El martes 13 de marzo falleció quien fuera junto a otras 4 valerosas mujeres (Luzmila Rojas de Pimentel, Nelly Colque de Paniagua, Aurora Villarroel de Lora y Angélica Romero de Flores) las que iniciaron la huelga de hambre que dio comienzo a una poderosa movilización democrática que puso fin a la dictadura de Banzer en los 70’.

Falleció como había vivido, en la pobreza, viviendo hasta hace poco tiempo en ambientes prestados de la escuela de formación política de la federación de rentistas y con una renta que bordeaba los 2000 bolivianos. La historia de Domitila es la historia de la clase obrera boliviana, de su valentía, de su heroísmo y de su sacrificio, como mujer, minera y militante. Pero también es la historia de nuestras debilidades, de la carencia de estrategia política para vencer: en 1982 apoyó al gobierno de la UDP de la misma forma que lo hicieron decenas de miles de mineros, en 1985 fue candidata a la vicepresidencia por parte del FRI, hasta que a mediados de la primera década del nuevo milenio fundó uno de los varios movimientos guevaristas existentes en el país. La vida de Domitila debe servirnos como un punto de apoyo para recoger lo mejor de su experiencia de lucha, pero también para repensar la historia de los combates sociales en Bolivia, donde los trabajadores, los campesinos, los pobres y los indios ponen el cuerpo, el valor, el sacrificio y la voluntad para vencer, pero la carencia de un proyecto político genuinamente revolucionario termina conduciendo todo ese esfuerzo a proyectos que buscan salvar a la burguesía y al imperialismo, como fue la UDP en los 80’ y luego del 2003-2005 el MAS de Evo Morales.

Es este el motivo por el cual todos buscan volver inofensiva la experiencia de Domitila, tanto el MAS, que ha declarado 3 días de luto nacional, como los pronunciamientos de personajes de todas las tiendas políticas, incluso de varios comprometidos con el ciclo neoliberal que privatizó todo, relocalizó a los mineros y abrió uno de los periodos de entrega al imperialismo más vergonzosos de nuestra historia.

Desde la LOR-CI despedimos a Domitila Chungara, mujer valiente y reflejo de las luchas obreras nacionales, para repensar desde ahí un proyecto, una estrategia política que permita que los mineros, los trabajadores del campo y de la ciudad nunca más sean usados como escalera, para pensar una estrategia que apoyándose en esa voluntad militante de los mineros y de Chungara en particular pueda conducirnos a la victoria frente al imperialismo y la burguesía nacional.