Negro.

El caso de este joven trabajador golondrina de Salta perteneciente a un pueblo originario es una muestra de la explotación a la que son sometidos miles de trabajadores golondrinas que llegan a la región del Alto Valle por la cosecha de fruta. Daniel Solano había comenzado a organizarse junto a sus compañeros por el reclamo de un “reintegro” de salario que no les estaban pagando y cuyo negociado involucra a la empresa de tercerización Agrocosecha y a la multinacional Expofrut. El fin de semana anterior a la medida de paro que iban a realizar estos trabajadores, desaparece Daniel.

Hasta hoy en la causa están detenidos siete policías, los cuales fueron trasladados recientemente a un lugar con privilegios, razón por la cual la familia de Daniel Solano junto con su abogado comenzaron esta huelga de hambre como medida extrema en repudio ante semejante acto de impunidad y con el pedido de cárcel común para estos asesinos de trabajadores.

Ante esta situación varias organizaciones políticas de izquierda, de derechos humanos, sindicales y otras organizaciones sociales nos hemos convocado en una multisectorial el día lunes 8 de julio para preparar distintas acciones en solidaridad al reclamo que están llevando adelante la familia Solano. Producto de esta se organizaron una conferencia de prensa en el sindicato docente Aten provincial y una volanteada en los puentes carreteros que une Cipolletti con Neuquén para el día viernes 12.

Desde el CeProDH nos hacemos parte de este reclamo de la familia Solano y exigimos al Gobierno Nacional y de la provincia de Río Negro el cese de los privilegios a los policías imputados y la cárcel común, así como el juicio y castigo para todos los responsables ideológicos y materiales de la desaparición de Daniel